El ejemplo andaluz: cobrar menos y recaudar más

En España se había instaurado la idea de que Andalucía, su territorio más poblado con casi nueve millones de personas, tenía sobre sus hombros una maldición bíblica, según la cual, esta tierra estaba condenada históricamente a ser el farolillo rojo de Europa y de España.

Han bastado menos de tres años para demostrar el error. Con un Gobierno de centroderecha, equipos jóvenes, voluntad renovada, se ha abierto Andalucía a la esperanza y a una nueva realidad. El cambio desde el punto de vista económico es sencillamente espectacular. Más empresas, más empleo, menos impuestos y más recaudación. El talento andaluz, su capacidad de emprendimiento estuvo atado casi durante cuarenta años. Rotas las ataduras y un clientelismo político/social extremo, el sur de España ha empezado a respirar aire puro. Aún así le queda una longa caminata por delante. Lo sustancial es que el método liberal de vivir y hacer política funciona.

Aquellos que durante muchas décadas despreciaron a Andalucía y sus gentes ven ahora, no sin asombro, que están siendo superados por aquellos “xarnegos” a los que vejaron. Lleva muchos meses liderando los principales ránkings de inversión, creación de empresas, empleo. Un Gobierno de coalición que no anda todo el día tirándose de los pelos y donde las diferencias se resuelven entre socios con discreción y sentido común.

Durante el año de la pandemia donde la Junta bajó impuestos la caja pública andaluza, sin embargo, aumentó en 600 millones de euros. Es de cajón, pagar menos pero pagando más gente.

¿Cundirá el ejemplo, señora Montero?