Conoce los 10 consejos definitivos para un verano sin tóxicos y más saludable para ti y el planeta

Hogar sin tóxicos lanza los diez consejos a tener en cuenta basados en la evidencia científica para reducir nuestra exposición a sustancias tóxicas

  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

Las alternativas para vivir un verano sin tóxicos están al alcance de cualquiera, tan sólo hay que ser conscientes de que muchos gestos que realizamos durante estos días de vacaciones y de calor pueden estar más alineados con el medioambiente y nuestra salud.

Estos días de asueto, de cambios y de más tiempo libre, representan el mejor momento para reflexionar y modificar hábitos, rutinas que tenemos asumidas como lógicas, pero que debemos invertir con conocimiento científico y con consejos que nos proporciona Hogar sin Tóxicos.

La iniciativa Hogar sin tóxicos, dirigida por el periodista, escritor y divulgador ambiental Carlos de Prada, Premio Global 500 de la ONU y Premio Nacional de Medio Ambiente, tiene como objetivo denunciar situaciones de riesgo provocadas por las sustancias tóxicas presentes en los más diversos productos de uso cotidiano y proponer alternativas.

Decálogo científico

Para ello ofrece un decálogo para reducir la exposición a contaminantes químicos en los meses estivales y, por lo menos, saber que los problemas ambientales están detrás de cada gesto que realizamos y que podemos salvarlos con un poco de cabeza e información.

Hogar sin Tóxicos ha elaborado una lista de sencillos consejos, basados en la evidencia científica, para reducir nuestra exposición a algunas sustancias no deseables durante el verano y divulgar lo expuestos que estamos en nuestra vida habitual.

1. Defendámonos de los mosquitos

pero no de cualquier manera. La llegada del calor dispara los ciclos biológicos de multitud de insectos, como los mosquitos y otros, que pueden entrar en nuestros hogares.

Ante este fenómeno, Carlos de Prada, director de Hogar sin Tóxicos explica que «con frecuencia, mejor que recurrir, sin más, al uso y con frecuencia abuso, de insecticidas sintéticos domésticos, que puede convertirse en una irreflexiva guerra química contra los insectos, con efectos colaterales indeseados, se puede plantear una guerra inteligente.

Existe el recurso a tácticas preventivas y el empleo de barreras físicas, como, por ejemplo, mallas mosquiteras en las ventanas y/o sobre las camas y cunas (pueden ser más eficaces que el uso de venenos sintéticos que podemos terminar respirando).

Hay otras soluciones naturales contra estos u otros insectos, como, según el caso, la eliminación de sus refugios o el uso de plantas que crean un ambiente desagradable para ellos.

2. Ensaladas, mejor sin pesticidas

En verano tomamos más frutas y más verduras crudas. Es algo que, desde luego, puede ser muy positivo. Sin embargo, tal y como advierte Carlos de Prada, «no todas las frutas y verduras son iguales».

En la medida que se pueda, es preferible que tengan certificación ecológica, para así reducir la posible exposición a residuos de pesticidas sintéticos que suelen estar presentes en los productos convencionales, tal y como muestran los informes regulares de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA4). De este modo, los beneficios que se atribuyen a estos alimentos serán aún mayores al no contar con ese elemento negativo».

3. Sin tuppers de plástico

Como es sabido, muchos plásticos contienen sustancias perjudiciales que pueden acabar contaminando, aunque sea a bajas concentraciones, los alimentos que estén en contacto con ellos. Este riesgo se potencia con el calor y si se trata de alimentos grasos.

También, por seguir con el mismo razonamiento, es mejor no calentar alimentos en el microondas en un tupper de plástico, para evitar la posible migración de sustancias a la comida. Son preferibles alternativas como tuppers de vidrio o acero inoxidable.

4. Hidratarse sin tanta botella de plástico

Ya que en verano se requiere siempre una mayor hidratación, es preferible que el agua no esté envasada en plástico para reducir la exposición a posibles contaminantes presentes en este material, y que pueden migrar al agua en pequeñas cantidades.

Algunos de estos compuestos pueden ser disruptores endocrinos, y que han sido asociados a posibles efectos adversos sobre la salud a muy bajas concentraciones.

5. Menos alimentos enlatados

Ese es el consejo que dan algunos científicos para reducir la exposición a sustancias perjudiciales como algunos bisfenoles que pueden estar en el interior de muchas latas de conserva.

Se ha demostrado que estas sustancias pueden pasar a los alimentos contenidos en los envases, especialmente cuando son ácidos, tienen grasa y en condiciones de calor, por lo que es muy importante no calentarlos ni exponerlos al sol.

6. Cremas solares sin químicos

Si una persona va a exponerse mucho al sol, es obvio que es necesaria una crema protectora. Sin embargo, hay estudios científicos que vienen alertando desde hace mucho que algunas cremas solares podrían contener sustancias disruptoras endocrinas.

Varias organizaciones de consumidores han publicado listados de cremas solares que pueden contener algunas de esas sustancias y también proporcionan los protectores que son ecológicos.

En cualquier caso, aún si pudiésemos no saber en qué cremas concretas están tales compuestos químicos, uno de los modos de reducir la posible exposición y, al mismo tiempo, protegernos del exceso de radiación ultravioleta, es seguir los consejos de las autoridades sanitarias en el orden preciso en el que los dan.

Es decir, entender en primer lugar que la mejor protección solar es no exponerse al sol en exceso, en especial en las horas centrales del día.

7. Más alimentos frescos

Desde Hogar sin tóxicos aconsejan para tu verano el incrementar el consumo de alimentos frescos (no procesados) y reducir el consumo de ciertas grasas saturadas de origen animal.

Muchos contaminantes orgánicos persistentes (COPs16) que podrían tener efectos negativos sobre la salud tienden a acumularse especialmente en algunas grasas animales saturadas, por lo que prevenir su ingesta excesiva puede reducir la exposición, además de aportar otros beneficios en los que insisten las autoridades sanitarias.

8. Cautelas con ciertos pescados

Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, es recomendable evitar el consumo de algunos peces de gran tamaño durante el embarazo, lactancia e infancia hasta los 10 años, como, por ejemplo, el pez espada o emperador, tiburón, atún rojo y lucio.

Estos peces pueden acumular niveles elevados de contaminantes persistentes como mercurio y PCBs. Sin embargo, el pescado es rico en ácidos grasos omega-3 y otras sustancias muy beneficiosas para la madre y el bebé.

Por tanto, el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría recomienda el consumo de pescados más pequeños, que suelen acumular menos cantidad de tóxicos, como la sardina, la dorada o el boquerón.

9. Cocinar con cabeza

El limitar el consumo de alimentos cocinados a temperaturas excesivamente elevadas, es otro de los consejos que se desgranan en este decálogo para el verano de Hogar sin Tóxicos.

Por ejemplo, recomiendan evitar los que hayan sido cocinados en contacto directo y prolongado con llamas que puedan requemarlos, y fritos y ahumados.

Son procesos que pueden mermar algunas propiedades beneficiosas de los alimentos y, con frecuencia, producir compuestos químicos nocivos para la salud, como hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs), sospechosos de causar cáncer.

10. Menos productos de limpieza agresivos

Ya que durante este verano o durante las vacaciones podemos tener más tiempo para pensar en introducir cambios, puede ser un buen momento para plantearse el racionalizar y reducir el uso de ciertos productos de limpieza «convencionales» y tóxicos.

Se especifica que es necesario, por tanto, el reducir el número de productos distintos, -algunos de ellos pueden ser superfluos-, como la cantidad que se emplea de cada uno. Ventilar bien en el caso de algunos productos, especialmente los fuertes y ver si se puede reducir el uso y, en todo caso, tener precauciones.

Algunos productos de limpieza convencionales podrían contaminar el entorno doméstico con formaldehidos, alquilfenoles y otros posibles tóxicos y varios estudios advierten sobre los perfumados.

Otra opción mejor es usar productos de limpieza con etiqueta ecológica seria (normalmente de venta en establecimientos especializados en productos ecológicos / eco tiendas).

O incluso recurrir a productos caseros como jabón natural, vinagre, bicarbonato y limón como hacían nuestras abuelas, lo que puede ser suficiente para muchas tareas de limpieza.

10. Seguir informándonos

Como último consejo para un verano sin tóxicos, aprovechar estos días para leer más sobre la importancia de reducir la exposición a sustancias tóxicas cotidianas, más allá de los casos citados, por ejemplo a través de los diferentes informes y libros que se publican en la iniciativa Hogar sin Tóxicos.

Con consejos basados en la ciencia, la iniciativa también busca que las Administraciones mejoren la normativa y adopten medidas que realmente protejan la salud de las personas, y que las empresas eliminen o reduzcan significativamente el uso de esos compuestos.

Hogar sin tóxicos también busca concienciar a la población, ya que sin la debida conciencia social, ni la Administración ni las empresas se sentirán suficientemente motivadas, ni los ciudadanos podrán adoptar medidas para protegerse de los riesgos existentes, que en muchas ocasiones son fácilmente prevenibles.