¿Qué son las plantas sensitivas?
Entre los diferentes tipos de plantas, hay una especie que se denominan plantas sensitivas. ¿Sabes en qué consisten? Aquí te lo contamos.
Las plantas sensitivas llaman la atención, porque tienen un comportamiento diferente al de los demás vegetales. Si bien en general las plantas muestran movimientos leves, especialmente como reacción a la luz, las plantas sensitivas se mueven muy rápidamente. Estas reacciones son muy notorias y sorprendentes. Por esta razón, se han vuelto una especie de plantas muy curiosa y atractiva, tanto para los que aman la jardinería como para los que no se ocupan de las plantas.
La planta sensitiva más conocida es la Mimosa Púdica, también llamada ‘Mimosa Sensitiva’ y ‘Vergonzosa’. Como su nombre lo indica, es extremadamente sensible a lo que ocurre en su entorno cercano. En especial reacciona rápidamente a estímulos que puedan exponerla a riesgos. Se repliega cuando la tocan, de ahí sus nombres.
Características de las plantas sensitivas
La Mimosa Sensitiva es originaria de América tropical. Por lo tanto, para desarrollarse bien, requiere de condiciones similares a las de su hábitat nativo.
Se trata de una planta bastante alta, como lo son en general las plantas tropicales. Llega a medir un metro de altura y a simple vista tiene el aspecto de un helecho, por la forma de sus hojas. En verano florece, y produce flores muy pequeñas de color rosa lila muy tenue.
Son plantas extremadamente sensitivas. En primer lugar, son muy sensibles a la luz, cuando el entorno se pone oscuro, reaccionan y se mueven. Es así que durante la noche, sus hojas permanecen plegadas. Cuando llega el día, la luz las cambia. A medida que avanza la luminosidad ambiental, se abren, se despliegan.
Pero además, las plantas sensitivas reaccionan al contacto. Este rasgo es el que despierta más curiosidad, porque no ocurre con otras plantas. La sensibilidad de estas plantas hace que las hojas se encojan al ser tocadas.
Este movimiento se conoce como nictinastia. ¿Por qué se mueven las hojas cuando se las toca? Porque se producen cambios en las células que se encuentran en la base del pecíolo. En la unión de la hoja con el tallo, existen unas expansiones que se llaman pulvínulos. Ellos son los que dan movimiento de apertura y cierre a las hojas, o de caída y subida a las ramas cuando reciben estímulos internos o externos. Esa ‘magia’ que se atribuye a la mimosa sensitiva, está precisamente en los pulvínulos.
Cuidados de las plantas sensitivas
Para que las plantas sensitivas se desarrollen sin problemas, es necesario tener ciertos cuidados.
- En primer lugar, necesitan mucha luz para crecer. Por lo tanto, si viven en el interior, tienen que tener buena iluminación. Además, la planta debe estar protegida de las corrientes de aire. Son plantas que también crecen bien en el exterior, preferentemente a pleno sol, y se adaptan a exposiciones con sombra parcial.
- Necesitan buena humedad, por lo que reclaman riego frecuente. En verano será necesario proporcionarle agua tres veces a la semana. Durante el resto del año, bastará con uno o dos, dependiendo del ambiente. Antes de regarla, siempre es bueno comprobar que la tierra está seca, pues demasiado humedad daña las raíces.
- Este tipo de plantas pueden vivir en maceta o en cantero. Les gusta la tierra rica en materia orgánica. Se desarrollan muy bien en mezclas de sustrato universal con tierras de cultivo. Es imprescindible que el recipiente tenga buen drenaje.
- Es conveniente abonar la planta sensitiva con abono orgánico líquido durante la primavera y el verano. De esta manera se desarrollará saludablemente y sobrevivirá bien al invierno. En la temporada fría, hay que protegerla de las heladas, pues no resiste temperaturas menores a diez grados centígrados.
- Las plantas sensitivas se reproducen con semillas. La época más adecuada para su siembra es la primavera, aunque también crece en el verano. Tarda aproximadamente dos meses en germinar y alcanzar cierta altura.
Una historia guaraní da vida espiritual a las plantas sensitivas
Las plantas han sido origen de supersticiones, encarnaciones de dioses y de genios que aún sobreviven en muchas culturas ancestrales. Las plantas sensitivas fueron consideradas por algunos pueblos indígenas como vegetales en los que encarnan los espíritus. Y por tanto, tienen una vida espiritual propia.
Existe una leyenda guaraní que dice que es posible hacer danzar a las plantas sensitivas mediante un canto guaraní. Se trata de un canto religioso que, según la leyenda, hace que las hojas de la planta se abran y cierren a su son. Según esta creencia, la planta hace sentir a las personas su agrado, miedo, tristeza, con cada movimiento de sus hojas. Y por eso, cuando escucha el canto religioso, se siente bien y danza. La naturaleza siempre es fuente de inspiración y estímulo a la imaginación, y las plantas sensitivas realmente conmueven.
Las plantas sensitivas experimentan un considerable gasto de energía cada vez que abren y cierran sus hojas. Te sugerimos que, aunque te sientas atraído por la curiosidad de verla moverse, lo juegues con ella. Recuerda que estos movimientos le producen estrés y la planta puede perjudicarse.
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