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Pescan un siluro tan grande que las redes no dan crédito: no se veía uno así en el río Ebro desde hace décadas

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El río Ebro vuelve a convertirse en escenario de una hazaña difícil de repetir. Cuatro pescadores navarros (Abel Monreal, Fernando Equiza, Santiago Ramírez y Óscar Gómara) han capturado un imponente siluro de 2,81 metros de largo y un peso estimado de 130 kilos, una cifra que supera todos los registros anteriores en España y coloca este ejemplar entre los más grandes del mundo. La proeza tuvo lugar en un tramo del río a la altura de Buñuel, una localidad muy vinculada desde hace décadas a la pesca deportiva.

La jornada, que comenzó con la intención de buscar ejemplares grandes pero dentro de lo habitual, acabó convirtiéndose en un hito para estos pescadores y para la comunidad de aficionados a la pesca continental. Pese al frío, el grupo decidió adentrarse en la ribera del Ebro, una práctica que les ha llevado a conocer con detalle cada recodo del río. Lo que no podían imaginar es que estaban a punto de lograr una captura histórica.

Pescan en el Ebro un siluro de casi tres metros y 130 kilos

Para atraer al siluro, los pescadores utilizaron pellets de pienso comprimido, un cebo especialmente eficaz con esta especie. La primera sorpresa del día llegó con un ejemplar de 2,53 metros, que ya suponía una de las capturas más grandes que había realizado el grupo. Unas horas después, uno de los equipos marcó una picada muy intensa, incluso tratándose de siluros. Lo que siguió fue una lucha de casi 45 minutos, ya que, a pesar de utilizar material preparado específicamente para grandes capturas, la fuerza del siluro resultó ser extraordinaria.

Cuando finalmente consiguieron acercarlo a la orilla y sujetarlo, llegó el momento de medirlo: 2,81 metros de longitud, superando en nueve centímetros el récord nacional previamente registrado en España, un siluro de 2,72 metros capturado en el embalse de Mequinenza, en Zaragoza. El peso, aunque no se pudo determinar con una báscula por razones logísticas (un pez de este tamaño es muy difícil de pesar bien) sin someterlo a estrés innecesario, se estimó en alrededor de 130 kilos.

Las medidas no sólo suponen un récord para España, sino que también sitúan al pez entre los tres siluros más grandes documentados hasta la fecha. Según los registros de pesca deportiva internacional, el récord mundial lo ostenta actualmente un ejemplar de 2,92 metros, capturado en Polonia hace apenas unas semanas. El segundo lugar corresponde a un siluro de 2,85 metros, pescado en el río Po, en Italia. Con sus 2,81 metros, el siluro navarro se coloca en tercera posición.

Dotado de una capacidad de adaptación notable y de una gran voracidad, el siluro se ha convertido en el principal depredador de las aguas continentales del país, alterando el equilibrio de los ecosistemas fluviales. Su dieta abarca peces, aves acuáticas, crustáceos e incluso pequeños mamíferos, lo que provoca un impacto evidente en las especies autóctonas.

Su presencia, sin embargo, también genera mucho interés turístico. Cada año llegan al Ebro pescadores de distintos puntos de Europa atraídos por la posibilidad de capturar ejemplares de gran tamaño, , lo que ha convertido a algunas localidades ribereñas en auténticos centros de pesca deportiva.

Características

«El siluro es un pez que puede llegar a alcanzar dimensiones muy notables, alcanzando hasta los 2,5 metros de longitud y un peso que puede superar los 100 kilogramos. Se trata de una especie sedentaria que prefiere las zonas profundas con fondos blandos, aguas tranquilas y turbias. Por ello, es más común encontrarlo en los tramos bajos y profundos de los ríos y embalses. Durante los meses más fríos del año permanece en áreas hondas y resguardadas, donde inverna para conservar energía.

El siluro es un depredador voraz y oportunista, capaz de modificar su patrón alimentario conforme crece. En sus primeras fases se alimenta principalmente de plancton. Durante la etapa juvenil, su dieta se basa en invertebrados y, una vez alcanza la adultez, comienza a cazar fundamentalmente peces. Realiza sus actividades de alimentación al anochecer o en las horas crepusculares, momentos en los que sube a la superficie para capturar a sus presas. Aunque los peces son su comida principal, también puede alimentarse de anfibios y, de forma ocasional, incluso de roedores o aves acuáticas, aprovechando su habilidad para emboscar en aguas oscuras.

La reproducción del siluro tiene lugar entre los meses de mayo y julio. En este periodo, el macho construye un nido en zonas ribereñas donde abunda la vegetación y el lodo. Es ahí donde la hembra deposita los huevos, pudiendo poner hasta 30.000 por cada kilogramo de su propio peso. Tras la puesta, el macho se encarga de mantener las condiciones necesarias para su desarrollo, oxigenando los huevos mediante el movimiento de su cola en el lodo. La eclosión se produce en un plazo inferior a tres días, un proceso rápido en comparación con el de otros peces de agua dulce», detalla el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.