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Los expertos lo confirman: estos comportamientos pueden hacer que tu perro te odie

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Nuestros perros son mucho más que simples animales de compañía: son amigos leales que comparten con nosotros momentos de felicidad. Sin embargo, aunque los consideremos un miembro más de nuestra familia, a veces, malinterpretamos sus necesidades y sentimientos. Hay comportamientos que, aunque bien intencionados, pueden ser fuente de incomodidad, estrés o incluso ansiedad para ellos.

El lenguaje que utilizamos con ellos no siempre es el mismo que el que ellos emplean entre sí, lo que puede generar malentendidos. Es importante reconocer estos gestos para que podamos ofrecerles una vida más feliz y equilibrada, fomentando una relación basada en el respeto mutuo y la empatía. La comprensión de sus señales y emociones es esencial para fortalecer el vínculo que compartimos con ellos.

Comportamientos que los perros no toleran

Reconocer y respetar los límites de nuestros perros es fundamental para mantener una relación armoniosa y feliz. Entender qué comportamientos pueden causarles incomodidad o estrés nos convierte en dueños más conscientes y responsables, lo que asegura el bienestar de nuestros amigos peludos. A través de pequeños gestos, como una rutina estable, y una mayor comprensión de su lenguaje corporal, podemos ofrecerles una vida tranquila y llena de amor y cariño.

Juegos

El juego es una actividad crucial para el desarrollo mental y emocional de los perros. Muchas veces, durante el juego, les lanzamos un juguete esperando que lo atrapen, pero cuando constantemente evitamos que lo hagan, pueden sentir frustración y estrés. Para los perros, atrapar un juguete no sólo es divertido, sino que también está relacionado con sus instintos de caza.

Si evitamos que el perro atrape el objeto repetidamente, podemos estar generando una experiencia negativa y estresante. Permitirle que atrapar el juguete refuerza su sentido de logro, por lo que es importante equilibrar el juego, dejando que el perro tenga la oportunidad de alcanzar su objetivo, pero también estableciendo límites.

Abrazos

Los abrazos son una forma habitual de mostrar cariño, pero para los perros, este gesto puede tener connotaciones negativas. Para ellos, el abrazo puede ser interpretado como una forma de control o dominación. Los perros no se abrazan entre ellos de manera natural, y el contacto físico puede hacer que se sientan atrapados, lo que genera incomodidad. En muchos casos, los perros intentan liberarse del abrazo o muestran signos de incomodidad, como mover la cabeza, desviar la mirada o tensar su cuerpo.

Algunos perros pueden tolerar este tipo de contacto debido al vínculo que tienen con sus dueños, pero no significa que lo disfruten. Según estudios recientes, más del 80% de los perros fotografiados mientras les abrazaban mostraron signos de estrés, como orejas hacia atrás, lamerse los labios o intentar alejarse. Para ellos, un abrazo no es una demostración de cariño, sino una imposición. En lugar de abrazarlos, es preferible optar por caricias suaves, especialmente en zonas como el lomo o detrás de las orejas.

Mirada fija

En el lenguaje canino, el contacto visual directo y prolongado puede ser interpretado como una amenaza o un desafío. Mientras que para los humanos, la mirada puede servir para conectar emocionalmente, en los perros, un contacto visual prolongado puede resultarles intimidante. Si un perro no está familiarizado con nosotros, este tipo de contacto puede hacerle sentir incomodidad o incluso miedo.

Cuando miramos fijamente a un perro, especialmente a uno que no conocemos bien, podemos estar generando una respuesta de ansiedad. El perro puede alejarse, gruñir o ladrar, mostrando señales de estrés. Es importante ser conscientes de que, aunque nuestra intención sea buena el perro puede interpretar la mirada como un acto de confrontación. Para evitar malentendidos, lo mejor es interactuar de forma relajada, evitando el contacto visual, y permitiendo que el perro decida si se acerca o no.

Olfateo

El olfato es el sentido más desarrollado en los perros y es una de las formas en las que exploran su entorno. Cuando le sacamos a pasear, es fundamental darle la oportunidad de olfatear y explorar su entorno a su propio ritmo. Restringir esta conducta natural puede generar frustración, ya que para el perro, el olfateo no es una simple curiosidad, sino una forma de conocer el mundo que lo rodea.

Permitir que un perro explore con su nariz durante los paseos enriquece su experiencia, y también reduce su estrés y le ayuda a sentirse más relajado. No se trata de dejar que el perro pase horas olfateando, pero sí de darle la oportunidad de investigar los olores a su propio ritmo para satisfacer sus necesidades cognitivas.

En conclusión, comprender y respetar los límites de ls perros es clave para una convivencia saludable y feliz. Al reconocer sus señales y adaptarnos a sus necesidades, podemos evitar situaciones que les causen malestar o ansiedad. Fomentar una relación basada en la confianza, el respeto y la empatía mejora su bienestar y fortalece el vínculo emocional entre nosotros y nuestras mascotas.