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Una experta lo confirma: los perros se parecen a sus dueños y ésta es la razón

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Es una afirmación que hemos escuchado en muchas ocasiones: «los perros se parecen a sus dueños». Pero, ¿es esto realmente cierto? ¿Hay algo en el comportamiento animal que respalde esta creencia popular, o simplemente es una ocurrencia que surge del cariño y la cercanía con nuestras mascotas? En un vídeo publicado en su cuenta de TikTok, donde tiene 47.000 seguidores, Clara Martín, comunicadora y terapeuta animal, explicó que los animales, incluidos los perros, son grandes receptores de energía y emociones humanas. Según ella, no es casualidad que ciertos animales se conviertan en nuestras mascotas, ya que existe una conexión profunda entre ambos, tanto a nivel emocional como energético.

El concepto de que los perros se parecen a sus dueños no es una idea completamente nueva ni una mera coincidencia. La experta sostiene que hay una razón profunda detrás de esto, y no sólo tiene que ver con las similitudes físicas. Según su teoría, los animales tienen una capacidad excepcional para percibir y reflejar las emociones humanas, lo que provoca que nuestras emociones y energías se «trasladen» a ellos de alguna forma. Los perros, al ser animales altamente perceptivos, captan nuestras vibraciones emocionales de una manera que tal vez no podamos comprender completamente.

La conexión energética entre humanos y animales

Clara Martín también defiende la idea de que la relación entre humanos y animales está basada en una conexión energética más profunda de lo que muchos podrían imaginar. Según su experiencia, esta conexión afecta al bienestar emocional de ambas partes, y también influye en la física de la relación. Los animales son muy sensibles a las energías de su entorno, y eso incluye las energías humanas. Por esta razón, pueden sentir el estado emocional de su dueño antes incluso de que el propio humano sea consciente de sus sentimientos.

La terapeuta explica que, al ser los perros tan perceptivos a las energías que emiten las personas a su alrededor, pueden reflejar estados emocionales, ya sea de ansiedad, alegría o tristeza. Esto hace que a menudo los dueños encuentren que sus perros responden de manera similar a como ellos reaccionan frente a diversas situaciones. En este sentido, no es extraño que un perro introvertido y tranquilo viva con un dueño de personalidad similar, o que un perro extrovertido y juguetón se sienta en su elemento con un dueño enérgico y animado.

Este fenómeno, más allá de una coincidencia, tiene implicaciones profundas en cómo entendemos nuestra relación con los animales. Según Clara Martín, los perros y otros animales no son sólo compañeros o mascotas, sino que también actúan como reflejos de nuestro estado emocional y como guías que nos enseñan a comprender mejor nuestra propia naturaleza.

¿Un perro como ‘espejo’ emocional?

Una de las claves de la teoría de Clara Martín es la idea de que los animales llegan a nuestras vidas para enseñarnos algo importante sobre nosotros mismos. Según ella, ningún animal llega «por casualidad», y cada uno tiene una razón para estar en nuestra vida en un momento determinado. En muchos casos, un perro que se comporta de una manera específica puede estar reflejando algo que necesitamos trabajar en nosotros mismos.

Por ejemplo, si una persona tiene un perro que es especialmente territorial o protector, podría ser una señal de que esa persona necesita trabajar en la gestión de su propio espacio personal o en cómo manejar su propio sentido de seguridad. De igual manera, un perro que muestra comportamientos de ansiedad o timidez podría estar reflejando inseguridades que el dueño necesita abordar. La conexión entre dueño y perro, en este contexto, no solo es emocional, sino también una oportunidad para el crecimiento personal.

Este enfoque también sugiere que la relación entre los humanos y sus mascotas es mucho más profunda de lo que parece a simple vista. Los animales no solo son animales de compañía, sino que pueden ser una especie de terapeuta emocional, sin palabras, pero con mucha empatía. Y a través de su comportamiento, nos enseñan a reflexionar sobre nuestros propios sentimientos y cómo estos afectan a las relaciones que mantenemos.

En definitiva, la teoría de que los perros se parecen a sus dueños no es una simple idea romántica, sino un fenómeno que tiene raíces profundas en la conexión energética y emocional entre ambos. Los perros, al ser tan perceptivos a las emociones humanas, reflejan nuestras vibraciones emocionales, tanto positivas como negativas. Además, como afirma Clara Martín, ningún perro llega a nuestra vida por casualidad; cada uno tiene un propósito, enseñándonos algo sobre nosotros mismos y ayudándonos a crecer emocionalmente.

Por lo tanto, la próxima vez que observes a tu perro y pienses en cómo se comporta o en cómo reacciona ante diferentes situaciones, recuerda que esa conexión no es simplemente un hecho de cariño, sino un reflejo de la profunda relación emocional y energética que compartes con él.