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Curiosidades de la rana de la madera, ¿congelación en invierno?

Entre las curiosidades del mundo animal, se encuentra el supuesto proceso de congelación de la rana de la madera. ¿Habías oído algo semejante?

La rana de la madera es un anfibio pequeño que mide de cuatro a siete centímetros. Pertenece al orden de los anuros, familia Ranidae y a la especie Lithobates sylvaticus. Es célebre gracias a su capacidad de subsistencia en zonas cercanas a los polos. Puede vivir congelada, con el corazón totalmente detenido, sin respirar y cero actividad cerebral hasta por cinco meses. Tiempo después, cuando el clima deja de ser tan extremo, se despierta y en pocas horas reinicia su vida como si nada hubiese pasado. El secreto está en que su cuerpo impide que se formen cristales de hielo en las células de los órganos. Cuando esto ocurre, tiene lugar la muerte por hipotermia.

Esta especie habita en Alaska y Canadá. Se instaló dentro de los bosques de hojas perennes que abundan en parte de estos territorios de América del norte. Se la ve con frecuencia en parajes repletos de tundras y muchos matorrales, así como cerca de los arroyos. Son lugares en donde la temperatura desciende hasta -20°C durante el invierno. Por lo que desde el otoño empieza con sus preparativos para hibernar en los suelos cubiertos de hojarasca.

Características principales

La denominada rana de la madera es de color marrón con matices verdinegros, además de manchas oscuras detrás de los ojos hasta el hocico. Su vientre y la parte inferior de las patas son blancas. Son bastante ligeras, sobre la báscula no marcan más de ocho gramos. La hembra es más grande que el macho, aunque en este dimorfismo son los segundos quienes exhiben las tonalidades más vistosas.

La congelada rana de la madera

Cómo logra sobrevivir tanto tiempo congelada es motivo tanto de curiosidad como de sorpresa. Porque a diferencia de la mayoría de las especies que reducen al mínimo su metabolismo mientras aguardan por el fin del invierno, el organismo de la rana de la madera se detiene por completo.

De hecho, el 65% de su cuerpo alcanza el punto de congelación. Lo único que se mantiene fresco y en forma líquida es el conjunto de órganos vitales. Esto permite que durante la primavera ocurra el ‘milagro’ de la resucitación.

Por otro lado, su hígado se encarga de producir suficiente glucosa con enorme poder anticongelante. Esta sustancia es la que consigue que los fluidos celulares se mantengan inalterables y preserva los niveles óptimos de hidratación.

La resurección primaveral

Cuando la temperatura sube, el corazón de la rana de la madera es el primer órgano en entrar en acción. De esta forma se facilita la circulación y el resto del sistema orgánico puede empezar a operar con normalidad. Este es un proceso conocido como crioprotección.

El funcionamiento de este peculiar animal es objeto de múltiples estudios científicos. Los especialistas trabajan en replicar las operaciones aplicadas por esta especie. Se le considera clave para optimizar el proceso de donación de órganos.