Monedero manejó 1,1 millones de € como jefe de propaganda de Hugo Chávez en 2010

El fundador e ideólogo de Podemos Juan Carlos Monedero manejó un presupuesto de 1,1 millones de euros como jefe de propaganda de Hugo Chávez en un sólo año, 2010. La cifra está reflejada en un documento público, el presupuesto del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria correspondiente al ejercicio 2010 que el Gobierno de Venezuela sometió a la aprobación de la Asamblea Nacional.

Monedero se había instalado en 2004 como asesor personal del presidente Hugo Chávez en el Palacio de Miraflores, donde colaboró estrechamente con los asesores cubanos que han convertido al país en una sucursal de la dictadura castrista.

Un año después, Chávez encargó al profesor de Ciencias Políticas de la Complutense la creación del Centro Internacional Miranda (CIM), concebido como un «espacio institucional para coordinar los apoyos internacionales al proceso revolucionario venezolano» y para llevar a cabo el «entrenamiento, preparación y desarrollo de cuadros políticos, sociales y económicos» del país.

Se trata por tanto de un órgano de propaganda del chavismo con una doble función. De puertas afuera, se encarga de atraer el apoyo de intelectuales internacionales a la causa bolivariana mediante la organización de charlas, coloquios y actos públicos.

De puertas adentro, lleva a cabo el adoctrinamiento político de los funcionarios públicos. Juan Carlos Monedero se ocupó de ello en Caracas durante cinco años, desde 2005 a 2010, mientras compatibilizaba esta labor con el puesto de asesor personal del presidente Hugo Chávez.

Según la «Cuenta y memoria» del Gobierno de Venezuela correspondiente al ejercicio 2010, el Centro Internacional Miranda contó aquel año con un presupuesto público de 6,5 millones de bolívares, equivalentes a 1.128.079 euros. Como responsable del «Programa de formación socialista sociopolítica», Monedero era el encargo de gestionar el 98% de este presupuesto, un total de 6.393.590 bolívares. Al cambio de la época, esta cifra equivale a 1.109.612 euros.

Por tanto, el fundador de Podemos actuaba en la práctica como el máximo responsable del órgano de propaganda del régimen de Hugo Chávez. De la cifra total, algo más de la mitad del presupuesto (3,5 millones de bolívares) se destinó a «gastos de personal», incluyendo el sueldo del propio Juan Carlos Monedero.

Estas cifras oficiales se pueden encontrar en las páginas 65 a 68 del segundo tomo de los presupuestos del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria de 2010. En el documento el nombre del fundador de Podemos aparece mencionado erróneamente como «Juan Carlos Monederos», aunque él mismo reconoce en su currículum oficial que fue el responsable de «formación» del Centro Internacional Miranda.

La finalidad del «Programa de formación socialista sociopolítica» dirigido por el fundador de Podemos era adoctrinar a los funcionarios públicos (especialmente a colectivos como los profesores y miembros del Ejército) en las bondades de la revolución bolivariana. El canal de Youtube del Centro Internacional Miranda todavía muestra numerosos vídeos de conferencias impartidas por el propio Juan Carlos Monedero a estos funcionarios.

Tras esta etapa, Monedero regresó en 2010 a España, donde cuatro años después fundaría Podemos junto a Pablo Iglesias. Desde entonces, los medios de comunicación venezolanos han seguido presentando a Monedero como «asesor» o «cooperante» del Centro Internacional Miranda. Es decir, los propios medios oficiales del Gobierno de Venezuela reconocen que Monedero ha seguido actuando en España como un agente del chavismo.

Aun hoy, cuando otros dirigentes de Podemos como Irene Montero hacen chistes sobre «Cubazuela del Norte» al ser preguntados por los crímenes del régimen chavista, Juan Carlos Monedero sigue defendiendo abiertamente al Gobierno de Maduro, que ha convertido el país en una dictadura castrista.

El fundador de Podemos presumió el pasado 31 de julio de que «8 millones apoyan a Maduro», haciéndose eco de las cifras oficiales de participación en las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente. Tan sólo unas horas después, la propia empresa encargada del escrutinio confirmaba que las elecciones habían sido un fraude y las cifras de participación se habían hinchado en más de un millón de personas.