Investigación
INSTITUCIONES PENITENCIARIAS

Marlaska blinda a la subdirectora de Villena pese la investigación policial revelada por OKDIARIO

Tras la revelación de los múltiples indicios de criminalidad recogidos contra la funcionaria de prisiones, Interior no le abre expediente, ni la suspende ni la sanciona

Los dos funcionarios compañeros de la subdirectora fueron inmediatamente suspendidos durante 6 meses sin sueldo sin tener siquiera pruebas contra ellos

Así descubrió la Guardia Civil cómo la subdirectora de la cárcel de Villena se mandó amenazas a sí misma

Una juez imputa al director de la cárcel de Villena y a la subdirectora protegida por Marlaska

  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Durante los últimos días OKDIARIO ha revelado en exclusiva los detalles de la investigación que la Guardia Civil llevó a cabo para demostrar que la ex subdirectora de la cárcel de Villena presuntamente había fabricado pruebas falsas para acusar a unos desconocidos de haberla amenazado e incluso agredido. Y lo de ‘desconocidos’ hay que ponerlo en cuarentena, ya que en los mensajes que la investigación cree que se mandó a sí misma se escribieron datos inequívocos de al menos un representante de la asociación de trabajadores penitenciarios Tu Abandono Me Puede Matar. Lo curioso del asunto es que, pese a las revelaciones de este periódico, el Ministerio del Interior, a través de Instituciones Penitenciarias, ha usado una doble vara de medir y ha dejado intacta y sin sanciones a la mujer que el ministro Marlaska definió como “una verdadera funcionaria”.

El tamaño de la alfombra bajo la que el Ministerio del Interior trata de meter la porquería vivida durante los últimos meses en la cárcel de Villena debe ser industrial. Sólo así se entiende cómo la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias está gestionando un asunto en el que la presunta responsable de que una asociación y varios de sus compañeros hayan mordido el polvo por su culpa no haya tenido el menor reproche disciplinario por parte de sus superiores.

La investigación policial revelada por OKDIARIO apunta a que Carolina, la subdirectora, mintió, elaboró pruebas falsas, apuntó sospechas en falso y simuló haber sido víctima de delitos que no se produjeron. No lo dice este periódico, sino la documentación del caso a la que este diario ha tenido acceso. Lo grave es que aquellos hechos provocaron una ola de solidaridad con la funcionaria presuntamente mentirosa, a cuyo frente se pusieron el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, y el ministro Marlaska, quienes dieron el visto bueno a que dos de los trabajadores de la cárcel de Villena fueran cautelarmente suspendidos de empleo y sueldo.

Suspensión injusta

¿Y por qué? “Hasta que se aclare si tuvieron relación” con las amenazas y la agresión que Carolina aseguró haber sufrido para que no declarara sobre una reducción por la fuerza a un violento preso de la prisión alicantina en la que participaron esos dos compañeros mientras ella era subdirectora. El tiempo pasó, la investigación avanzó y no sólo se descartó que los funcionarios no tuvieran relación con lo que le pasó a Carolina, sino que se acumulan indicios de que presuntamente ella se lo inventó todo. Aun así, tuvieron que pasar semanas hasta el levantamiento de la sanción a los dos trabajadores que se tiraron seis meses sin cobrar.

Y el descubrimiento de las presuntas mentiras de la subdirectora por parte de la Guardia Civil, ¿qué le han supuesto a ella? Casi nada. Es cierto que ya no es subdirectora de la prisión alicantina, un cargo de libre designación, y no lo es porque el propio director, ahora investigado por otro juzgado por la filtración del vídeo del preso reducido, fue quien exigió su destitución. Y allí se acabaron los problemas para ella porque ese puesto se elige a dedo y no afecta a la carrera de la funcionaria.

La trabajadora no ha sido investigada por Instituciones Penitenciarias, pese a que sus actos afectaron directamente al funcionamiento de una cárcel y parte de su plantilla. No se ha abierto ninguna información reservada para hacer averiguaciones, pese a que al menos uno de los presuntos delitos, la simulación de la sustracción del teléfono donde ella decía haber sido amenazada, ella misma lo situó dentro de la cárcel.

Es más, a la funcionaria se le permitió regresar e incorporarse a su anterior puesto antes de llegar a Villena, en la cárcel de Teixeiro, en A Coruña, de donde ella misma ha decidido marcharse a priori de manera temporal. La “verdadera funcionaria” de Marlaska disfruta en la actualidad de una excedencia de dos años para dedicarse a la docencia privada formando a opositores.

Ante todo, lo anterior la duda es más que obvia: ¿Qué diferencia a esta mujer de sus dos compañeros a los que Interior mandó a su casa sin cobrar  durante medio año? Para responder a esa cuestión, Carolina debería ser interpelada en un tribunal como investigada y eso es algo que incomprensiblemente aún no ha pasado. A esta mujer la interrogará otro juez en breve, el que investiga en Villena la filtración del vídeo que originó la polémica. Habrá que esperar a que el otro juzgado, el de Benidorm, lugar donde vivía Carolina cuando denunció haber sido agredida, haga lo propio y la siente en el banquillo. Será entonces cuando se le pregunte si el plan de mentir para atacar a una asociación de trabajadores fue sólo suya o si alguien le echó una mano.