Investigación

El casero de Podemos es una de las grandes fortunas capitalistas de España

Podemos reniega de los bancos a la hora de financiarse y abomina de los grandes empresarios como Amancio Ortega que crean decenas de miles de puestos de trabajo. Pero el partido de Pablo Iglesias tiene menos escrúpulos a la hora de pagar el alquiler a una de las grandes fortunas españolas. Aunque sea una fortuna venida a menos, a causa del bluf de las primas establecidas por José Luis Rodríguez Zapatero para las energías renovables.

Podemos tiene su sede oficial en la la calle Zurita de Madrid, un antiguo almacén de apenas de 30 metros cuadrados que le permite tener una presencia testimonial en el barrio de Lavapiés. Pero el cuartel general del partido morado se encuentra en el número 2 de la calle Princesa, junto a la Plaza España que la alcaldesa Manuela Carmena quiere transformar ahora en un vergel.

Podemos ocupa varias oficinas en la séptima planta de este edificio,  así como cerca de 1.000 metros cuadrados que suponen casi la totalidad de la tercera planta del inmueble. En el mismo edificio, dos pisos más abajo, se encuentran las oficinas del Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y servicios Aéreos S.A (Conviasa), la línea aérea estatal del Gobierno de Nicolás Maduro.

La aerolínea de Nicolás Maduro

En abril de 2012, la Comisión Europea prohibió a esta aerolínea volar a cualquier país del territorio de la UE por incumplir sistemáticamente los requisitos de seguridad exigidos. La compañía aérea, que depende del Ministerio del Poder Popular para el Transporte Acuático y Aéreo del Gobierno de Venezuela, consiguió salir de la lista negra de la UE un año después, en julio de 2013.

Tan solo hay que tomar el ascensor y subir dos plantas para llegar al cuartel general de Podemos. El partido de Pablo Iglesias paga un alquiler de 10.769 euros al mes a la sociedad DTL Corporación por ocupar todas las dependencias de la tercera planta.

La compañía es propiedad de Enrique Díaz-Tejeiro Gutiérrez y dos de sus hijos, Arturo y Miguel Díaz-Tejeiro Larrañaga, que son al mismo tiempo los principales accionistas de Solaria, el gigante dedicada a la fabricación de paneles solares y plantas fotovoltaicas.

Factura del alquiler de la sede de Podemos, por importe de 10.669 euros, correspondiente a septiembre de 2015.

Hace menos de una década, esta familia ocupaba el puesto número 30 de las grandes fortunas españolas elaborado por el diario El Mundo, que cifró su patrimonio en 1.172 millones de euros.

Aupada por el boom de las primas a las energías renovables establecidas por el Gobierno de Zapatero, la familia Díaz-Tejeiro había sacado a Bolsa el 25% de Solaria por más de 700 millones de euros en junio de 2007. La compañía tenía en aquel momento una planta de fabricación de placas solares en Puertollano (Ciudad Real) y poco después dio el salto a Brasil con el fin de aprovechar las ayudas aprobadas por el Gobierno de Lula da Silva para fomentar las energías limpias.

Pero los caseros de Podemos han sufrido ahora el pinchazo de las energías renovables. Las participaciones de Solaria habían salido a Bolsa en 2007 por un precio de 9,5 euros por acción y cinco años después se habían desplomado hasta los 0,78 euros, lo que supone una caída de más del 90%.

Enrique Díaz-Tejeiro Gutiérrez.

Algo que obligó al equipo directivo de Solaria a poner en marcha un plan acelerado de venta de activos para reducir su deuda. Ya en 2012, el grupo vendió por 35,1 millones la planta solar que había construido en la localidad italiana de Orte. Más tarde se desprendería, por 21 millones, de dos plantas fotovoltaicas que gestionaba en la República Checa.

Como consecuencia del fiasco de las energías verdes, los caseros de Podemos han retrocedido drásticamente en el ranking de las grandes fortunas españolas, aunque han seguido diversificando sus inversiones. Hoy el patrimonio familiar está cifrado en cerca de 47 millones de euros, muy lejos de las cifras estimadas hace una década.

Uno de los hijos, Enrique Díaz-Tejeiro Larrañaga, posee una sicav (uno de los instrumentos financieros más demonizados por Podemos) con un patrimonio cifrado en tres millones de euros y opera también en el sector turístico a través de la sociedad Maydon inversiones.