La yihad sexual

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Jóvenes nigerianas rescatadas de las garras de Boko Haram. (Foto: AFP)

 

Cada vez son más las mujeres que caen en las redes del Estado Islámico o Daesh, término utilizado por los gobiernos occidentales para deslegitimizar las aspiraciones políticas de la organización criminal. La preocupación por parte de las fuerzas de seguridad españolas aumenta cuando se trata de adolescentes en ciudades como Ceuta, donde el islamismo radical ha encontrado una fuente inagotable de captación.

La yihad sexual no es otra cosa que el nuevo sistema de captación, radicalización y envío de mujeres de cualquier punto del planeta al servicio de los yihadistas en lugares como Siria. Un peligro del que advierten ya los grupos de operaciones antiterroristas de nuestro país.

Fue el clérigo musulmán Muhammad Al-Arifi el que recientemente dio una cobertura ideológica explícita a esta brutal utilización de la mujer. Lo hizo en una fatwa, parte de la ley islámica emitida por un especialista sobre una cuestión específica.

La llamó «Yihad Al Nikah» o la «guerra santa del sexo para la mujer». En ella, Al-Arifi permite a una esposa tener relaciones sexuales fuera del matrimonio con varios combatientes islamistas.

Es la nueva arma de propaganda del radicalismo islámico. Busca fundamentalmente mujeres atractivas, de todas las nacionalidades, que estén dispuestas abandonar a sus familias, sus trabajos y sus vidas para unirse al Daesh.

¿Cuál es el perfil?

Mujeres jóvenes, de belleza incuestionable, criadas en occidente, con estudios pero sin expectativas laborales. Este es el perfil de la mujer que busca el ISIS para introducir en sus filas.

«Para estas jóvenes, unirse a la yihad tiene una connotación romántica. Entregan su vida a una causa. Para ellas es la culminación del Islam y quieren estar allí y vivirlo en primera persona», asegura un agente de información a Okdiario.

Muchas de ellas se «enamoran» de «guerreros» llegando incluso a contraer matrimonio. Según fuentes de la Guardia Civil «estamos asistiendo a matrimonios a través de las redes sociales, a través de Internet, ni siquiera de una manera física». Y añade que «estas mujeres se desplazan hasta Siria pensando que lo que les espera es una vida de cuento y nada más lejos de la realidad».

¿Cuál es la finalidad?

El interés por la captación de mujeres jóvenes se explica en cuatro puntos:

1.-  Desahogo sexual

Las mujeres destinadas a este terrible fin se convierten en esclavas sexuales al servicio de los señores de la guerra. Deben estar dispuestas las 24 horas del día a mantener relaciones sexuales con cualquier integrante del grupo terrorista que se lo ordene.

Desgarradoras son las historias de las que han podido escapar, obligadas a mantener relaciones sexuales más de 10 veces al día, violadas de manera sistemática.

Informaciones de Inteligencia apuntan a que ya existen centro especializados para tratar a aquellas mujeres que logran huir, ya que son muchas las que no encuentran otra salida que el suicidio tras la dramática experiencia de haber sido auténticas esclavas sexuales al servicio de un fanatismo religioso de esta magnitud.

Existen otras fatwas de otros líderes religiosos que van aún más lejos y permiten a los guerrilleros mantener relaciones sexuales con sus propias hermanas en el caso de que no haya otras mujeres disponibles.

El documento o fatwa más terrible es el matrimonio para un coito. En el Islam está prohibido mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio, de manera que, para legalizar violacionespermitir secuestrar a infieles para utilizarlas como desahogo sexual de combatientes se crea esta nueva norma.

2.- Futuras madres

Su misión no es otra que la de dar descendencia rápida a los miembros de Daesh. Nuevos guerreros que serán educados bajo las ideas y preceptos del islamismo más radical.

El objetivo son mujeres en edad de procrear o, en su defecto, madres con hijos pequeños a los que poder criar como futuros soldados.

Según la Guardia Civil «los niños juegan un papel fundamental». «Tienen un poder de propaganda importantísimo, pueden potenciar muchísimo el mensaje de propaganda mediática que tanto utiliza la Daesh», añaden.

«La imagen de un niño que es capaz de matar, con toda frialdad, con mucha determinación, mirando a cámara y sin pestañear, infunde un grado de seguridad elevadísimo para aquellas personas que puedan estar viendo ese mensaje en ese momento».

3.- Mano de obra cualificada

En este punto, dos son las profesiones más demandadas por los islamistas radicales: enfermeras y docentes.

La educación es fundamental para una organización terrorista como Daesh. La creación de una nueva generación que se forme bajo los mismos principios y preceptos que los padres y fundadores de Daesh es la base de su estructura de estado, de ahí la importancia de captar mujeres con experiencia en esta materia.

La enfermería es también fundamental para una cultura en la que está mal visto que sea un hombre el que haga los trabajos destinados a una profesional como ésta y en la que es absolutamente necesario atender a posibles víctimas heridas en un ataque.

4.- Captadoras

Mujeres especialmente persuasivas que se encargan de localizar y convencer a nuevas jóvenes para que se sumen a la yihad islámica. Su misión es el reclutamiento.

El método más extendido hoy por hoy es el de los grupos de whatsapp. En ellos agregan a un buen número de jóvenes, a las que han localizado anteriormente a través de las redes sociales, fundamentalmente Facebook. Conocen sus gustos, sus aficiones y su entorno. De esta manera, entran en sus vidas. Si les gusta la cocina, crean un chat de cocina, si les gusta la pintura, lo mismo… Poco a poco se convierten en las personas de confianza de adolescentes que, en su mayoría, tienen problemas para relacionarse con niñas de su edad.

Una vez reclutadas, sus captoras se encargan de hacer cumplir en su totalidad los preceptos e ideales de la mujer islámica y, en caso de no cumplirlos, serán ellas las que informen a los yihadistas para que les apliquen el castigo correspondiente.

Adolescentes, niñas grandes que en un momento de sus vidas tropiezan con la persona equivocada. Niñas que siguen soñando con el príncipe azul y que un buen día creen reconocerlo con las ropas de la yihad. Niñas que irremediablemente perderán su inocencia y quién sabe si algo más.

Ellas son las otras víctimas del terrorismo islámico.

 

 

 

 

 

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