Internacional

El Parlamento centra la política exterior de Ucrania en lograr la adhesión a la oTAN

Con la guerra abierta en el este contra su vecino ruso y los sublevados de las provincias de Dontesk y Lugansk (Donbass), tres años después de que el Gobierno europeísta de Ucrania renunciara a su estatus de «país neutral», este jueves la Rada Suprema (Parlamento) ha aprobado un proyecto de ley para centrar la política exterior de Kiev en lograr la adhesión a la OTAN.

El texto ha logrado el apoyo de 276 de los 450 diputados que componen la cámara y culmina el proceso de abandono de la neutralidad de un país estratégico en lo geopolítico. Ucrania, frontera entre la UE y la Rusia de Vladimir Putin, inició un camino europeísta con la llamada ‘revolución naranja’ en los años 2004 y 2005.

Entonces, el proeuropeo Victor Yushenko y el prorruso Victor Yanukovich se enfrentaron en las elecciones presidenciales, cuyos resultados fueron anulados en medio de una enorme polémica por la manipulación de los mismos. Tras la repetición en diciembre de 2004 de la cita con las urnas, Ucrania optó por el uropeísmo y Yushenko, aquejado de una enfermedad causada por un presunto envenenamiento —del que se acusó a Moscú—, inició su Presidencia enfocando el país hacia la UE y la OTAN.

Pero en cinco años, el país viró, tras las presiones económicas, políticas y dipolomáticas de Rusia. Yanukovich se convirtió en presidente y se negó a firmar un acuerdo de asociación preferente con la Unión Europea. La polémica sacó al pueblo a la calle, la plaza central de Kiev se llenó de manifestantes, que no juraron no abandonar la ocupación, en pleno invierno de 2014, hasta lograr la salida del poder del presidente prorruso.

La concentración fue atacada por las fuerzas del Gobierno y acabó en revolución violenta, con más de un centenar de muertos, hasta la huida de Yanukovich a Rusia.

El proceso europeísta derivó en un nuevo parlamento y un nuevo Gobierno, pero también con la invasión rusa de la provincia de Crimea —hoy anexionada a Moscú— y el levantamiento en armas de la población prorrusa del este del país, el Donbass. Los rebeldes proclamaron una república en Donetsk y Lugansk, con la esperanza de que Moscú la anexionara, pero el apoyo de Putin se limitó a financiarlos y enviar militares a combatir, sin admitirlo públicamente.

Hoy la guerra civil está enquistada, dura más de dos años, y Ucrania —cercada por su dependencia energética de Rusia y «abandonada» por la UE, según palabras del presidente Poroshenko— ha decidido dar el paso definitivo: Kiev quiere entrar en la OTAN, dejar de lado definitivamente a Moscú e iniciar los trámites para ser un país más cercano a la Europa occidental que a la que Putin quiere mantener bajo la influencia de esa gran Rusias.