Mohamed VI insta al sector bancario a implicarse más en los problemas sociales de Marruecos

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Mohamed VI, Rey de Marruecos. Foto: AFP
  • Antonio Navarro Amuedo / Atalayar.com

Toque de atención del rey Mohamed VI. El monarca alauita ha llamado en el discurso pronunciado este viernes con motivo de la apertura del curso parlamentario a la élite económica nacional a implicarse más cuando se advierte desaceleración económica y malestar social. Las protestas de carácter social –en lo que puede empezar a atisbarse como una nueva oleada de primaveras regionales— siguen produciéndose a lo largo del mundo árabe, incluida la vecina Argelia. Aunque hasta ahora Marruecos no ha registrado protestas masivas dirigidas contra el poder, aún persisten grandes niveles de pobreza y subdesarrollo que hacen que aquellas no puedan descartarse.

“Es públicamente notorio que los esfuerzos del Estado no bastan y que en consecuencia la implicación del sector privado en el proceso de desarrollo es indispensable”, afirmó Mohamed VI con motivo de la apertura del cuarto año de legislatura. De manera particular y repetidamente, el monarca alauita se dirigió al sector financiero. El rey le reprochó tener una “percepción negativa” entre la población, que considera que “busca solo el beneficio inmediato y sin riesgo”. “Exhortamos al sector bancario nacional a un compromiso más firme, a una implicación positiva más vigorosa en la dinámica de desarrollo que conoce nuestro país”, llamó el monarca alauita.

El jefe del Estado marroquí no se limitó a generalizaciones. Pidió a la banca mayores posibilidades crediticias para la población joven y una mayor apuesta por las empresas pequeñas y medianas. El problema del desempleo juvenil preocupa. Rabat es consciente de que la falta de oportunidades y horizontes profesionales es el mejor caldo de cultivo para la caída de los jóvenes en las garras del radicalismo religioso. En ese sentido deben enmarcase iniciativas como la multiplicación de la construcción de infraestructuras deportivas y de ocio en las grandes ciudades de Marruecos. Más del 43% de la juventud urbana está desempleada.

Asimismo, Mohamed VI pidió más esfuerzos la élite económica marroquí para ampliar la tasa de bancarización en un país donde una gran parte de la población vive ajena al sector financiero. “Conviene que los bancos redoblen sus esfuerzos para ampliar la proporción de marroquíes que recurren a las prestaciones bancarias y a los dispositivos de financiación”.

El rey centró prácticamente todo el contenido de su alocución en cuestiones económicas y sociales, y evitó pronunciarse sobre otras materias de carácter político. La intervención de Mohamed VI ante el Parlamento marroquí con motivo de la apertura del cuarto año de la legislatura continúa la línea trazada por el soberano en el último Discurso del Trono, pronunciado el pasado mes de julio: más preocupaciones sociales y menos contenido político. Entonces, el monarca denunciaba la “incapacidad” del modelo de desarrollo a la hora de “responder a las crecientes necesidades de los ciudadanos, así como de contrarrestar las crecientes disparidades sociales”.

Rebaja en el número de ministerios

Esta misma semana el monarca ratificaba una profunda reforma gubernamental. El gabinete pasa de 38 a 23 ministerios. Un mensaje de austeridad a la ciudadanía cuando las perspectivas económicas preocupan. Las malas cosechas auguran un crecimiento por debajo de lo esperado -la agricultura representa más del 14% del PIB y emplea a más del 40% de la fuerza laboral- y el frenazo en la economía global inquietan. En los vecinos Argelia y Túnez –aunque en escenarios políticos distintos- se viven meses convulsos. En Irak las protestas de carácter social en ciudades de todo el país. La calle árabe está revuelta. Los problemas estructurales –a pesar de los indudables avances materiales y en materia de infraestructuras de la última década- persisten y no pueden descartarse que el descontento se traduzca en protestas.

La reformulación del gabinete vino precedida por la salida del mismo –donde ocupaba dos carteras- del Partido del Progreso y del Socialismo (PSS), formación presente en gobiernos durante los últimos 20 años. A juicio del líder de la formación, el Gobierno liderado por el PJD ha sido “incapaz por su falta flagrante de homogeneidad de aportar a los marroquíes las respuestas políticas necesarias a las aspiraciones de más democracia, progreso y justicia social. No creo, en resumen, en su capacidad para llevar a cabo las reformas necesarias”, aseguraba la pasada semana al semanario Jeune Afrique Nabil Benabdallah.

El Banco Mundial estima que el PIB del país magrebí crecerá apenas un 2,7% al término del actual ejercicio, cuando lo ha estado haciendo por encima del 4% en los últimos años. Según el organismo internacional, 9 millones de marroquíes son pobres o están amenazados por la pobreza (que el Banco Mundial considera por debajo del umbral de los 3,2 dólares al día).

Como en 2011, el rey de Marruecos ha vuelto a anticiparse tomando las riendas de la situación. Entonces, el soberano impulsó una reforma constitucional llamada a poner más poder en manos de los órganos legislativos. Con aquella inteligente iniciativa logró encauzar los incipientes movimientos de protesta que, inspirados en las primaveras árabes, salieron a las calles de las principales ciudades de Marruecos. Los buenos datos macroeconómicos y la estabilidad política y social han respaldado su gestión, pero los tiempos son convulsos.

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