El ELN inicia un alto el fuego después de 50 años de terrorismo

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Terroristas del ELN de Colombia durante unas maniobras. (Getty)

Después de medio siglo de feroz enfrentamiento, la guerrilla del ELN y las fuerzas armadas iniciaron a partir de primera hora de este domingo un inédito alto al fuego en Colombia.

La tregua, que en principio se extenderá hasta el 9 de enero, supone el mayor avance en las negociaciones de paz que desde febrero llevan a cabo el gobierno y el ELN en Quito, para terminar de cerrar el conflicto más prolongado de América.

«A partir de este momento, y como lo dijo nuestro Comandante Nicolás Rodríguez, el ELN cumplirá el cese al fuego bilateral de manera plena», dijo la delegación de paz del grupo insurgente en su cuenta de Twitter.

Es la primera vez que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) acepta suspender sus operaciones de forma temporal y recíproca desde que se levantó en armas en 1964.

De su lado, las fuerzas armadas ya habían recibido la instrucción del presidente Juan Manuel Santos de interrumpir sus operaciones.

Un antesala sangrienta

La tregua viene precedida de una semana de ataques contra la fuerza pública y uno de los principales oleoductos del país, que dejan un militar muerto y derrames de crudo en varios ríos de los departamentos de Norte de Santander y Arauca, fronterizos con Venezuela.

El sábado los rebeldes también sufrieron un duro golpe al perder a uno de sus líderes en el noreste del país, conocido como «Carro Loco», en una operación de comandos especiales, dijo el mando castrense en un comunicado.

Entretanto, tres policías murieron en una emboscada y uno de los presuntos agresores fue abatido en el municipio de Miranda (suroeste).

En principio la policía atribuyó el ataque a guerrilleros disidentes de las FARC, aunque en la zona también opera el ELN.

Aun así, Santos confía en que el alto al fuego «sea el primer paso para lograr la paz» con este último grupo, tras lograr el desarme de las FARC, la que fuera la guerrilla más antigua y poderosa del continente.

Compromisos

El alto al fuego con el ELN, que nació bajo el influjo de la Revolución cubana y de raíces cristianas, va más allá del terreno militar.

Con unos 1.500 combatientes, según cifras oficiales, la organización se comprometió a detener los ataques petroleros, la toma de rehenes, el reclutamiento de menores de 15 años y la siembra de artefactos explosivos.

Desde enero han muerto o resultado heridos 47 efectivos de la fuerza pública a manos de los rebeldes, según el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.

El gobierno, por su parte, deberá mejorar las condiciones carcelarias de unos 450 guerrilleros y fortalecer la protección a líderes sociales y de derechos humanos, blanco de ataques que dejan 190 muertos desde enero de 2016, según la Defensoría del Pueblo.

También el ELN aceptó analizar «la liberación de los secuestrados que ya tienen en su poder», según el jefe negociador del gobierno, Juan Camilo Restrepo.

Un mecanismo conformado por la ONU, el gobierno, los rebeldes y la Iglesia católica verificará la tregua sobre el terreno.

Naciones Unidas desplegará observadores en los 33 municipios con mayor presencia del ELN, mientras la Iglesia acompañará al mecanismo desde 20 diócesis.

El componente internacional será el encargado de facilitar el entendimiento entre las partes ante eventuales violaciones del cese al fuego.

Paz completa

Criticado por sectores conservadores por sus supuestas concesiones a la rebelión armada, el gobierno de Santos quiere sellar un acuerdo con el ELN que conduzca a una «paz completa».

Santos, que dejará el poder en agosto de 2018, ya sacó adelante un pacto que permitió el desarme de 7.000 combatientes y la transformación en partido político de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).

Los enfrentamientos que además de las guerrillas han involucrado a paramilitares, narcotraficantes y agentes estatales han provocado al menos 7,5 millones de víctimas, entre muertos, desparecidos y desplazados.

El ELN sostuvo diálogos preliminares de paz con todos los presidentes desde 1990, pero la de Quito es su primera negociación formal.

Su máximo órgano de decisión es el Comando Central (COCE) conformado por cinco miembros y que lidera Rodríguez.

Algunos observadores apuntan que el cese al fuego iniciado este domingo podría ser más frágil que el que en su momento rigió con las FARC.

Mientras que esta última guerrilla actuó siempre como una organización muy vertical, el ELN tiene una estructura federada.

Pero aun cuando los frentes pueden tomar decisiones militares autónomas, el cese al fuego es una decisión política del COCE, matiza el politólogo Víctor De Currea-Lugo, experto en la guerrilla guevarista.

«El ELN hoy por hoy está unido, (…) todas las estructuras van a hacer caso», expresó a la AFP.

El gobierno y su contraparte abrirán en medio del cese al fuego el cuarto ciclo de conversaciones en Quito el 23 de octubre.

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