Edad Media

Ni caza ni esgrima: uno de los deportes más populares de la Edad Media se sigue practicando hoy los fines de semana

Deporte más popular de la Edad Media
Obra de Jan Steen, que muestra a personas jugando a los bolos. Foto: Galería Nacional de Londres.

Mucho, pero mucho antes de que surgieran las competiciones modernas o los deportes de equipo que llenan estadios, ya había juegos que marcaban la vida social en villas y pueblos medievales. Uno de ellos, se volvió uno de los deportes más populares de la Edad Media.

Lo más sorprendente es que todavía se practica hoy, en boleras, plazas o calles, cada fin de semana, en distintos rincones de España. Y claro, por qué no, de otras partes del mundo.

Así es uno de los deportes más populares de la Edad Media: ¿Sigue vigente?

¡Claro que sigue vigente! Y sobrevivió a muchos siglos sin perder su esencia: lanzar una bola con fuerza y precisión para derribar un conjunto de piezas colocadas en el suelo. Los bolos, en sus diferentes modalidades, tienen raíces que se remontan a civilizaciones antiguas, con evidencias de prácticas similares en el Antiguo Egipto y la Roma clásica.

En Europa, el auge de los bolos se dio durante la Edad Media, especialmente en territorios que hoy pertenecen a Alemania, Inglaterra y los Países Bajos.

Allí, además de ser una forma de entretenimiento, tuvo incluso un componente simbólico y religioso. En el caso alemán, por ejemplo, lanzar una piedra para derribar «figuras paganas» era parte de un ritual.

En Inglaterra, llegó a tener tal popularidad que se prohibió temporalmente por miedo a que eclipsara la práctica del tiro con arco.

Con el paso del tiempo, esta práctica se fue transformando en múltiples versiones locales. Hoy, aunque muchas personas asocian los bolos al bowling de los salones norteamericanos, en España sobreviven una gran variedad de formas tradicionales del juego, reconocidas como parte del patrimonio cultural inmaterial.

Las múltiples caras del juego medieval de los bolos en España

A lo largo del territorio español, el legado de este deporte popular de la Edad Media se manifiesta en versiones únicas adaptadas a las características de cada región. Algunas de estas modalidades se han mantenido vivas gracias a la transmisión intergeneracional y a asociaciones deportivas locales.

  • En Andalucía, el bolo andaluz o bolo serrano es considerado el único deporte autóctono de la comunidad. Existen dos variantes principales. El bolo andaluz valle, que conserva normas medievales y mezcla el derribo con el lanzamiento de bolos a distancia. Por su parte, el bolo andaluz montaña se juega sólo con un bolo y destaca por su simplicidad material.
  • En Aragón, el juego de birllas se practica tradicionalmente en la provincia de Huesca, con una particularidad: solo lo juegan mujeres. Se colocan nueve birlas en tres filas sobre terreno llano y se lanzan bolas de madera con un peso considerable.
  • En Asturias, existe una gran diversidad de variantes, como cuatreada, bolo batiente, bolo tineo o bolo celta. Algunas de estas modalidades incluso cuentan con competiciones retransmitidas por televisión autonómica y tienen presencia internacional en países con comunidades emigrantes.
  • En Cantabria, los bolos son considerados el deporte vernáculo por excelencia. Se practican formas como el bolo palma, pasabolo tablón, pasabolo losa y bolo pasiego. Las boleras, conocidas también como corros, son comunes en casi todas las localidades.
  • En Castilla y León, destacan versiones como el bolo leonés, el bolo palentino o los bolos bercianos. En estas modalidades se utilizan piezas de madera con distintas formas, pesos y reglas según la zona. Algunos juegos se desarrollan en equipos, otros son individuales o por parejas.

Los bolos, un deporte medieval que se mantiene cada fin de semana

Este conjunto de juegos, que forma parte de los deportes más populares de la Edad Media, no ha quedado relegado a los libros de historia. Muy al contrario, se siguen practicando en boleras rurales, plazas de pueblo o instalaciones municipales adaptadas, especialmente los fines de semana.

En varias comunidades autónomas existen ligas, torneos y federaciones que regulan estas prácticas, muchas de ellas reconocidas oficialmente como deportes tradicionales o autóctonos.

Además, algunos ayuntamientos y asociaciones culturales organizan exhibiciones y campeonatos para mantener viva la tradición y acercarla a nuevas generaciones.

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