Historia
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Así murió Iván el Terrible

El Gran Príncipe de Moscú, Iván el Terrible,  fue nombrado a los 3 años de edad como sucesor de Basilio III de Moscú. Desde muy pequeño, el que sería zar de Rusia y creador del Estado ruso, estuvo preparándose para reinar. Consiguió ser el primer zar de Rusia en 1547 y empezó entonces una época oscura en la historia del país.

A pesar de ser un gran lector, amante de las artes y del ajedrez, que curiosamente prohibió durante su reinado, Iván el Terrible pasó a la historia como uno de los más despiadados mandatarios de Europa. Con una infancia dura, donde fue acosado por los boyardos, la nobleza rusa, consiguió conquistar Siberia, crear un código legal nuevo y centralizar todo su poder en la capital del país.

Violento y déspota

Ya con 13 años de edad ordenó su primera ejecución. Fue el príncipe Andrei Shuiski, líder boyardo. El zar mandó que lo lanzaran a perros hambrientos que se lo comieron ante la atenta mirada del propio zar.

Las fuentes cuentan que se casó más de siete veces, pero fue la muerte de Anastasia Romanóvna, su primera mujer, la que le causó estragos en su personalidad. A partir de este momento, Iván el Terrible comenzó a sentir ataques de euforia y depresión constante.

Estos ataques le llevaron a arrasar ciudades enteras como Nóvgorod, y Pskov. Además, las muertes durante su reinado fueron constantes y el terror se hizo la tónica durante su mandato.

Uno de estos arrebatos le llevaron en el año 1581 a golpear a su propio hijo con un bastón en la cabeza y lo acabó matando. Esto le persiguió el resto de su vida.

La muerte del zar

Las locuras de Iván el Terrible se hicieron famosas en toda Europa. Durante los últimos años de mandato, sus perversiones fueron en aumento. Solía comentar a sus colaboradores que había desflorado a más de mil vírgenes y posteriormente haber matado a todos sus hijos resultantes.

Llegó a matar a muchos de sus amigos, fruto de estos ataques de euforia, y los enemigos de este pensaron en todo momento en cómo acabar con el zar, uno de los asesinos más sanguinarios de la historia de Rusia.

Fue la mañana del 18 de marzo de 1984 cuando el zar, que había prohibido jugar al ajedrez en toda Rusia, se disponía a jugar una partida con uno de sus colaboradores más cercanos, Bogdan Belski, cuando, mientras preparaba las fichas en el tablero, el zar murió.

No existe una versión oficial sobre las causas de su muerte, pero la mayoría de los historiadores coinciden en que no fue por causa natural. La versión más extendida es un envenenamiento por parte de los boyardos.