Uno de los okupas del edificio ‘conquistado’ en Sevilla: «¿Trabajar en un bar o en el campo? Pagan poco»
Un multitudinario grupo de okupas llevan desde marzo en un edificio de la céntrica calle Feria, en Sevilla. Un bloque entero, que tiene atemorizado al barrio, tal y como han admitido varios vecinos a OKDIARIO. Este periódico, pese a la habitual violencia con la que han reaccionado los okupas cuando el periodista ha señalado que sólo quería hablar con ellos, finalmente ha logrado hacer unas preguntas a uno, de origen rumano, con papeles (tal y como ha mostrado a este medio) y que vive en ese bloque con su mujer. Una cosa tiene clara: no quiere trabajar.
Con un mal español para llevar casi diez años en nuestro país, según ha explicado, el único okupa que ha accedido a hablar con este periódico reconoce directamente que ni siquiera ha intentado trabajar en España, pese a tener la documentación en regla, porque no sabe dónde.
«¿Pero dónde aquí? ¿Para trabajar dónde?», pregunta el okupa. Cuando se le plantea la opción de lograr empleo, por ejemplo, en un bar dice directamente: «No quiero». Cuando se le cuestiona también sobre trabajar en el campo, se niega en rotundo por lo poco que pagan, dando a entender, claro, que gana más buscando en la basura, que es lo que él mismo ha admitido que hace. «En el campo tampoco puedo trabajar porque yo tengo a mi mujer y sólo me pagan 20 o 25 euros por 5 o 6 horas», dice.
Okupas violentos
Cuando se le pregunta al okupa si el edificio está gestionado por una mafia, como es obvio porque se ofrecen los «pisos disponibles» en páginas web de compraventa, el hombre cambia radicalmente de tema: «Pues yo antes vivía en Camas».
«No, no, no. Aquí no pagamos nada», dice. Algo que también contradice al propio anuncio que la mafia publicó en Internet, donde se ofrecían los pisos a «buen precio».
También niega radicalmente el okupa lo que todos los vecinos denuncian: los robos en tiendas próximas al edificio desde que ellos llegaron. De hecho, el okupa se queja de que a él le robaron su bicicleta: «No. Robando no. A mí, de hecho, me robaron mi bicicleta. Yo nunca he robado nada».
«Nosotros no robamos. Bajamos a la basura. Buscamos en la basura», continúa el hombre de origen rumano, que pregunta: «¿Para qué vamos a robar? ¿Para entrar en la cárcel?».