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Sánchez fulmina la Unidad de Rendición de Cuentas que creó para impulsar la transparencia en Moncloa

Mantiene el Departamento del Discurso para pulir los mensajes de Sánchez ante las cesiones a separatistas y proetarras

El Gobierno de Pedro Sánchez aumenta su opacidad. Ha eliminado la Unidad de Rendición de Cuentas -dependiente del Ministerio de Presidencia- que, entre sus funciones, hacía seguimiento de las actividades y políticas que llevaban a cabo el Ejecutivo y los diferentes departamentos ministeriales. Otras unidades que han sido fulminadas en el cambio de organigrama se han sustituido por otras con distinto nombre, aunque con las mismas funciones, pero en el caso de la Unidad de Rendición de Cuentas no se ha creado otro organismo sustitutivo.

El Boletín Oficial de Estado ha publicado este martes el Decreto 954/2024 por el que se modifica la estructura de la Presidencia del Gobierno. En el escrito, firmado por Pedro Sánchez, desaparece esta unidad que, según las funciones atribuidas por el organismo encabezado por Félix Bolaños, era el encargado del «seguimiento y control de la programación y la implementación de la actividad gubernamental, que comprende la actividad del conjunto de los departamentos ministeriales». Además, este organismo también realizaba la recogida de datos para el informe Cumpliendo, con el que Sánchez sacaba pecho de los hitos y avances de su Gobierno de manera semestral.

Sin embargo, en esta nueva redacción Sánchez elimina este departamento, con rango de Subdirección General, aunque, para no renunciar a su informe propagandístico en el que presume de las acciones de su Ejecutivo, ha mantenido la preparación de la información que posteriormente se recoge en el informe Cumpliendo, una función que ahora centralizará la nueva Secretaría General de Política Nacional, junto con las otras responsabilidades que ya tiene adjudicadas, como asesorar al presidente del Gobierno en el diseño e implementación de políticas públicas nacionales o fomentar la coordinación entre ministerios para garantizar la coherencia integral de la acción del Ejecutivo.

De esta forma, mientras Sánchez exige a los medios de comunicación españoles transparencia conforme a su plan para la supuesta regeneración democrática -anunciado desde que en abril fingiera dimitir a raíz de la investigación judicial a su mujer, Begoña Gómez-, las administraciones públicas aumentan su opacidad. Entre las medidas que ha impulsado el Gobierno para controlar a los medios se incluye por parte de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia un registro de empresas periodísticas, supuestamente por la necesidad de reducir el poder de grupos mediáticos.

Así, mientras Sánchez pide mayor transparencia a la prensa, su Gobierno dificulta cada vez más esta rendición de cuentas. Un oscurantismo que confirma el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno (CTBG), que durante la primera mitad del año ha evaluado a 128 organismos estatales elegidos al azar, de los que 78 no cumplen ni la mitad de sus obligaciones respecto a esta exigencia democrática regulada por ley.

Departamento de Discurso

El pasado mes de noviembre, Pedro Sánchez reorganizaba la estructura de Moncloa para afrontar una convulsa legislatura marcada por sus pactos con el separatismo. Entre las novedades más destacadas en el organigrama de la Presidencia del Gobierno sobresalía la creación de un Departamento de Discurso y Mensaje. Un organismo que ha sido renombrado en el nuevo organigrama recogido este martes por el BOE.

Ahora, bajo el nombre de Departamento de Discurso, se crea una unidad para asistir a la persona titular de la Dirección del Gabinete en todas las funciones relacionadas con la propuesta y elaboración de discursos y mensajes del presidente del Gobierno. El mantenimiento de este departamento revela la importancia que el presidente socialista confiere a los mensajes que su Gobierno traslada a la opinión pública, ante un mandato marcado por las cesiones a sus socios separatistas y proetarras.