Rovira quiere ser presidenta del Parlament pero ERC piensa en el imputado Mundó y en Ernest Maragall
Con la decisión -parece que irrevocable- tomada por la presidenta del Parlament de Cataluña, Carme Forcadell, de no querer ser investida de nueva presidenta de la cámara catalana, Esquerra Repúblicana de Cataluña, el partido que la aupó dentro de Junts Pel Sí en la anterior legislatura, empieza a mover fichas para no perder esta pieza clave en la gobernabilidad catalana. Aunque desde ERC niegan que se hayan puesto nombres encima de la mesa, mientras esperan una rectificación de Forcadell, lo cierto es que los republicanos ya tienen dos posibles sustitutos. El ex consejero de Justicia, Carles Mundó, y el ex eurodiputado Ernest Maragall -hermano del ex presidente socialista Pasqual Maragall-, son dos de los nombres que barajan a día de hoy en el cuartel general de ERC, aunque hay otro. La secretaria general de los republicanos, Marta Rovira, también quiere serlo.
La número dos de Oriol Junqueras en el partido ya intentó hacerse con la presidencia del Parlament en 2015, cuando finalmente recayó en Carme Forcadell. No ser la elegida, en aquella ocasión, sentó mal a la secretaria general de Esquerra, que fue nombrada finalmente portavoz del grupo parlamentario de Junts Pel Sí. Ahora, con Junqueras en prisión, Marta Rovira será el cargo orgánico con mayor representación Institucional. Su mal papel en la campaña electoral y su posición de dureza durante los últimos meses contra el PDeCAT hacen inviable su presencia en el nuevo ejecutivo, por lo que la presidencia del Parlament sería una buena vía de escape para la política de Vic.
Marta Rovira, investigada desde hace unas semanas por el juez del Tribunal Supremo por su supuesto papel clave en la celebración del 1-O, todavía no ha dado explicaciones ante los tribunales. Se espera que sea en los próximos días cuando Pablo Llarena le cite a declarar, junto con cinco personas más. La secretaria general de ERC es una de las más firmes defensoras de la vía unilateral dentro de su partido, punto a favor por parte de Junts per Catalunya para ser investida, pero qué haría dudar a Catalunya en Comú, que depende como serán claves para la formación de la mesa. De ser Rovira la persona investida, su perfil ideológico hace prever que en los próximos meses se puedan repetir más situaciones como las vividas los días 6 y 7 de septiembre, con la aprobación de las leyes de desconexión y una actitud laxa de la mesa respeto al cumplimiento de las leyes y el funcionamiento de la cámara.
Si finalmente Marta Rovira no consigue imponer su candidatura, el ex consejero de Justicia, Carles Mundó, es el mejor situado para relevar a Carme Forcadell. El ex compañero de celda de Oriol Junqueras en la prisión de Estremera es un gran conocedor de la legislación, con lo que facilitaría su tarea al frente del legislativo. La otra propuesta de los republicanos, el ex consejero socialista de Educación Ernest Maragall, hermano del ex presidente Pasqual Maragall y uno de los miles de socialistas reconvertidos en independentistas, contaría como Mundó con el apoyo de una gran mayoría de los separatistas. Este eurodiputado por ERC hasta hace poco más de un año, solo tiene en su contra la edad, ya que tiene 75 años.
Las negociaciones independentistas, por separado
Junts per Catalunya y Esquerra Republicana fueron los primeros en reunirse en Bruselas, tal como avanzó OKDIARIO. En esa reunión estuvo presente Carles Puigdemont, aunque por parte de ERC delegaron la voz al jefe de gabinete de Rovira, al ex secretario de Economía y a un diputado electo. No se llegó a ningún acuerdo y se emplazaron a continuar hablando en Barcelona. Fuentes conocedoras del encuentro aseguran que encima de la mesa ya había la posibilidad, confirmada por este periódico horas más tarde, de que Forcadell no quisiera repetir como presidenta, aunque no se puso ningún nombre encima de la mesa, solo el reparto de sillas. Horas más tarde, por la misma mesa negociadora, pasó el jefe de filas de la CUP, Carles Riera, quien preguntó a Puigdemont sobre su compromiso con implementar la República y cómo pensaba hacerlo. Aunque ninguna de las dos partes ha querido dar más detalles, los cuperos reconocen haber salido satisfechos de la reunión. Esquerra y la CUP también mantienen contactos en Barcelona, de forma más discreta.
A la espera de la llamada de los comunes
Tanto en el cuartel general de Junts per Catalunya como en el de la CUP, esperan una llamada: la de Xavier Domènech. El líder de Catalunya en Comú tiene la llave para la investidura del nuevo presidente del Parlament, ya que sus ocho diputados son los que les faltan a los independentistas entre presos y huidos. A los comunes, JXCat y ERC estarían dispuestos a cederles una silla que no les toca en la mesa e incluso, aseguran algunos dirigentes, la presidencia para Domènech si facilita la gobernabilidad y la hoja de ruta pactada por los independentistas.
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