Congreso de los Diputados

Sánchez aprovechará la crisis del PP para adelantar a abril el Debate del Estado de la Nación

El adelanto en el calendario también impedirá que esté presente Inés Arrimadas, que habrá acabado de dar a luz, y así podrá aprovechar él todo el foco mediático de dos días de debate parlamentario

Pedro Sánchez PP
Pedro Sánchez
Joan Guirado

El Debate del Estado de la Nación no se celebrará en junio, como inicialmente tenía previsto Pedro Sánchez. Será en abril. El presidente del Gobierno aprovechará la falta de liderazgo en el PP para someterse al escrutinio de la oposición. Sánchez es consciente de que la crisis de los populares les tendrá debilitados y que su próximo rival en las urnas, el gallego Alberto Núñez Feijóo, no será quien se medirá con él en el Congreso -posiblemente será Cuca Gamarra-. Todo juega a su favor.

Aunque el pasado miércoles, durante la despedida de Pablo Casado en el Congreso, Pedro Sánchez aseguró su intención de competir «no por las debilidades de los adversarios» -afirmación que utilizaba para negar un adelanto electoral en España- lo cierto es que el presidente sí va a aprovecharse de la crisis del PP en favor de sus intereses. Y no sólo eso. También de la baja maternal de Inés Arrimadas, que por entonces ya habrá dado a luz a su segundo hijo. De esta forma, Sánchez cree que se llevará todo el protagonismo.

El líder del Partido Socialista hará coincidir el XX congreso de los populares, que se celebrará el 2 y 3 de abril en Sevilla, con el Debate del Estado de la Nación. Eso obligará a los diputados del PP a redoblar sus esfuerzos para estar a la altura de dos citas muy importantes. En función del día en que Sánchez convoque el debate -en su entorno apuntan a principios de mes-, el grupo parlamentario popular podría estar aún sin un liderazgo y sin una estrategia clara. Lo que es seguro es que quien se enfrente en las Cortes ese día no será la misma persona que rivalizará con él en las urnas. De momento, el papel que hasta ahora jugaba Casado lo asumirá Cuca Gamarra, con Feijóo como mero espectador. Algo que no es baladí para el líder socialista.

Sánchez «se siente fuerte». Con una Yolanda Díaz debilitada tras no derogar la reforma laboral y tener que convalidar el real decreto-ley con partidos de la derecha, un Podemos cada vez más dividido y el PP inmerso en su mayor crisis interna de la historia, sólo Vox puede salir ganando algo del debate. Pero en Moncloa se encargarán de que no sea así. A todo este panorama cabe tener en cuenta también la descomposición de Ciudadanos.

Antes de la celebración del Debate del Estado de la Nación, Sánchez, intentará que una parte importante de los fondos europeos de recuperación ya estén llegando a sus destinatarios. Es decir, su forma de ganar votos con dinero comunitario. Con ello, también se vislumbrarán mejoras en las previsiones económicas que le permitirán abanderar un discurso económico con el que su equipo cree posible prolongar cuatro años más su estancia en Moncloa. En función de cómo vayan los dos días de debate decidirá si hace coincidir las generales con las andaluzas y le da un capote a Juan Espadas. Aunque en sede parlamentaria haya jurado que no habrá adelanto.

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