España

‘Operación diálogo’: Las claves de la negociación del Gobierno con Cataluña

En los corrillos de ERC y la antigua CDC (PDECat) ya se habla de la ‘Operación Diálogo’, que es como han bautizado a las negociaciones del Gobierno con Cataluña. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha encomendado esta ardua tarea a la vicepresidenta y ministra de la Presidencia y para las Administraciones Territoriales, Soraya Sáenz de Santamaría, quien ya ha instalado un despacho en pleno Eixample barcelonés para coordinar mejor su actividad política y desplegar, con discreción, su red de contactos.

La vicepresidenta ya se ha reunido con el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y también con su ‘número dos’, Oriol Junqueras. Ambos salieron contentos de la primera toma de contacto y, entre bambalinas, entusiasmados por la promesa de «una nueva financiación a Cataluña por parte del Gobierno», tal y como describen sus fuentes más cercanas a OKDIARIO. El Ejecutivo avanza cauto advirtiendo en privado y en público que nunca traspasará la línea roja de la Carta Magna, y es una contraprestación que los dirigentes catalanes deben acatar.

«Un consenso respetando la legalidad»

Fuentes gubernamentales consideran que el calendario judicial que afecta no sólo al portavoz del Partido Demócrata Catalán en el Congreso, Françesc Homs, sino también a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, impide a todas las partes generar ese clima idóneo para llegar a acuerdos. Sin embargo, consideran que hay que seguir manteniendo diálogo permanente con los principales actores: «Nos hemos dado de plazo hasta el verano para reunirnos las veces que haga falta para intentar encajar un consenso que respete la legalidad y atienda a las exigencias que demanda un sector importante de la sociedad catalana», explican las citadas fuentes.

«Millo será los ojos de la vicepresidenta»

Para todo esto, la vicepresidenta se ha apoyado en la figura del recién nombrado delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo. Un hombre al que los que le conocen bien reconocen una «trayectoria brillante», «inteligente que, además, conoce la realidad catalana como ninguno», comentan. «Millo será los ojos, los oídos, la mano derecha y también la izquierda de la vicepresidenta», continúan. «Millo será el cauce de comunicación constante entre la sociedad catalana y el Gobierno de España», dijo la propia Sáenz de Santamaría el día de la toma de posesión del cargo.

Uno de los primeros objetivos de esta operación es limar asperezas con el PDECat para poder contar con ellos durante esta legislatura en el Congreso ante las previsibles dificultades de lograr acuerdos con los socialistas. Por la otra parte, los de Homs, en proceso de descomposición, necesitan más que nunca recobrar fuerzas y su capacidad de interlocución con el Estado de cara a las próximas elecciones, en las que ya suena con fuerza un gobierno de izquierdas sin repetir la coalición Junts pel Sí.

La estrategia del PDECat sigue por mantener la convocatoria del referéndum pero tras estos primeros contactos, los catalanes ya han comenzado una campaña mediática dirigida a la población para aparcar la desobediencia. Un primer paso que advierte a Junqueras a acatar y respetar este principio de cara a un futuro próximo o a buscar apoyo en la CUP para sacar la consulta adelante por la vía radical.

En estos contactos ha aparecido un tercer interlocutor que reclama ahora su trozo de pastel: el PSC. Los de Miquel Iceta se dirigen a la vicepresidenta a través de los medios para felicitar al Ejecutivo por el nombramiento de Millo. Al revés que el PDECat, quienes acusaron al nuevo delegado del Gobierno en Cataluña de «oportunista» debido a sus discrepancias con su antiguo partido, Unió.

Una nueva financiación

En el PSC le han hecho saber a Sáenz de Santamaría que ellos también quieren ser parte de la solución e, incluso, han llegado a plantear la hoja de ruta que, según los socialistas, se debe de poner en marcha para solucionar el problema catalán: primero una reforma constitucional pactada para modificar términos «obsoletos»; a continuación una nueva financiación que reduzca la conflictividad competencial en áreas como educación, sanidad, cultura, etc. Y el último paso consistiría en realizar inversiones territorializadas que no generen agravios entre las distintas comunidades, y es aquí donde incluyen distintas infraestructuras y el AVE, como reclama el PNV.

Tan en serio se lo han tomado en el PSC que, según las fuentes consultadas, Miquel Iceta pidió a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en la reunión de este jueves pasado, que no entorpeciera el diálogo que tienen previsto mantener con Moncloa.

«Los canales permanecen abiertos a la espera de próximos encuentros entre los altos mandatarios», sugieren fuentes gubernamentales. Las mismas que sostienen que además de encuentros con la Generalitat, la vicepresidenta se reunirá de manera informal con altos empresarios catalanes para reforzar el diálogo y conocer la realidad de todos los puntos de vista.

Saénz de Santamaría seguirá manteniendo encuentros con los diferentes portavoces parlamentarios para tantear sus posiciones en los próximos cuatro años. Así, ha recibido en Moncloa al portavoz de Unidos Podemos, Íñigo Errejón, y a la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas; también al diputado de Ciudadanos, José Manuel Villegas, y se ha reunido en el Congreso con el portavoz del PNV, Aitor Esteban. Asimismo, ha mantenido contactos telefónicos con otros portavoces y anuncian que esto no ha hecho nada más que comenzar.

La vicepresidenta comparecerá el próximo jueves, 1 de diciembre, en la Comisión Constitucional del Congreso para detallar los planes del nuevo Ejecutivo, del que ella es su coordinadora, y especialmente en lo relativo a sus nuevos cometidos, como la gestión de las reclamaciones del Gobierno catalán. Fuentes gubernamentales aseguraron a los periodistas que Sáenz de Santamaría podría dar pistas sobre cómo piensa poner en orden la cuestión catalana, como ella misma tenía previsto hacer nada más tomar posesión de su nuevo encargo, y singularmente sobre el desafío independentista.