Okupan un edificio entero en pleno centro de Sevilla: los vecinos denuncian robos y drogas desde su llegada

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Borja Jiménez

La calle Feria de Sevilla, en pleno Casco Antiguo, ha sido asaltada por toda una mafia de okupas muy agresivos que cobra a los inquilinos por residir en una de los pisos de todo un edificio que tienen completamente en su poder. La Policía, tal y como ha comprobado OKDIARIO, se limita a decir que ya se han interpuesto las pertinentes denuncias y que, por tanto, sólo queda esperar. Los vecinos, mientras, denuncian robos, violencia y mucha droga en la zona desde que llegaron los okupas, en marzo de este año.

Uno de los inquilinos de esta mafia ha hablado con OKDIARIO, a quien no ha reconocido que pagan, pese a que los propios mafiosos publicitan los pisos en Milanuncios.com, donde dicen que los dejan a «buen precio». Eso sí, toca pagar con «dinero en efectivo», claro. La mafia señala que cuentan con cinco pisos sin ‘alquilar’ «totalmente habitables» y «con toda clase de comodidades».

Según explican los mafiosos, el edificio ha sido «embargado por un fondo buitre», motivo suficiente para entrar en él. Los vecinos, sin embargo, aseguran que no se trata de familias sin recursos que no tienen otra salida, sino de «auténticos delincuentes». Una mujer que pasaba frente a la puerta del bloque aseguraba a OKDIARIO que «están robando en los comercios y cada vez hay más droga, la esconden en los contenedores».

Vox

Vox suele estar presente en cada una de las okupaciones que se producen en Sevilla, o en municipios próximos a la capital hispalense. Cristina Peláez, concejal y portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Sevilla, lleva días hablando con vecinos y comercios de la zona.

Tal y como ha declarado a OKDIARIO, estos okupas «se sienten amparados, porque se desprotege la propiedad privada». «Los vecinos se sienten indefensos, se degrada el barrio y hay más casos de robos por la zona, tal y como nos han estado contando los propios vecinos», señala Peláez.

Desde Vox, de hecho, probaron a llamar a la Policía Local para ver qué les decían sobre la okupación. La respuesta, la misma de siempre: «La denuncia está interpuesta, ahora toca esperar». Los propios agentes son, en la mayoría de los casos, los más contrariados con la situación.

«En el derecho a la vivienda estamos de acuerdo todos. El problema está en el medio para llegar al derecho a la vivienda. Nadie puede decirnos que no estamos de acuerdo con el derecho a la vivienda, pero si eso repercute y eso socava el derecho que tienen los ciudadanos a tener una propiedad privada, es lo que no se puede consentir en un estado de derecho», explica Peláez.

Los vecinos, hartos

Una vecina del barrio recuerda que, aunque este edificio está okupado desde marzo, la situación no es nueva en la zona: «Esto lleva ya muchos años, esto no es de ahora». «Lo que no es justo es que haya un local que vale dinero y que encima te cueste a ti dinero echarlos», explica una visiblemente enfadada mujer, que asegura que, desde que están estos delincuentes en ese bloque, «corre la droga a raudales».

La historia de otro de los vecinos de la zona, de hecho, corrobora que no es una situación nueva. Ángel explica a OKDIARIO cómo, tras múltiples denuncias y muchos meses, logró expulsar a unos okupas que, después, le marcaron su casa como hacían los fascistas. Paradójicamente, llamándole fascista… por recuperar su propiedad privada. «Ángel hueso fascista», se podía leer pintado bajo la ventana de su piso.

Y es que, aunque desde la izquierda insisten a la hora de asegurar que la okupación no es un problema, y mucho menos un delito, sino «un derecho», los delincuentes cada vez se sienten más amparados por una parte de la clase política, ahora incluso en cargos de relevancia en el Gobierno de la Nación, que sigue blanqueando a los okupas.

 

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