Los Mossos espiaron a la garganta profunda del caso Pujol, Victoria Álvarez, exnovia de Jordi hijo

Victoria Álvarez
Victoria Álvarez. (Foto: EFE)
Carlos Cuesta

Jordi Pujol Ferrusola -el primogénito del clan- sale de prisión, mientras la Policía confirma que entre los espionajes que realizaron los Mossos se encontró el seguimiento a Victoria Álvarez, la ex novia de Jordi hijo.

Victoria Álvarez decidió denunciar todas las ilegalidades cometidas por los Pujol y, en especial, los viajes con dinero negro que realizaron sin cesar al extranjero para sacar dinero de España con destino, principalmente, a Andorra o Suiza. Rutas que buscaban esconder el dinero obtenido con las comisiones del 3% y, por supuesto, dejar todo ese patrimonio -estimado en más de 3.000 millones- fuera del control de Hacienda. Pero Victoria Álvarez lo hizo a pesar del seguimiento de los Mossos, porque el objetivo del espionaje de la policía autonómica catalana fue, precisamente, poder controlarla para evitar las denuncias a la Justicia.

La que fuera novia del primogénito del clan, de hecho, lleva recibiendo amenazas y mensajes anónimos desde hace años a través de los que le han advertido de que sabían con quién hablaba y con quién se reunía. Amenazas en las que le iban dejando claro que era mejor para ella no hablar. Pese a ello, Álvarez no ha dejado de colaborar con la Policía y la Justicia para intentar que el caso Pujol y su multimillonario patrimonio en el extranjero no deje de investigarse e intentar que no escape ni a Hacienda, ni a la ley.

La Policía y la Guardia Civil han confirmado que uno de los seguimientos considerados de “tipo político” que realizaron los Mossos fue el efectuado a Álvarez. Se consideró un objetivo político porque el único fin que perseguía era el de proteger a los Pujol de las posibles denuncias ante la Justicia de la que fuera la novia del primogénito de los Pujol. Los seguimientos se multiplicaron desde la famosa grabación de La Camarga, el restaurante en el que fue grabada Victoria Álvarez en una conversación con la popular Alicia Sánchez Camacho. En esa conversación, Victoria Álvarez comentó de forma genérica las prácticas de los Pujol pero, sobre todo, confirmó que estaba dispuesta a denunciar todo ante los jueces. Desde ese momento, los seguimientos de los Mossos se cebaron con ella.

Las anotaciones y documentos a los que ha accedido la Guardia Civil durante las operaciones de investigación del golpe separatista incluyen menciones a esta escena y referencias a los informes de protección a los Pujol frente a lo que se había convertido en una de sus mayores amenazas: los datos que estaba comunicando Victoria Álvarez a la Policía y que permitieron seguir judicialmente el rastro del dinero de los Pujol. Y es que Álvarez accedió a esa información durante todo el tiempo en el que mantuvo su relación de noviazgo con Jordi Pujol hijo.

Hay que recordar que Jordi hijo está considerado por el juez como el encargado de repartir el dinero ilícito que obtenía el clan Pujol. De hecho, él se encontraba en prisión preventiva hasta ayer -entró el pasado mes de abril-, acusado de ocultar patrimonio a la Justicia (en concreto 29,9 millones de euros) mientras se investigaba la fortuna de los Pujol.

La protección a los Pujol se convirtió, así, en una tónica de los trabajos ocultos de los Mossos. Aunque eso significase usar la policía autonómica para funciones ilegales que nada tenían que ver con su cometido oficial. Una función que cobra todo su significado a la luz de otra información aportada por OKDIARIO. Y es que la Guardia Civil ha confirmado que Jordi Pujol padre estuvo presente en algunas de las reuniones que mantuvieron los máximos responsables del golpe del 1-O. Las informaciones recibidas por la Benemérita han constatado que el padre del clan Pujol e imputado por blanqueo de capitales fue invitado a algunas de las citas en las que estuvieron Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Artur Mas. Porque, en el fondo, todo el proceso fue lanzado por él. Por eso era tan importante para la Generalitat controlar las informaciones que podían poner en duda su supuesta y pretendida honorabilidad.

El seguimiento a Victoria Álvarez no fue el único que realizaron los Mossos a personas privadas y de forma ilegal. Ahora, la Guardia Civil ya sabe que los Mossos tenían orden de espiar a los principales miembros y líderes de Sociedad Civil Catalana. Espiaron su vida privada, patrimonial, profesional y, por supuesto, pública. El objetivo era encontrar algo que permitiese a la Generalitat y a los partidos separatistas acabar con su credibilidad. Lo hicieron durante años. Pero se cebaron con especial intensidad en uno de sus líderes: el que fuera presidente de la organización constitucionalista hasta 2015, Josep Ramon Bosch.

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