España
Juicio al 'procés'

Monedero llama «cobarde» al juez Marchena tras la suspensión del Congreso a los diputados golpistas

Gabriel Rufián y Alberto Garzón lanzaban, también, ataques directos a Marchena tras la decisión del Supremo de mantenerse al margen.

Juan Carlos Monedero llama «cobarde» al magistrado Marchena en su cuenta de Twitter tras mantenerse el Tribunal Supremo al margen en la decisión de suspender a los diputados golpistas que, este viernes, acordaba la Mesa del Congreso.

El fundador de Podemos asegura que no era a la Cámara Baja a quien correspondía tomar responder a esa cuestión y que la «tarea acobardada del juez Marchena, el de la puerta de atrás» es un «disparate» que tiene por objetivo «intentar parar a Podemos».

El presidente del tribunal encargado de juzgar a los líderes catalanes independentistas comunicaba a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, que resultaba «inviable» atender a su solicitud para aclarar al Congreso la aplicación del artículo 384 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal -que prevé la suspensión de los cargos y autoridades públicos procesados por rebelión y privados de libertad- y la remitía a lo indicado en el auto emitido, el 14 de mayo, por la Sala encargada del juicio al ‘procés’.

Momento en el que Batet se dirigía a los servicios jurídicos de la Cámara Baja que entregaban a la nueva presidenta del Congreso su dictamen sobre la cuestión y la instaban a suspender, de manera «inmediata», a los parlamentarios independentistas catalanes que están siendo juzgados por rebelión y se encuentran en prisión provisional. Desde entonces se han sucedido los ataques directos contra la figura de Marchena desde diferentes sectores de la izquierda.

Garzón y Rufián, entre otros

El líder de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, era de los primeros en sugerir que la decisión de suspender como diputados a Oriol Junqueras, Jordi Sánchez, Josep Rull y Jordi Turull era un «atentado» a la separación de poderes y señalaba a Marchena:

Por su parte, el candidato de Izquierda Unida al Congreso, Alberto Garzón tachaba de «justicieros» a los magistrados Llarena y Marchena cuyas acciones calificaba de «nacionalismo ultra». Desde la dirección de la formación comunista, se sumaban a la estela marcada por Garzón y valoraban la suspensión de los diputados del ‘procés’ como una «evidencia de la sumisión de la mayoría de la Mesa a los dictados del Supremo de Marchena”: