España
Crisis del coronavirus

Moncloa mantuvo el riesgo «moderado» pese a que Seguridad Nacional informó del contagio general el 1-M

Desde que la OMS declaró el 30 de enero la alerta global sanitaria, el departamento inscrito a Presidencia mantuvo activo el sistema de seguimiento de alertas

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Moncloa utilizó los informes de su departamento de Seguridad Nacional para determinar los niveles de alerta. Sus conclusiones impusieron la anestesia frente a la realidad del grave avance del virus. Y lo hicieron hasta el punto de que mientras los miembros de Seguridad Nacional informaban al presidente Pedro Sánchez -y plasmaban en sus informes- de que el contagio el 1 de marzo se había extendido por la práctica totalidad de las comunidades autónomas, el nivel de alerta y riesgo sanitario en España, por orden de Moncloa, seguía marcando el nivel «moderado». Y el citado nivel, evidentemente, el camino hacia la manifestación feminista del 8-M quedaba abierto.

Seguimiento constante

Seguridad Nacional depende directamente de Presidencia del Gobierno. Se trata de un departamento que ha hecho un seguimiento constante de la evolución del coronavirus en España. Es más, sus informes han sido decisivos para oficializar del nivel de gravedad del avance de la enfermedad. Y ello, pese a que sus datos diarios, en demasiadas ocasiones, no han coincidido con los del Ministerio de Sanidad, la OMS y la ECDC (la agencia de la UE encargada del coronavirus).

Pero, lo cierto es que, desde que la OMS declaró el 30 de enero de 2020 la alerta global sanitaria, Seguridad Nacional mantuvo activo el sistema de seguimiento de alertas. Moncloa mantuvo bajo constante control los informes de este departamento. Y dos fechas en concreto, son reveladoras de un extraña decisión que supuso la relajación de las alertas de forma oficial.

La primera de esas fechas fue la del 28 de febrero. Hasta el día 27 los contagios y la comunicación de nuevos casos de Covid-19 se distribuían principalmente entre Canarias -con 5 contagios-, Madrid -con 4 casos-, Cataluña -3 casos-, Comunidad Valenciana -2- y Andalucía -1 contagio-.

Por lo tanto, el balance global sostenido oficialmente en los informes por el que se aseguraba que no había transmisión generalizada y que el avance del virus era controlable en esos territorios, podía parecer lógico.

Los casos se duplican

Pero el día 28, la enfermedad duplicó prácticamente el número de casos totales llegando a 33 y comunidades como Baleares, Aragón y Castilla y León se sumaron a la epidemia. Pese a ello, el resumen de la situación siguió registrando un nivel de alerta no generalizado y «moderado».

La segunda fecha es aún más llamativa. Se trata del 1 de marzo. La evolución previsible se cumplió y el número de contagios escaló hasta los 73 con un factor añadido, la práctica totalidad de regiones españolas contaban ya con contagios a excepción de tres de las 17 comunidades autónomas. Resultaba difícil seguir argumentando que el nivel de alerta era «moderado». Pero lo hicieron.

Todas las evidencias apuntan a que no se quiso ver la alerta real. Porque lo cierto es que las alertas fueron tan tempranas. Así lo demuestran también las actas de la reunión del 23 de enero, que revelan que la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió a España «prevenir el contagio» entre personas. Se trata de las actas de las Reuniones del Comité de Emergencia (RSI), que ha publicado OKDIARIO. Y en ellas se puede comprobar el contenido de lo debatido el miércoles 22 de enero de 2020, entre las 12:00 y las 16:30 horas, hora de Ginebra (CEST), y el jueves 23 de enero de 2020, de 12:00 a 15:10 horas.

El Comité de Emergencia, convocado por el director general de la OMS en virtud del Reglamento Sanitario Internacional (RSI 2005), se reunió para tratar sobre el brote del nuevo coronavirus (2019-nCoV). La función del Comité era la de asesorar al Director General del organismo, en quien recaía la decisión final de declarar una emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII).

Pero, además, el Comité tenia otra función: la de ofrecer asesoramiento en materia de salud pública o proponer recomendaciones oficiales de carácter temporal a los países asistentes o convocados.

Así, aquel 22 de enero, los miembros del Comité de Emergencia no llegaron a un consenso al respecto de si este evento constituía o no una ESPII. «Varios miembros del Comité argumentaron que, debido a las limitaciones y la falta de matices del sistema actual relativo a las emergencias de salud pública de importancia internacional, es demasiado pronto para declarar este tipo de emergencia».

Los expertos señalaron que «a la vista de la naturaleza cambiante de la situación epidemiológica y de las limitaciones y la falta de matices del sistema actual relativo a las ESPII, la OMS debería considerar la posibilidad de establecer un sistema más ajustado, que permitiría declarar un nivel medio de alerta y reflejaría más certeramente la gravedad de los brotes, sus repercusiones y las medidas que se deberían adoptar, y facilitaría también la coordinación internacional, incluidos los esfuerzos de investigación para determinar medidas sanitarias de respuesta».

Alerta global sanitaria

De hecho, la alerta global sanitaria fue declarada el mismo día 30 de ese mes, pero ya el 23 de enero, la OMS salió de aquella reunión con unas recomendaciones para todos los países, entre los que se encontraba España: «Los países deben procurar, principalmente, prevenir el contagio de personas, evitar la transmisión secundaria y la propagación internacional y colaborar con la respuesta internacional mediante la comunicación y la colaboración multisectoriales y la participación activa para incrementar los conocimientos sobre el virus y sobre la enfermedad, así como para impulsar las investigaciones. Además, deberían respetar las recomendaciones de la OMS relativas a los viajes».

España, ni procuró «prevenir el contagio de personas», porque permitió hasta el 8-M las concentraciones multitudinarias; ni evitó «la transmisión secundaria», porque esos eventos multitudinarios, por el contrario, fomentaron esa transmisión; ni cortó «la propagación internacional», porque mantuvo abiertas sus líneas con Italia hasta el último minuto.