Igualdad

El Ministerio de Montero exige a los fabricantes que este año vendan juguetes “neutros”

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La ministra de Igualdad, Irene Montero, en el Congreso de los Diputados. (Foto: EP)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La campaña juguetera de Navidad ya está en marcha y con los mismos «estereotipos» que Podemos critica por «sexistas». Los habituales anuncios han sido fuertemente atacados por el Ministerio de Irene Montero, por considerar que perpetúan los roles de género y contribuyen a que los niños desarrollen, en el futuro, comportamientos indeseados.

Según las recomendaciones publicadas por el Ministerio de Igualdad en el polémico informe ‘Publicidad y campañas navideñas de juguetes’, lo ideal para el departamento de Irene Montero es que los juguetes sean «neutros».

Así lo desarrolla en uno de los párrafos: «Para corregir y evitar la problemática social que genera la aplicación del marketing de género y la publicidad que lo magnifica, resultaría muy beneficioso para la sociedad y para el sector juguetero impulsar el desarrollo del juguete compartido (mixto) o del juguete neutro, produciendo una extensa gama de juguetes infantiles más acordes con la sociedad en la que desarrollan sus negocios».

«A través de juguetes neutros o compartidos, libres de estereotipos, se asegura la promoción de otros valores y de aspectos y capacidades coeducativas que tanto interesan en la infancia y en la sociedad actual», sostiene Igualdad.

Como ya se comentó en su momento, y reveló OKDIARIO, el documento sostiene que el color rosa «oprime y reprime a las niñas», para quienes se ofrece «un universo» predominantemente en esa tonalidad «poblado de muñecas y objetos destinados principalmente al cuidado». Por el contrario, para ellos «sigue imponiéndose el universo del motor y el manejo de herramientas».

Igualdad justificó este trabajo en que la Navidad es «un momento esperado en el que niñas y niños comienzan a ilusionarse y a fantasear con los regalos que van a recibir». Por ello, sostienen, debían «detenerse» a «observar esta realidad y obtener una aproximación a los mensajes y al imaginario que subyace en dicha publicidad».

La obsesión de Irene Montero por las diferencias entre niños y niñas es una constante en el documento, en el que se señala, por ejemplo, que para ellas «no existe diversidad cromática», mientras que para los pequeños predominan variedades de tonos, como «el azul, el verde, el gris y el rojo».

Melodías

Por otro lado, el informe también hace sugerencias a los anunciantes en lo que respecta a las canciones que suenan en sus producciones.

Así, por ejemplo, se sostiene en otro momento que «todas estas cuestiones se refuerzan con otro tipo de estrategias que quizás las agencias usan inconscientemente y que operan aumentando lo antedicho: el tipo de música que se elige, mucho más intensa para ellos y más melódica para ellas; el uso de la voz en off, más infantil en el caso de anuncios con juguetes dirigidos a niñas y protagonistas femeninas en el anuncio».

«Además, se perpetúa la elección mayoritaria de la voz en off masculina en el caso de voces adultas, de manera que sigue siendo la voz de autoridad, considerada más efectiva como prescriptora. El tono también ofrece una dicotomía: el tono enérgico es más numeroso en todos los casos (anuncios para niños y para niñas) pero no así el tono dulce y suave, que es muy minoritario en anuncios para/o con niños. Esto perpetúa la idea ya expuesta: se está introduciendo (tímidamente aún) a las niñas en el universo masculino pero los niños nunca se acercan a la cultura femenina», prosigue.

El informe del departamento de Irene Montero detecta notables diferencias en el lenguaje que se puede apreciar en los anuncios «en función de que se dirija a niños o a niñas».

Sostiene que «aparecen de lleno los estereotipos de género que a veces se habían neutralizado en las imágenes».

«Hay que señalar la persistencia del uso de masculino genérico que hasta se usa para productos exclusivamente femeninos y con imágenes donde aparecen solo niñas. Asimismo, hay que destacar la existencia de eslóganes muy sexistas y la elección de nombres para productos en directa sintonía con arquetipos (cuidado, belleza, etc.). Con todo, lo más llamativo es que el vínculo con el estereotipo aparece a partir de otro tipo de variables, como el tono de la voz en off, el empleo de recursos como el diminutivo o la utilización de rimas muy elementales. Para las niñas se sigue eligiendo un lenguaje infantilizado, con un exceso de sensiblería que puede rozar el ridículo. Para los niños, el lenguaje está en relación tanto con el dominio como con el espíritu competitivo, incluyendo el uso de términos bélicos», concluye el Ministerio de Irene Montero.

Por otro lado, el informe también critica la «sexualización», que se siga asociando «a las niñas».

Si bien es un porcentaje reducido, existen casos en los que se muestra a las niñas sexualizadas tanto en anuncios donde salen sólo ellas como en los de protagonismo mixto. Esta sexualización se observa en las posturas o miradas a cámara. En los niños jamás aparece la sexualización de la imagen.

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