España

La Mina de Sant Adrià: de mayor supermercado de la droga a barrio olvidado por el PSC

La Unión Europea invirtió hace unos años, 12,3 millones en un ambicioso plan de 25 millones, que nunca se acabó de ejecutar.

  • Joan Guirado y Enrique Falcón
  • Sant Adrià de Besòs

Por primera vez en unas elecciones municipales, en las del pasado 26 de mayo, el PSC no consiguió ni un concejal en el barrio de La Mina de Sant Adrià de Besòs (Barcelona). Durante muchos años los socialistas y los comunistas de Izquierda Unida, que gobernaban en alianza, tenían comprados a los clanes del barrio. Eso les garantizaba una serie de votos que en esta ocasión, sin obras públicas de las que entregar la vigilancia a Los Manolos o Los Borja, no se han depositado en las urnas.

La Mina, el barrio que se hizo famoso por ser el escondite de El Vaquilla, ha vuelto a caer en las drogas. Durante muchos años, esta gran barriada situada junto al Fòrum entre Barcelona y Sant Adrià, fue considerado uno de los mayores supermercados del narcotráfico de España.

Se trabajó mucho en él para revertir esta situación, algo que se consiguió en parte, hasta que los narcotraficantes han encontrado en grandes edificios que son como un laberinto, un buen lugar del cual escapar en caso de redada.

La Unión Europea invirtió hace unos años 12,3 millones en un ambicioso plan de 25 millones que nunca se acabó de ejecutar. Sólo se reformó la rambla y se construyó una biblioteca en una zona que tiene un 40% de absentismo escolar.

El objetivo, por eso, era derruir una decena de bloques en los que viven unas 13.000 personas, la mayoría de ellos como okupas y utilizando el piso como punto de venta de la droga. Se expropió a los que sí eran propietarios y se les prometió nuevos pisos de protección oficial, que pese a estar construidos, nunca se les han entregado ya que se han puesto en el mercado del alquiler.

Mientras, ellos pagan mensualmente la gestión de unas fincas que no pueden vender a un consorcio formado por el consistorio, la Generalitat, la Diputación de Barcelona y el Consell Comarcal, que no invierte nada de lo que ingresa en reformar unos edificios que se caen a trozos. Los vecinos denuncian, además, que el consorcio facilita la entrada de okupas.

El gerente de este ente, Juan Luis Rosique, colocado por IU con un sueldo de 90.000 euros que dobla al del alcalde de la población, está siendo investigado por desviar fondos al Tío Cristina, uno de los principales capos de la droga del edificio Venus -uno de los que están situados en la plaza del barrio-.

Al Tío Cristina, la empresa pública municipal Pla de Besòs -que gestiona el consorcio- le entregó varios contratos para la vigilancia de obras y edificios de propiedad municipal. «Los carteles con el nombre del clan, es la única vigilancia que hay y la más efectiva» asegura una vecina de La Mina.

OKDIARIO se personó en las oficinas de este organismo municipal tras hablar con varios vecinos, pero Rosique no quiso responder a este periódico pese a encontrarse en la sede. «Es difícil escucharle dar explicaciones», dicen los vecinos, indignados.

Durante la grabación en el barrio, la mayoría de vecinos critican la dejadez de las autoridades municipales por la zona. Los Mossos, que tienen una comisaría allí, han intensificado los controles en las entradas y las salidas pero como reconoce una vecina, «los malos están dentro».

El contraste llega por parte de un toxicómano que insiste en hablar, para pedir que «la policía se vaya, que nos dejen vivir». Uno de los vigilantes del clan del Tío Cristina, al comprobar nuestra presencia, nos impide continuar grabando bajo amenaza.