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Gobierno Pedro Sánchez

Màxim Huerta se convierte en el primer ministro ‘influencer’ de la historia de España

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Más de 300.000 seguidores en Twitter, 174.000 en Instagram, 30.229 seguidores en Facebook… Fotos de atardeceres en Altea o de un desayuno en París. No se trata de ningún ‘influencer’ de moda… o sí. Porque esa etiqueta encaja como un guante en el nuevo ministro de Cultura y Deporte, Màxim Huerta.

Un nombramiento sorpresa, que no ha dejado a nadie indiferente, y que, según confirman fuentes conocedoras, se fraguó precisamente por ese perfil: una persona, relevante en la vida cultural pero, sobre todo, muy activa en las redes y con un notable poder de influencia social. Un valor que, sin duda, se aparta de lo que hasta ahora se esperaba para cualquier candidato a formar parte del Ejecutivo.

Conocido en su mayoría por su labor de presentador de televisión, Huerta ha vivido los últimos años dedicado a su gran pasión, los libros. Su entrega a la literatura le valió el Premio Primavera 2014, uno de los grandes reconocimientos de nuestras letras, por su novela ‘La Noche Soñada’. Miembro de la Academia de las Ciencias y las Artes de de la Televisión, máster en Diseño Gráfico e Ilustración Editorial por el Instituto Europeo de Diseño de Madrid, antes trabajó en RNE o informativos Telecinco. Su labor como ‘rostro’ de las noticias le dio una popularidad, consagrada después como colaborador de ‘El programa de Ana Rosa’.

Pero es su perfil social el que le ha valido para pilotar un ministerio tan polémico como apasionante, desde el que tendrá que afrontar retos como la rebaja del IVA cultural o la fusión del Teatro Real y de La Zarzuela.

Por comparar: su antecesor, Íñigo Méndez de Vigo –también portavoz del Gobierno de Rajoy– cuenta apenas con 15.600 seguidores. Diez veces menos que Huerta. Y esa cifra, sin duda, se revolucionará en los próximos días.

Su ‘tuit’, tras conocerse la noticia, recibió en dos horas 7.400 ‘me gustas’. La despedida de Rajoy lleva 2.000 menos

Otro dato: el nuevo ministro no sólo se deja querer por sus seguidores. Participa activamente en debates, inicia temas de conversación, comenta hilos de actualidad, informa de sus eventos y de la promoción de sus libros, no rehuye polémicas… Su ‘timeline’ recopila hasta 71.500 ‘tuits’. También, por comparar: el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, escribió tres veces menos (24.900). Incluso las cifras sonrojan a su ‘jefe’, Pedro Sánchez, bastante menos activo en redes que él. El nuevo presidente ‘sólo’ ha escrito 23.500 mensajes en Twitter.

Un resultado inmediato avala ya el acierto de Sánchez, a efectos de impacto: a los pocos minutos de conocer el nombramiento, Màxim Huerta y Ministro de Cultura se convirtieron en trending topic nacional.

Otro dato más: Huerta maneja el lenguaje visual. Y le gusta. Ha colgado 7.685 fotos y vídeos. Rajoy, 4.552. Sánchez, 4.665.

Y otro:

Comparen: en un día, el ‘tuit’ de despedida de Mariano Rajoy, lleva 2.000 ‘me gustas’ menos.

Efecto Obama

Se trata, sin duda, de un fenómeno en ciernes en la política que con Huerta se confirma: la importancia de la personalidad ‘virtual’, la nueva era de la política digital 2.0.

Un fenómeno que se inició en 2008, cuando a Barack Obama se le denominó el ‘Rey de las redes sociales’, por su magistral manejo en la campaña electoral que le hizo presidente de EEUU. En España, Podemos supo explotar hábilmente sus perfiles virtuales en favor de sus tesis, movilizando a miles de seguidores para hacer eco de sus campañas y de sus ataques.

Sánchez ya demostró que se maneja bien en ese terreno. En la competición a las primarias para la secretaría general, destacó a distancia de sus rivales, Susana Díaz y Patxi López.

El ahora presidente, que se unió a las redes en 2009, convirtió su perfil de Twitter en una plataforma de lanzamiento de sus mensajes, publicando fotos de cada uno de sus actos, sus entrevistas, o comentarios a temas de actualidad. Pero también referencias más personales, como las felicitaciones por el Día de la Madre, o el eco de noticias que nada tienen que ver con la política.