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MARRUECOS

Marruecos ya opera los aeródromos del Sáhara como si fuesen suyos pese a ser responsabilidad de España

Marruecos sigue avanzando en su plan para controlar definitivamente el territorio del Sáhara Occidental, con el apoyo explícito y decidido del Gobierno de Pedro Sánchez. Y una de sus líneas de acción está en los cielos sobre el Sáhara, cuyo espacio aéreo fue encargado por la ONU directamente a España y a la entidad pública ENAIRE. Sin embargo, Rabat controla los dos aeródromos de esa zona, los de El Aaiún y Villa Cisneros (ya renombrados como Laayoune y Dakhla). En la actualidad, y a la espera de la transferencia total de las competencias que negocia Sánchez con Mohamed VI, ya están desconectados del control aéreo de Canarias. En la práctica, el control aéreo ya está en manos de Marruecos sin que desde Moncloa se haya hecho nada por evitarlo.

En el mundo aeronáutico lo denominan La marcha azul, en referencia a aquella Marcha Verde con la que Marruecos se lanzó a por el Sáhara español en 1975, una operación coordinada por la monarquía alauita y ejecutada al mismo tiempo que Francisco Franco esperaba su fallecimiento en una cama del hospital de La Paz. Ha pasado casi medio siglo y el método se sigue aplicando, pero esta vez sobre el espacio aéreo del Sáhara.

España controla esa franja de terreno desde el centro de Canarias. Y cobra por cada vuelo que controla. Así lo estipula la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional), la agencia de la ONU que se ocupa de estas cuestiones y que hace décadas, en plena disputa, otorgó a ENAIRE la misión de velar por la seguridad de las aeronaves en tránsito. Cada una de ellas, cuando atraviesa esa zona debe informar al Centro de Control de Tránsito Aéreo situado en el aeropuerto de Gando, donde también opera el Ejército del Aire español.

Vuelos militares

También están obligadas las aeronaves militares y cazas de combate que opera en esa área Marruecos. Vuelos muy frecuentes y que, como admiten controladores aéreos, no siempre son comunicados. De hecho, reconocen, prácticamente nunca: los cazas marroquíes sobrevuelan la zona y lo hacen muchas veces sin identificador.

En medio del clima de «nuevas relaciones» bilaterales impulsado por Moncloa en 2022, justo tras admitir el plan marroquí para el Sáhara como la «mejor opción» para el territorio, el Gobierno de Pedro Sánchez ya trabaja en una cesión total de las competencias a Rabat. De esa forma, sería el país africano el que controlaría -y cobraría- a cuantos aviones pasen por encima del Sáhara. Y no menos importante, a quienes se dirijan a los dos aeródromos que hay en territorio saharaui.

Desconectados

Son dos, concretamente, las pistas a las que puede llegar una aeronave que se dirija a los aeródromos del Sáhara: la de El Aiún y Villa Cisneros. Esas denominaciones, las admitidas en el sistema oficial mundial para identificar a las pistas, fueron modificadas de forma unilateral por Marruecos hace años. Rabat controla ambos aeródromos, que ahora denominan Laayoune y Dakhla. Es más, las autoridades marroquíes decidieron cortar la línea directa de comunicación entre las torres de control de ambas pistas y el Centro de Control de Tránsito Aéreo de Canarias, que controla la navegación en la zona.

Las implicaciones para la seguridad aérea de esta incomunicación son muy significativas para los vuelos con origen o destino a estas dos pistas saharauis. Sin embargo, Moncloa no ha movido un dedo para corregir esta situación. Con el espacio aéreo en disputa, los aeródromos saharauis ya operan como si fuesen plenamente marroquíes.

En negociaciones

El Gobierno ha confirmado recientemente que está negociando con Marruecos la entrega del control del espacio aéreo del Sáhara Occidental, una nueva cesión que el reino alauita había exigido, tal y como adelantó OKDIARIO el pasado mes de octubre. Actualmente, el control de los cielos saharauis es dependiente de los controladores de las Islas Canarias, pero Marruecos exige su cesión en virtud del acuerdo que ambos países firmaron en abril de 2022 tras la crisis de los inmigrantes.

El Gobierno lo ha confirmado tras una pregunta del senador de Coalición Canaria Fernando Clavijo, que inquirió al Ejecutivo por las negociaciones con el reino de Marruecos «para el traspaso de la gestión del espacio aéreo del Sáhara Occidental». Desde Moncloa han señalado que las conversaciones ya se han iniciado «en este ámbito». El Gobierno ha aclarado que estos contactos con Marruecos «se circunscriben a la gestión de los espacios aéreos», además de a la coordinación «entre ambas partes» en aras «de conseguir mayor seguridad en las conexiones y cooperación técnica».