España
Juicio 1-O

La amanuense de Sánchez señala que España ofrece imagen de «país serio» en el exterior por el juicio del 1-O

La secretaria de Estado de la España Global, Irene Lozano, ha señalado este miércoles que España da una imagen de país "serio" en el exterior en relación al juicio a los líderes del 'procés' independentista catalán, y ha añadido que se muestra que "el Estado de derecho funciona", y que, cuando se vulnera la ley, "hay un juicio".

Irene Lozano ha confesado que al ver ayer a los encausados sintió «compasión» por ellos, pero ha aclarado que «es un país serio en el que existe un tribunal con «garantías», derecho a la defensa para los acusados y presunción de inocencia que permanece hasta que se dicta la sentencia. «Es un juicio extraordinario, porque no ocurre todos los días, pero la respuesta de un Estado de derecho es la de juzgar los presuntos delitos y eso es lo que está ocurriendo, y es lo que tendremos que explicar», ha añadido.

En este sentido, ha recordado durante su intervención en un foro en Madrid, que España sufre ataques graves dirigidos a desprestigiarla como Estado de derecho, y ha matizado que se hace demonizando instituciones como los tribunales o la prensa. Dado que, a su juicio, los efectos son «devastadores» ha apuntado que desde España Global, trabajan para mejorar la comunicación sobre valores de principios democráticos, crean mecanismos de vigilancia ante interferencias, responden ante intentos de manipulación y colaboran con otros países para luchar contra la desinformación.

En esta lucha por ganar en el relato de la realidad de España ante el discurso secesionista catalán, Lozano ha incidido en que se debe lograr involucrar a los ciudadanos y defender a los periodistas y a la libertad de prensa. «Defenderemos a España con datos empíricos y respondiendo a la desinformación con hechos», ha añadido.

«Gotas de emocionalidad»

Asimismo, la secretaria de Estado ha indicado que a parte de defender la idea de España con racionalidad, se debe hacer también con «gotas de emoción» y ha discrepado de las teorías que defienden que hay que abordar los ataques sólo desde el plano racional. Según señala, el conflicto está entre «razón y superstición», y ha alertado del peligro de una «democracia de creyentes o believers».

En este punto, ha subrayado que en Cataluña es necesario «cultivar» un relato de España, pero ha matizado que si se construye desde el Gobierno, puede ser contraproducente, por lo que ha sugerido que quizá «deba salir de la sociedad civil».

«Hemos jugado por debajo de nuestro potencial»

Sobre otros retos de la España Global que dirige, Lozano ha recordado el carácter político de la institución frente al económico de la antigua ‘Marca España’, y ha avanzado que el objetivo es desplegar una estrategia que fortalezca la representación de España en el mundo.

A su juicio, el país ha jugado «por debajo de su potencial» debido a que ha estado «ensimismado» en problemas internos. Esto, ha provocado que se haya olvidado de «lo que se puede hacer en el mundo». «La fortaleza de nuestra democracia la necesita la Unión Europea y el mundo», ha explicado, antes de añadir que España «quiere fortalecer Europa» y como la sociedad es europeista, «desde ahí se puede contribuir» aportando «sustancia» a las conversaciones internacionales que se dan sobre cambio climático, migraciones o terrorismo.

Para Lozano, otro de los papales de España Global es el de hacer frente a la desinformación recurriendo a los datos y a los hechos para poder, desde la verdad, defender la reputación de España como país frente a los ataques que recibe por ejemplo desde el ámbito independentista catalán.

Para lograr contar esa verdad, Lozano ha recordado que se debe ayudar al ciudadano a mantener nítida la diferencia entre realidad y ficción, dado que «estamos en tiempos en los que las mentiras parecen verdades». «Los enemigos de la verdad son los mismos enemigos de la democracia», ha recordado.

En este sentido, ha recordado que desde la UE están empeñados en combatir las noticias falseadas porque es uno de los grandes desafíos para las democracias, y ha apuntado que esa respuesta «debe ser sostenida en el tiempo, conseguir que los ciudadanos puedan tener información verificable».