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Junts avisa a Sánchez que la cuestión de confianza «no es una broma»: «O se somete o le tumbaremos»

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

O todo o nada. Junts no juega a medias tintas. El partido de Carles Puigdemont está decidido a tumbar a Pedro Sánchez si no se somete a una cuestión de confianza. El presidente del Gobierno ya ha asegurado que no ve «necesidad» en aceptar esta medida que le reclama Junts.

Por ahora, y a cambio de lograr su voto a favor de un nuevo decreto ómnibus, el socialista sólo ha pactado con los de Puigdemont que el Congreso tramite la proposición no de ley registrada por Junts en la que se le insta a someterse a la cuestión de confianza. Una herramienta que, en cualquier caso, está en manos del propio Ejecutivo, porque es el Consejo de Ministros el que debe autorizarla.

El artículo 112 de la Constitución española establece que «el presidente del Gobierno, previa deliberación del Consejo de Ministros, puede plantear ante el Congreso de los Diputados la cuestión de confianza sobre su programa o sobre una declaración de política general». Y Sánchez ya deja caer que no está dispuesto a ello, creyendo así blindado su mandato.

Vistas estas intenciones, que el socialista ya ha expresado públicamente, Junts avisa: «No es una broma. O se somete a la cuestión de confianza o le tumbaremos».

La petición de Junts sobre la cuestión de confianza está paralizada en la Mesa del Congreso desde el pasado 16 de enero, cuando PSOE y Sumar -que tienen mayoría en el órgano parlamentario- decidieron aplazar la decisión sobre la admisión a trámite de la iniciativa. Esto provocó el enfado de Junts, expresado a través del propio Puigdemont, quien declaró rotas todas las «negociaciones sectoriales» con los socialistas.

La iniciativa registrada por Junts consta de un único punto, en el que reclaman al Congreso que «inste al presidente del Gobierno español a plantear una cuestión de confianza».

El partido de Puigdemont argumenta la petición entre críticas a Sánchez: «A día de hoy, habiendo pasado más de un año desde la investidura del presidente del Gobierno español, constatamos una falta de voluntad política por su parte de hacer efectivos, de manera completa y ágil, los acuerdos adquiridos. Esta dinámica no ha posibilitado generar la base de confianza que se pretendía y que es del todo necesaria para encarrilar lo que queda de la legislatura», sostienen en el texto, encallado en el Congreso.

Tras conocer la decisión del PSOE de dejar en suspenso la iniciativa, Puigdemont ya avanzó que su partido congelaba las conversaciones con los socialistas. Entre ellas, negociaciones tan relevantes como la de los Presupuestos Generales del Estado: «Si hay decretos, que no nos busquen, si hay iniciativas legislativas unilaterales del Gobierno español, como es habitual, que no nos busquen», avisó el líder separatista en una rueda de prensa desde Bruselas (Bélgica).

Desde entonces, el pánico en el Ejecutivo ha sido más que evidente. El pasado lunes, emisarios socialistas viajaron de urgencia a Waterloo (Bélgica) para verse con cargos de Junts. La delegación enviada por Pedro Sánchez para tratar de calmar a los de Puigdemont -encabezada por Santos Cerdán, José Luis Rodríguez Zapatero y Juan Francisco Serrano- volvió a irse con las manos vacías tras suplicar «paciencia» a los independentistas. La respuesta de Junts fue tajante: «Eso es justo lo que se nos ha acabado». Unos días después, el partido cumplía su amenaza, votando en contra del polémico decreto ómnibus. Un golpe para el Ejecutivo que venía a confirmar que las advertencias no son «una broma».

Nuevo decreto

El Gobierno ha negociado este martes in extremis con Junts para tratar de sacar adelante un nuevo decreto. El Ejecutivo llegó incluso a retrasar la reunión del Consejo de Ministros con el objetivo de rematar el acuerdo.

Junts había trasladado su apoyo a medidas como la revalorización de las pensiones, el descuento en transporte o las ayudas a la DANA. Sin embargo, los independentistas pedían sacar algunos puntos del decreto, como la moratoria contra los desahucios y solicitaban que el Congreso de los Diputados debatiera su proposición para que Pedro Sánchez se someta a una cuestión de confianza. Todo ello lo han conseguido.

En total, los partidos han pactado 29 medidas. Además de las previstas, se incluye una adicional que no figuraba en el anterior, que es la creación de un sistema público de avales y garantías para propietarios y también para inquilinos.

Queda por ver, no obstante, cómo afectará finalmente a Junts la negativa de Sánchez a someterse a la cuestión de confianza. En Junts, calculan que el debate en el Congreso tendrá que producirse «en febrero o marzo». Será entonces otro día D para la relación del presidente socialista con los de Puigdemont, que siguen teniendo en su mano el devenir de la legislatura.