España

Joan Tardà admite que cada vez más votantes dan la espalda a ERC

Los líderes independentistas ya han ofrecido tantos momentos épicos y tantas «jornadas históricas» que sus seguidores comienzan a estar saturados. Horas antes de acudir a la manifestación a favor de los golpistas presos, el diputado de ERC Joan Tardà se ha sincerado y ha reconocido que cada vez más votantes de su partido le están anunciando que no van a volver a votarle.

«A todos los que me hacen saber que han decidido no votar a ERC, sólo he de responderles que lo importante es que voten a un partido independentista», ha escrito Tardà en su perfil de Twitter.

ERC ha rechazado esta posibilidad, porque está muy segura de que podrá capitalizar el voto independentista presentando como cabeza de lista al ex presidente de la Generalitat Oriol Junqueras, hoy en prisión. Cerrado el plazo para la presentación de coaliciones, la única opción para plantear un frente común de los partidos independentistas sería una agrupación de electores.

Esta fórmula implica perder las subvenciones que la Ley Electoral otorga a los partidos para cubrir los gastos de la campaña electoral, en función de la representación que tienen actualmente en las instituciones. Al drama de los más de 140 cargos confianza de la Generalitat que el Gobierno ha puesto en la calle, en aplicación del artículo 155, se sumaría ahora la pérdida de las subvenciones para concurrir a los comicios autonómicos del 21 de diciembre.

Pero este no es el único motivo de desencanto de los votantes de ERC. A la declaración de independencia aprobada por el Parlament, y celebrada en las calles con entusiasmo, siguió un momento de anticlímax. Una vez proclamada la República, la Generalitat no sabía qué hacer con ella, ni tenía ningún medio para hacerla efectiva. ERC y el PDeCAT habían prometido la creación de unas «estructura de Estado» que nunca han llegado a existir.

El sainete del «president en el exilio»

Y comenzó la zozobra. Carles Puigdemont fue tachado de «traidor» (botifler) en las calles y en las redes sociales, durante las horas en las que se mostró dispuesto a convocar elecciones. Su conseller de Empresa, Santi Vila, optó por dimitir para evitar la cárcel. La aplicación del artículo 155 hizo el resto: se acabó la épica.

Entonces se inició la desbandada de los «héroes» de la independencia que habían prometido: «No daremos ni un paso atrás». Carles Puigdemont viajó en secreto a Bruselas junto a cuatro de sus ex consellers, huyendo de la Justicia, para proclamarse «president en el exilio».

El mayor de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, aceptó su destitución sin rechistar. Y la ex presidenta del Parlament Carmen Forcadell ha completado el sainete renegando de su credo independentista ante el juez del Supremo Pablo Llanera. Los políticos que pidieron gestos heroicos a sus ciudadanos han huido en desbandada, mientras Oriol Junqueras cuenta los días que lleva en prisión