Jesús Palacios: «Kissinger veía a Juan Carlos I como ‘dicharachero’ y sin capacidad de liderazgo»
El periodista e historiador analiza en OKDIARIO la figura del Rey emérito desde su infancia hasta el 23-F
"La Transición fue algo frívolo, superficial e improvisado que llevó a España a un Estado fallido"
El periodista e historiador Jesús Palacios, coautor junto a Stanley Payne de la biografía más exhaustiva sobre el Rey Juan Carlos, Juan Carlos I, editada por Esfera de los Libros, conversa con OKDIARIO desgranando aspectos desconocidos del Rey emérito, desde su turbulenta infancia hasta su papel en el 23-F. Palacios no esconde la realidad sobre la formación del entonces príncipe: «Cariñoso, soberbio, fabulador, mal estudiante. Falta de capacidad intelectual, carencia de sacrificio», enumera citando los informes de sus educadores. Sin embargo, matiza: «Eso es lo que le valió la corona: la astucia sin inteligencia, pero una astucia innata para sobrellevar y vencer todos los obstáculos que se le fueron presentando».
Palacios revela que la educación de Juan Carlos fue extremadamente dura: «En Friburgo emplearon mano dura, es decir, colgándole de los brazos, de los pies y con castigos corporales», según consta en los informes enviados a Don Juan. El joven príncipe destacaba únicamente «en los deportes, en los juegos de caza y en la hípica», pero estaba «muy lejos de ser un candidato apto para tan importante misión».
Jesús Palacios revela que Don Juan era consciente de las limitaciones de su hijo y por eso exigió «viruta, mucha viruta. Es decir, mano dura con Juan Carlos». Ni Jesús Pabón, ni Torcuato Fernández Miranda, ni ningún otro de sus prestigiosos preceptores lograron convertirlo en un estudiante aplicado.
El trágico episodio de Estoril
Uno de los momentos más estremecedores de la entrevista es cuando Palacios relata el día en que Juan Carlos mató accidentalmente a su hermano Alfonso. El historiador revela que Juan Carlos narró el episodio con una frialdad sorprendente: «Con toda parsimonia, abre el cajón, extrae la pistola, se vuelve hacia su hermano a una distancia de menos de dos metros y apuntándole a la frente, le dice ‘El que estás muerto eres tú’ y dispara».
Lo más inquietante, según Palacios, es cómo el propio Juan Carlos relataba el suceso años después: «Fíjate, con tan buena puntería que le di entre ceja y ceja. Hablaba como si fuese de una tercera persona, no de él mismo». El experto añade que «a las pocas semanas estaba de juerga, de fiesta bailando y seguía en ese afán de conquista de las mujeres».
La disputa con Don Juan
Contrariamente a lo que algunos historiadores han afirmado, Palacios desmonta el mito del pacto dinástico: «Jamás existió un pacto dinástico. Es más, Don Juan disputó a pesar de todo, desde el año 66 hasta noviembre del 75, la Corona a su hijo». El autor revela que Don Juan «estaba en conversaciones con Santiago Carrillo del Partido Comunista, al que le estaba financiando además».
Franco descartó definitivamente a Don Juan tras el «contubernio de Múnich» en junio de 1962: «Desde ese momento, Franco decide prescindir absolutamente en todos los aspectos de Don Juan», explica Palacios.
La tutela de Estados Unidos
Sobre el controvertido tutelaje estadounidense, Palacios es claro: «No hay un guion escrito por la administración norteamericana». Sin embargo, reconoce que «desde julio de 1969, la administración norteamericana con Nixon y Kissinger van a tutelar de forma activa y decidida a Juan Carlos».
El historiador cuenta que Kissinger tenía serias dudas sobre el príncipe: «Es un hombre con una escasa preparación y falta de solidez, que hablaba de forma dicharachera y sin pensar las cosas. Este es un chico con buenas intenciones, pero no sabrá mantener sólido el fuerte».
El asesinato de Carrero Blanco
Palacios desmonta rotundamente la teoría de la implicación de la CIA: «Es un asesinato doméstico, un magnicidio que obedece a un propósito interno». Como prueba, cita las amenazas del comandante José Luis Cortina durante el juicio del 23-F: «Amenaza con que va a contar lo de Carrero Blanco. ¿Qué tiene que ver una cuestión internacional la CIA con esto?».
Una Transición improvisada
Sobre la Transición, Palacios es contundente: «Fue algo frívolo, superficial e improvisado. Juan Carlos lo que trae es un sistema político pluripartidista que va a dar en un estado de partidos y que va a desarrollar un sistema absolutamente corrupto y corrompido».
El autor concluye con una reflexión demoledora sobre el legado del Rey emérito: «Juan Carlos recibió un país unido, una sociedad unida, en paz y tranquila. Y lo que dejó generar después es la deconstrucción, la desunión, la división». Para Palacios, España ha terminado convertida en «un Estado fallido» con un «sistema corrupto y sistémico e institucional» del que los partidos mayoritarios «no quieren prescindir porque es el que les conviene para mantener sus privilegios».
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