La guerra interna Calvo-Redondo paraliza la toma de decisiones del Gobierno frente al coronavirus

Coronavirus
Iván Redondo y Carmen Calvo
Carlos Cuesta

La crisis interna en el seno del Gobierno socialcomunista ya no es una guerra sólo entre los ministros morados y los socialistas. Ahora lo es a tres bandas entre los podemitas, los del PSOE, y las decisiones de Iván Redondo, jefe de Gabinete del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

La gestión profesional y técnica de Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, está solventando, por el momento, la crisis sanitaria provocada por la expansión del coronavirus. Mientras, la lucha de poder entre la vicepresidenta Carmen Calvo e Iván Redondo ha llevado a que la Comisión Interministerial –bajo influencia de Calvo– funcione sin impulso ni respaldo del jefe de Gabinete de Pedro Sánchez, y a que el Consejo de Seguridad Nacional –bajo el campo de actuación de Redondo– esté con el mismo diagnóstico –inacción– por la falta de apoyo tácito de los altos cargos más fieles al partido. Y, todo ello, aderezado con la consabida pelea entre Calvo e Irene Montero por ver quién lidera las cuestiones de Igualdad.

El último capítulo visible de esta fractura interna en la gestión del coronavirus lo ha protagonizado la ministra comunista de Trabajo, Yolanda Díaz, con su guía laboral. El polémico texto ha sido desautorizado por Moncloa, después de que Sanidad avalara los consejos que se daban en el mismo. Se trata de un documento donde se recuerda la capacidad de los representantes sindicales de parar la producción empresarial en caso de que observen un riesgo de contagio; y donde se señala la responsabilidad del empresario en caso de que no adopte las medidas adecuadas para evitar la propagación del virus entre la plantilla.

La guía, como no podía ser de otra manera, también ha conseguido enfadar a la empresa, y es que, de nuevo, tampoco la patronal CEOE había sido consultada antes de hacer circular el documento.

Pero ahora la pelea y descoordinación interna avanza en otras direcciones. Ya no es únicamente una guerra abierta entre los ministros del PSOE y los de Podemos. Ahora lo es también en la lucha soterrada de poder que mantienen dos de los grandes alfiles de este Ejecutivo: Carmen Calvo y el recién aupado Iván Redondo.

‘Delcygate’ y coronavirus

La vicepresidenta mantiene y personaliza la presencia del PSOE. Iván Redondo, la de Sánchez. Y ni la gestión del ‘Delcygate’, ni de la mesa con Quim Torra, ni ahora del coronavirus o del 8M, contenta a las bases del PSOE. Unas bases que culpan de muchas de las cuestiones a Redondo y su pacto con Pablo Iglesias, y que escenifican de este modo su rechazo a una persona impuesta por el presidente con un inmenso poder pero sin el respaldo de sectores importantes del PSOE.

Nadie saltará: ni desde Aragón, ni desde Andalucía, ni desde Castilla La-Mancha. Pero el clima de crítica interna crece con fuerza y se muestra a cada frente abierta.

Son ya dos los meses transcurridos desde que Pedro Sánchez diera el banderazo de salida a su Gobierno socialcomunista. Las discrepancias entre Carmen Calvo, Juan Carlos Campo e Irene Montero por culpa del proyecto de ley de libertad sexual se han hecho ya visibles.

Pablo Iglesias, de hecho, no dudó en apuntar al ministro de Justicia como un «machista frustrado» y Echenique calificó al mismo ministro Campo de «machote». El Ministerio de Justicia, de hecho, publicó el informe completo con todas las alegaciones técnicas dejando en evidencia la falta de rigor técnico y jurídico de la norma estrella del departamento de Irene Montero.

Ahora la pugna por la gestión del coronavirus ha vuelto a abrir otro flanco, uno en el que ni la Comisión Interministerial –bajo influencia directa de Carmen Calvo– goza de capacidad operativa: su actividad es mínima; y en el que el Consejo de Seguridad Nacional -bajo el campo de actuación del jefe de Gabinete de Sánchez, Iván Redondo, se encuentra exactamente igual: en punto muerto.

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