Prisiones

La Guardia Civil registra 2 autobuses de funcionarios de la cárcel de Valdemoro en busca de droga

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Una imagen de la prisión de Valdemoro.
Luis Miguel Montero

Los pasados 27 y 30 de julio agentes de la Guardia Civil, acompañados por la policía municipal de Pinto (Madrid), establecieron un control de drogas en la M-841, a la hora en que debía entrar el relevo del turno de noche en la cercana prisión de Madrid III, en Valdemoro. Al llegar los autobuses e identificarse como servicio especial para funcionarios de prisiones los guardias civiles se subieron e hicieron bajar a todos sus ocupantes junto con sus mochilas, procediendo a un cacheo exhaustivo y minucioso tanto del autobús como de sus enseres. Buscaban droga entre los bocadillos y los tuppers de comida que los trabajadores y trabajadoras tienen que llevar para cenar. Este servicio ocurre tres meses después de que cuatro agentes fuesen denunciados por «detención ilegal» por funcionarios de la prisión de Valdemoro.

Sin embargo, a los conductores de los autobuses no les registraron, ni les hicieron bajarse del autobús. Lo mismo sucedió con otros tantos funcionarios y funcionarias de prisiones que acudían a trabajar en sus coches particulares. «En cuanto se identificaban como empleados y empleadas de la prisión, eran apartados a una calle del polígono industrial, ordenándoles bajar de sus coches, registrando los maleteros, los asientos, debajo del salpicadero e incluso la zona del motor. También sus mochilas con la cena de la noche, sus bolsillos, e incluso en algún caso, sometieron al trabajador a palpaciones debiéndose quitar los zapatos por si ocultaban droga en su interior», han dicho desde el sindicato ACAIP-UGT en un comunicado.

«De nada les sirvió a los funcionarios y funcionarias de prisiones, emplear técnicas asertivas, aludiendo a ser “compañeros de ministerio” o que tenían prisa para hacer el recuento de la noche. Mas, bien al contrario, sirvió para comentarios jocosos sobre corrupción en prisiones o que alegaran que les había parado la Guardia Civil. Tampoco se libraron los jefes de servicio. Uno tras otro fue pasando a una zona del polígono industrial para su registro. Las explicaciones tampoco fueron muchas, aparte del típico recibimos ordenes, y que sus mandos “habían subido el nivel de alerta en las prisiones”. Los testigos relatan que sólo había coches parados de trabajadores de la cárcel, al resto de vehículos los identificaban y dejaban pasar», añaden.

Los trabajadores y trabajadoras de Valdemoro «no podemos aguantar más, es la tercera vez que se cachea el autobús de funcionarios buscando droga. Estamos hartos que continuamente se nos criminalice. Hace dos años cuatro compañeros sufrieron cuatro meses y medio de prisión injusta, acusados por la guardia civil y la dirección del centro de delitos que jamás se cometieron, excepto en la imaginación de los denunciantes. Ahora son ellos los investigados y los que tienen que pasar por el juzgado a dar explicaciones. Desde la inauguración de la prisión casi una veintena de trabajadores y trabajadoras han sido acusados por diferentes instituciones de introducción de drogas, sin que se haya condenado a nadie», dicen desde ACAIP.

Por eso, desde el sindicato se han quejado por escrito ante el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz González, por estas actuaciones, «donde le pedimos explicaciones, aparte de que se deje de criminalizar a esta plantilla se tomen las medidas necesarias para que no vuelva a suceder. Sin embargo, no tenemos esperanza ninguna en que eso ocurra, ni siquiera de que se digne a contestar», finalizan.

Esto ocurre solo unos meses después de que el juzgado de Instrucción número 4 de Valdemoro abriese una investigación contra  José Antonio Luis de la Iglesia, director del centro penitenciario de Valdemoro en Madrid, tras la denuncia interpuesta contra él por dos funcionarios de su prisión, que fueron detenidos y acusados por la Guardia Civil de traficar con drogas dentro de la cárcel. En la misma denuncia también un mando de la Guardia Civil fue llamado a declarar por este asunto y otros cuatro agentes de la UPROSE de Madrid fueron denunciados ante el Juzgado.

Las acusaciones contra los funcionarios se demostraron finalmente falsas pero estos culpan ahora al director de haberlos señalado ante la Guardia Civil. Por eso también han sido denunciados cuatro agentes de la Benemérita por el «presunto delito de detención ilegal». Los funcionarios denunciantes culpan al director de la cárcel de haberlos señalado falsamente ante la Guardia Civil como culpables de traficar con drogas e introducir teléfonos dentro de la cárcel durante la pandemia del Covid.

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