España

El Gobierno amenaza a Londres con una protesta por interceptar un petrolero en aguas españolas

El Gobierno ha pedido a Reino Unido los detalles de la operación en la que un petrolero que se dirigía a Siria ha sido interceptado en aguas cercanas a Gibraltar. Por el momento, el Ejecutivo se reserva la opción de presentar una queja formal ante las autoridades británicas.

Así lo han confirmado desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, que no descarta la posibilidad de presentar la queja formal. El portavoz de Exteriores ha asegurado que España estaba informada de la operación, sin embargo ésta se iba a producir inicialmente en el puerto –esas aguas son las únicas que España reconoce a Gibraltar– y que, aunque al final no ha sido así, España ha decidido no interferir porque se trataba de cumplir con el régimen de sanciones de la UE.

La disputa sobre las aguas ocasiona incidentes frecuentes en la zona. «El Reino Unido no tiene duda sobre su soberanía sobre aguas territoriales británicas de Gibraltar. Se extienden hasta tres millas náuticas desde Gibraltar, y el barco fue abordado dentro de esta zona», ha señalado, por su parte, una portavoz de la Embajada británica.

Este jueves por la mañana, el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, Josep Borrell, ha señalado que su Departamento estaba estudiando la operación para ver en qué medida afectaba a la soberanía española y ha apuntado que el origen era una petición de Estados Unidos a Reino Unido. No obstante, también ha señalado que el Gobierno español estaba informado de la operación y ha detallado que había patrulleras de la Guardia Civil «securizando las aguas».

Decisión de Gibraltar

Reino Unido ha señalado que «ha sido una operación dirigida por Gibraltar», y que la decisión de llevarla a cabo fue tomada por el ministro principal, Fabian Picardo, por razones que él mismo ha explicado: una supuesta violación de las sanciones de la Unión Europea.

Por su parte, el portavoz de Exteriores ha puntualizado que, antes de la operación, Reino Unido ha mantenido «consultas» con España por «los canales oportunos» y ha informado de que tenía «fundadas sospechas» de que el buque Grace I, que tenía previsto detenerse en Gibraltar, transportaba una carga de crudo con destino final Siria.

La previsión, según esta fuente, era una intervención «británica» para embargarlo en el puerto de Gibraltar. Las aguas del puerto son las únicas que España reconoce al Peñón, con el argumento de que en el Tratado de Utrecht no se cedieron aguas a Reino Unido.

Sin embargo, el portavoz ha explicado que el buque no pudo entrar en el puerto y por eso la intervención se llevó a cabo en aguas que rodean Gibraltar, «que son de soberanía española», pero España no ha querido interferir porque se trataba de cumplir con el régimen de sanciones europeo y una patrullera de la Guardia Civil ha hecho «el oportuno seguimiento de la operación». «Es deber de los Estados Miembros colaborar y asegurarse de que las sanciones son efectivamente aplicadas», ha recalcado.