España

La estrategia de Susana: dejar hacer a Sánchez y que sea él quien acierte o se la pegue

Dejar hacer a Pedro Sánchez y luego, ya se verá. Para bien o para mal, el único responsable de sus decisiones será él. Es el mensaje que comparten los más próximos a la presidenta andaluza, Susana Díaz. Una estrategia de «no injerencias» en lo importante -como el diseño de la Ejecutiva o la discusión del proyecto político- que no está sin embargo exenta de ‘desplantes’: ni Díaz ni ninguno de los suyos arropó a Sánchez en su confirmación como secretario general. La delegación andaluza tampoco estuvo presente en la votación del proyecto del futuro PSOE. 

El repliegue responde a que nadie pretende mantener abierto, en público, el encarnizado enfrentamiento de las primarias. No se oculta el abatimiento, pero el equipo de Díaz asegura al mismo tiempo que no renunciará a defender «lo que es lo suyo», y esto es, el poder de Andalucía. Como publicó OKDIARIO, una de las broncas de los últimos días ha sido la composición del Comité Federal: los andaluces querían más cuota de representación -en función de sus militantes, una cuarta parte del total- y no los 18 que pretendía Sánchez.

La intención es, pues, dar una tregua a Sánchez para que, a partir de ahora, tome las principales decisiones. Díaz ya se ha asegurado mantener el poder del socialismo andaluz con el adelanto de su ‘congresillo’, en julio, en el que Sánchez no presentará candidato alternativo. Por parte de Díaz, no se pretende hacer guerra como ya anticipó el tono en los días de Congreso: aseguró que no pelearía por representación en la Ejecutiva y que Sánchez tenía carta blanca para componer su equipo y «rodearse de los mejores».

Su reunión con el secretario general, en cambio, duró apenas nueve minutos. Al término, Díaz apareció acalorada y con signos incluso de haber llorado, y apenas hizo declaraciones a la prensa. Advirtió, eso sí, que los límites del ‘Estado plurinacional’ que prevé Sánchez los marca el artículo 2 de la Constitución.

Este domingo, solo apareció por el recinto donde se desarrolla el congreso para votar la Ejecutiva y el Comité Federal. Después, emprendió viaje a París para participar en una feria aeronáutica.

Sánchez exhibió en la clausura su músculo ante la militancia. Pero en el círculo de confianza de Díaz recuerdan que «militantes no son votantes» y se muestran escépticos ante el resultado en unas posibles elecciones. En ese caso, y ante un tropiezo de Sánchez, se actuará. La intención es medir los tiempos y no precipitar nada. Darse un momento de respiro tras un proceso que ha arrasado con el partido.

Algunos barones sí han salido en cambio a criticar la el «sectarismo» de la dirección del PSOE, que se manifiesta, consideran, en que algunos miembros del partido como Eduardo Madina, Elena Valenciano, Antonio Hernando, José Blanco o José María Barreda no estén presentes en el Comité Federal o que Sánchez haya diseñado una Ejecutiva ‘a medida’, y sin críticos.

El portavoz socialista en el Senado, Vicente Álvarez Areces, consideró «evidente» que en la nueva Ejecutiva del PSOE «no ha habido integración alguna». Por su parte, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se ha mostrado crítico con la intención de Sánchez de impulsar un candidato a su congreso regional para hacerle frente.