La CUP acepta un acuerdo humillante para salvar el proyecto de independencia

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La número 2 de la CUP, Anna Gabriel, durante una intervención en el Parlament. (Foto: Agencias)

El pavor a unas elecciones anticipadas, en las que En Comú Podem podría convertirse en la fuerza mayoritaria en el Parlament, ha llevado a Junts pel Sí y la CUP a cerrar un acuerdo in extremis en el que todos pierden.

Artur Mas renuncia a su sueño de seguir liderando el proceso de independencia. Al menos de momento, pues seguirá calentando el banquillo desde su escaño en el Parlament, mientras coloca en la Presidencia de la Generalitat a un hombre de su entera confianza, el alcalde de Gerona, Carles Puigdemont.

A cambio, los antisistema de la CUP entregan un cheque en blanco al nuevo Govern. No sólo se comprometen a no votar contra sus resoluciones en el Parlament, sino que han aceptado aplicar una auténtica purga en su Grupo Parlamentario: la mitad de sus diez diputados autonómicos lo abandonarán. Los más reticentes al acuerdo.

Ambas partes han realizado importantes renuncias, con un obtenido común: mantener en jaque al Estado y dar continuidad al proyecto de independencia, que durante los próximos meses obligará al Gobierno central a desplegar una intensa batalla judicial. La primera estación, el Tribunal Constitucional, que ya tiene la potestad de inhabilitar a los cargos públicos que desobedezcan sus resoluciones.

Las cinco condiciones de la rendición

Estos son los cinco compromisos del acuerdo dado a conocer este sábado:

1. La CUP se compromete a apoyar en primera votación al candidato a la Presidencia de la Generalitat propuesto por CDC, Carles Puigdemont, en la sesión de investidura que ha sido convocada para el domingo a las cinco de la tarde.

2. La CUP garantiza que no votará nunca en el Parlament en el mismo sentido que los partidos contrarios al proceso de independencia: Ciudadanos, PSC y PP. Queda por aclarar si se incluye en el mismo apartado a la marca blanca de Podemos, Catalunya Sí que es Pot, que reclama la celebración de un referéndum de independencia.

3. La CUP «prestará» dos de sus diez diputados, que quedarán sometidos a la disciplina de voto del grupo parlamentario Junts pel Sí. El objetivo de esta medida es garantizar que Junts pel Sí disponga permanentemente de una mayoría absoluta de 65 escaños en el Parlament, dos más de los que tiene ahora.

4. La CUP admite públicamente los «errores» que ha cometido, al mantener una posición de «beligerancia» hacia Junts pel Sí.

5. En su rueda de prensa, el presidente Artur Mas ha anunciado además que se «renovará» la mitad del grupo parlamentario de la CUP, por lo que tendrán que abandonar la cámara al menos cinco diputados antisistema, los más reticentes al acuerdo.

Estas condiciones han provocado un profundo malestar en el seno de la CUP, pues amplios sectores del partido las califican como una rendición en toda regla. Además, advierten que el acuerdo no ha sido sometido al laborioso proceso asambleario que sirvió para rechazar, por tres veces, la investidura de Artur Mas.

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