España

Carmena quiere que los vecinos construyan el arte-facto de San Blas y planten tomates en el tejado

Una suerte de comuna en la que los vecinos construirán sus propias casas, plantarán lechugas y tomates en la azotea para intercambiarlos mediante el trueque, organizarán «comidas comunales» (o en el peor de los casos, un botellón), aprenderán a reparar bicicletas y fabricarán compost con la basura que han generado. La falta de transporte público se suplirá con una amplia zona de aparcamiento para bicicletas.

Parece el sueño delirante de un okupa, pero es uno de los proyectos estrella de la alcaldesa Manuela Carmena: el Arte-facto que el Ayuntamiento de Madrid quiere colocar en el distrito de San Blas-Canillejas, pese al firme rechazo de los vecinos.

De acuerdo con el anteproyecto al que ha podido acceder OKDIARIO, se trata de un edificio de 38 viviendas de protección social, destinadas en régimen de alquiler para colectivos desfavorecidos, con el que Carmena quiere resucitar el espíritu de las antiguas «corralas» del siglo XIX.

El inmueble estará comunicado por un amplio patio interior ajardinado y la azotea albergará un «huerto ecológico» para que los vecinos planten tomates, lechugas y patatas. Para consumo propio, o para venderlos en un mercadillo de barrio.

Trabajo social para rebajar el alquiler

Los autores del proyecto han concebido el edificio como una «comunidad de carácter intergeneracional, abierta y proactiva», en la que los inquilinos podrán desarrollar trabajos a favor de la comunidad (por ejemplo, limpiando la escalera) a cambio de obtener una rebaja en el alquiler.

También lo dicen con otras palabras: «Un edificio que se muestra hacia el exterior, educativo, que es referente de la vida sostenible, con equipamientos que permiten hacer actividades relacionadas con la vida saludable y sostenible».

De hecho, los redactores del proyecto proponen que los futuros vecinos participen en la propia construcción del inmueble, lo que les permitirá así aprender un oficio. Y que luego se entretengan acondicionando un túnel cercano para transformarlo en una pista de skate park o un rocódromo, «para atraer al público joven».

Los autores del proyecto proponen que los propios vecinos participen en la construcción del edificio.

La planta baja albergará los servicios comunes, que incluyen una cantina (como alternativa a los bares y cafeterías del barrio), un comedor comunitario, un espacio de mercadillo para que los inquilinos vendan sus propios productos, un taller de montaje y reparación de bicicletas y un centro de gestión de residuos, para reciclar las aguas sucias, fabricar compost con la basura y reutilizar los residuos industriales.

La empresa contratada por el Ayuntamiento para diseñar el proyecto también propone organizar otras actividades para dinamizar la «vida social» del bloque, como «comidas comunales» y cursillos de cocina.

Las zonas comunes incluyen una cantina, un espacio para organizar «comidas comunales» y un taller de reparación de bicis.

Por el barrio de Rejas, en el que se ubicará el inmueble, sólo pasa una línea de autobús (la 77) y la estación de Metro más próxima está a más de 20 minutos andando. En lugar de poner más líneas de autobús, el Ayuntamiento propone «buscar alianzas para la generación de una red de aparcamientos seguros de bicicletas en equipamientos públicos, comercios y estaciones de Metro».

El área de Coordinación Territorial del Ayuntamiento que dirige el concejal okupa Nacho Murgui adjudicó un contrato menor 20.207 euros a la empresa Técnicas de Construcción Sostenible (TécnicaEco) para diseñar el Arte-facto.

Tal como ha informado OKDIARIO, se trata de la misma empresa que realizó las obras de reforma de La Morada, una de las sedes sociales de Podemos. El gerente de la empresa, Pablo Rodríguez, ha sido miembro del movimiento okupa. Fue condenado por impago al personal cuando su empresa cerró y fue juzgado por delito de usurpación en 2005, aunque finalmente quedó absuelto de esta última acusación.

Arte-Facto que se presentó para el distrito de San Blas. (Foto: Madrid)

Los vecinos del barrio de Rejas, agrupados en la asociación Mejora la Calidad del Barrio, han mostrado reiteradamente ante el Ayuntamiento su rechazo a este proyecto. Consideran que es mucho más prioritario mejorar los servicios públicos de la zona, que son casi inexistentes: no hay polideportivo, ni biblioteca, ni colegios públicos, ni instituto de Secundaria ni apenas transporte público.

Sin embargo, la alcaldesa Manuela Carmena ha optado por poner en marcha un experimento social en forma de arte-facto que actuará como una comuna, adjudicado por su concejal okupa Nacho Murgui y diseñado por un arquitecto okupa. El proyecto se financiará con los Fondos de Reequilibrio Territorial (FRT).