Economía

Talgo: ¡Maravillas entre bastidores!

Esta semana, Gisela Turazzini explica en su columna las razones para invertir en Talgo, una compañía infravalorada en el mercado.

“Los rasgos que te hacen exitoso en la vida, te destrozan en los mercados” Mark Douglas.

Daniel Kahneman, en su obra Pensar rápido, pensar despacio, nos enseñó que el ser humano tiene un comportamiento conductual, y que en el proceso de toma de decisión inciden dos factores: uno racional y otro emocional. La intuición a veces es positiva, pero uno de los peores sesgos conductuales del ser humano es sin duda el predictivo. El sesgo predictivo no consiste únicamente en creer que todo puede ser razonado o explicado, sino que faculta el comportamiento gregario de las personas o dicho de otro modo, el hecho de creer que la mayoría siempre tiene la razón. Sería bueno entonces echar un vistazo a la fascinante obra de Gustave Le Bon, Psicología de las masas, en la que el sociólogo francés advierte de que el ser humano es racional cuando piensa por sí mismo, pero que forma parte de un ente estúpido cuando se une a la masa. El grupo se comporta de manera irracional y su comportamiento es primitivo.

Estos argumentos sociológicos y filosóficos, son muy interesantes si los
extrapolamos a los mercados financieros, puesto que el inversor novel suele centrarse más en lo grupal, que en lo individual y su miedo a perder dinero se sobrepone de manera habitual a cualquier argumento lógico.

Lamentablemente la volatilidad suele ser más decisiva para muchos que la propia cuenta de resultados. Y jamás hay que olvidar, que como nos enseñó Benjamin Graham, cuando invertimos en acciones no compramos un billete de lotería que quizás mañana nos dará un premio, sino que somos propietarios de parte de un negocio y he aprendido que los negocios necesitan un proceso de maduración para dar lo mejor de sí, como todo en esta vida.

Esta pasada semana mi querida Talgo presentaba unos resultados en línea de lo esperado, es nuestra principal inversión en Blackbird y el mercado la ha premiado castigando la cotización hacia niveles cercanos al posterior anuncio del excelente programa de retribución a los accionistas, mediante el programa de recompra de acciones récord (amortización de hasta un 16% del capital mediante la compra de 100MM€ de acciones en el mercado). Tras el anuncio de dicho programa, la compañía subió un 35%. Probablemente iluminados muchos por la vocación alcista del valor y la confirmación de los argumentos lógicos, la tendencia se alimentó de esperanza. Sin embargo, en las mesas de las reuniones internas, pienso que los consejeros de MCH marcaron una consigna clara cuando decidieron qué hacer con los 100MM€ de cash generados por la fabricación del AVE del desierto. MCH sabedor de que tenía que desinvertir en Talgo (obligación por política del Fondo), marcó un objetivo: apretar el programa de compras, para mejorar el precio de salida.

El notable incremento de volumen por parte del Trader del Santander Investment refleja el interés de apretar en compras para levantar la cotización. Trabajo al fin y al cabo de un cuidador que tiene dinero para comprar el 50% de todo el free float. Una vez logrado el objetivo de vender en máximos de cinco años, la cotización cambia el rumbo y su cuidador pasa a tener probablemente una nueva finalidad: ¡comprar todas las acciones que pueda! Allá donde unos ven una resistencia técnica, como un número mágico que frena la cotización… Los Traders profesionales vislumbramos un objetivo, pues sabemos que el mercado funciona así. El ritmo de compras del cuidador desciende y pasa de la compra a mercado, a compra limitada. ¿Acaso no creen que los actuales accionistas prefieren amortizar el máximo de capital, a ver la acción un 5% ó un 10% arriba? Si se amortiza el 16% del capital, se participa en un 20% en los beneficios. Y esa y no otra, ¡es la consigna!

Esto, en mi opinión, es lo que debería quedar para los titulares: siguen existiendo 60MM€ para comprar acciones en el mercado, se han conseguido más de 800MM€ en nuevos pedidos y el ritmo de fabricación hará pico en 2020, 2021 y hasta 2023, plazo en el que Talgo no solamente sacará a relucir su excelente negocio de mantenimiento, sino que pondrá en su caja neta el cash flow generado de fabricar el contrato del siglo de Renfe, los 23 trenes de larga distancia para la Deutsche Bahn, el AVE de Egipto y el de Uzbekistán.

Todo ello me hace presagiar que la buena política de remuneración al
accionista pueda dar continuidad al programa de recompra de acciones a largo plazo, y más sabiendo que todos los pedidos tienen línea de financiación y que la compañía valdrá un 16% más de lo que cotiza, cuando Talgo amortice capital y termine de ingresar los últimos 17MM€ pendientes de cobro del Ave del desierto.

¿Acaso no es suficiente margen de seguridad para comprar una acción tan infravalorada como Talgo? Pues la clave del futuro parte de lo que veremos en el primer trimestre de 2020, en el que Renfe cercanías licita más de 5.000MM€ en trenes y el AVE de UK oferta 3.000MM€, donde Talgo tiene serias posibilidades de ganar. A ello, pedidos como el tren de Dinamarca y el AVE de Portugal, son otros de los contratos a los que Talgo se erige como serio y firme candidato.

Cierto es que podríamos pasarnos el verano temerosos, observando la cotización y de paso mirando de reojo el NAV de la cuenta de valores. Pero créanme cuando les digo que las bases de Talgo no son de un tren que descarrila, son de un interés claro de mercado (amortizar capital), así como de un claro proyecto de futuro a corto, medio y largo plazo. Lo que sea Talgo en el futuro dependerá de lo que suceda el primer trimestre de 2020, y en ese preciso instante yo seguiré invertida en Talgo, puesto que pase lo que pase debería recuperar el precio de la OPV. Como decía Mark Douglas, los rasgos que nos hacen exitosos en la vida, nos destrozan en los mercados. Aquí a pesar de Mr. Market, mi paciencia será virtud y mi vigor defecto.

Gisela Turazzini
CEO, Blackbird Broker