Telecomunicaciones

Los mercados asumen que la saudí STC presionará para que Telefónica lidere una fusión internacional

STC Telefónica
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

STC Group (Saudi Telecom) tiene intención de influir en la gestión de Telefónica para rentabilizar el 9,9% que ha adquirido, y una de las vías más destacadas para conseguirlo es acometer una fusión. Diferentes fuentes del mercado y del sector de las telecomunicaciones dan por hecho que la compañía saudí presionará a José María Álvarez-Pallete para acometer una operación corporativa internacional a medio plazo.

Algo que el presidente de Telefónica no vería con malos ojos, ni mucho menos. Como informó OKDIARIO, la fusión fue una de las opciones que Pallete planteó a Pedro Sánchez para mejorar la rentabilidad de la operadora, evitar tener que vender activos y frenar la entrada de posibles accionistas hostiles, que el presidente desoyó. Por tanto, en este punto los intereses de STC y de los gestores de la compañía española estarían alineados.

En principio, se trataría de una fusión internacional, ya que dentro de España cualquier operación de Telefónica tendría graves problemas de competencia al hacerse con una posición dominante. Por lo mismo, tampoco podría fusionarse con compañías ya presentes en España: VodafoneOrange.

Asimismo, Telefónica tendría que ser el más grande de la operación, ya que pretenderá mandar sobre la compañía resulte. Eso excluye únicamente al gigante alemán Deutsche Telekom, pero deja muchos candidatos encima de la mesa: entre las grandes cotizadas, KPN, Elisa, Telia o Telecom Italia en la UE, y Swisscom British Telecom en Reino Unido (menos probable tras el Brexit).

Cabe recordar que Telefónica ya intentó una fusión transfronteriza con Telecom Italia en 2013, bajo la presidencia de César Alierta, quien intentó aprovechar la crisis que entonces atravesaba la operadora transalpina. La operación no fructificó por la oposición del Gobierno que entonces presidía Silvio Berlusconi.

Además, hay otras muchas compañías no cotizadas o que forman parte de conglomerados multisectoriales. Es el caso de la francesa Bouygues Telecom, con la que Pallete podría haber mantenido contactos antes de la entrada de STC, según publicó El Confidencial.

La presidencia del BEI, la clave para las fusiones

El gran obstáculo para una operación de este tipo se encuentra en Bruselas, donde la comisaria de Competencia, la danesa Margrethe Vestager, se ha opuesto rotundamente a las fusiones de empresa de telecomunicaciones para crear ‘campeones europeos’ que puedan competir con los gigantes norteamericanos y asiáticos. Su tesis es que en todos los mercados debe haber al menos cuatro competidores relevantes, lo que pone en cuestión la unión de Orange y MásMóvil en España.

Ahora bien, Vestager es candidata a la presidencia de BEI (Banco Europeo de Inversiones) en liza con la vicepresidenta española Nadia Calviño. Los conocedores de la política europea aseguran que Francia y Alemania apoyan a la danesa por el simple hecho de quitarla de Competencia tras el veto a operaciones muy importantes como la de Alstom y Siemens en 2019.

Si finalmente Vestager va al BEI y se nombra un nuevo comisario más proclive a las fusiones, la operación que desea STC para Telefónica tendrá el camino mucho más despejado.

Las operadoras del Viejo Continente afrontan un escenario de negocio muy complicado. Se trata de un mercado muy maduro -todo el mundo ya tiene móvil y fibra- y, en consecuencia, con un crecimiento muy pequeño o nulo. La única fuente para obtener más ingresos por cliente son los servicios de valor añadido, pero tienen un coste muy elevado y son difíciles de rentabilizar: básicamente, los derechos deportivos y las plataformas de streaming de series y películas.

Por el contrario, en el lado de los gastos, estas compañías tienen que acometer grandes inversiones para el despliegue de la red 5G, lo que también lastra sus cuentas. A esto hay que sumar un factor todavía más importante: los gastos financieros se han disparado con la subida de los tipos de interés, ya que se trata de empresas muy endeudadas. Las fusiones parecen inevitables.

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