Las familias sacan 13.000 millones del banco en enero por el alza de precios y la falta de rentabilidad
Lagarde espera que los bancos trasladen las subidas de tipos a la remuneración de los depósitos
Lagarde pide a los bancos prudencia y «adecuadas provisiones» por la desaceleración económica
Las familias españolas han retirado más de 13.000 millones en depósitos de las entidades financieras en enero, lo que representa un aumento del 3,3% en relación con un año antes, según los datos publicados hoy por el Banco de España. El fenómeno responde a dos motivos principales. El primero es hacer frente a la crisis que padecen los hogares como consecuencia de la escalada de la inflación, que en lo que respecta al índice subyacente -que descuenta los alimentos sin elaborar y la energía debido a su volatilidad- está en niveles récord del 7,5%. La segunda causa es el interés creciente de los ciudadanos por buscar la mayor rentabilidad posible a sus ahorros mientras la banca no se decida a remunerar activamente los depósitos, algo que no está sucediendo hasta el momento. Según el banco emisor que gobierna Pablo Hernández de Cos, el saldo final de los depósitos en enero ascendió a 991.200 millones, un 1,3 % menos que a cierre de diciembre.
Lo sucedido en enero profundiza la ruptura de la tendencia registrada durante 2019 y la primera mitad del año pasado, cuando se hizo presente la espiral inflacionista -en junio alcanzó la cota máxima del 10,3%-. Hasta entonces, el comportamiento de los hogares había sido el de aumentar de forma sostenida los depósitos bancarios, a medida que los efectos de la crisis de la pandemia se hacían más patentes que nunca en los precios como consecuencia del colapso en las cadenas de abastecimiento, que luego se agravó con motivo de la invasión de Ucrania por Rusia, empujando al alza el coste del gas y del suministro energético general así como el de los productos agrícolas -sobre todo cereales- imprescindibles para la fabricación de productos básicos como el aceite y otros bienes de consumo.
Ya agosto de 2022 supuso un punto de inflexión, pues en dicho mes se produjo una retirada de depósitos de 3.800 millones de euros; en septiembre y octubre el saldo también se redujo, aunque en noviembre y diciembre volvió a crecer hasta superar el billón. En el caso de los depósitos de las empresas que custodia la banca, el volumen se redujo un 5,5 % respecto al cierre de 2022, lo que se traduce en 17.400 millones menos, hasta 300.300 millones. En comparación interanual, los depósitos de las empresas cayeron un 1,4 %, si bien en los últimos meses han evolucionado tanto al alza como a la baja debido a las necesidades de liquidez del momento.
La abundante liquidez que todavía atesora la banca española es lo que todavía la disuade de captar recursos a través de los depósitos y su correspondiente remuneración, pero esto es algo que ocurrirá más pronto que tarde, en cuanto el Banco Central Europeo empiece a reducir se balance a partir de marzo, a un ritmo del 15.000 millones cada mes y con la mirada puesta que a finales de año haya disminuido entre un 30% y un 35%. La decisión de no renovar los bonos púbicos que tiene en su cartera se traducirá directamente en un recorte de la financiación que hasta ahora venía concediendo a las entidades bancarias, que van a tener que comenzar a pagar más por los depósitos para suplir la ausencia de las aportaciones vía BCE.
De hecho, su presidenta, Christine Lagarde, ha expresado hoy su expectativa de que los bancos reflejen en la remuneración ofrecida por los depósitos de sus clientes las subidas de los tipos de interés acometidas por la institución, que seguirá elevando el precio del dinero para contener la inflación en línea con el objetivo del 2% a medio plazo. «Queremos que nuestras alzas de los tipos de interés se trasladen al sector financiero, incluidos los bancos. Mi esperanza es ésta porque queremos que la transmisión monetaria se canalice a través de la economía, y que los bancos también reflejen esas subidas de tipos de interés en su remuneración de los depósitos», ha reiterado Lagarde en un entrevista en The Economic Times.
En cuanto a la política monetaria del BCE, la francesa ha recordado que la institución ha aumentado los tipos desde el pasado mes de julio a un ritmo y tamaño sin precedentes -ahora están en el 3% y en marzo subirán medio punto más-, y ha insistido en que se llevarán a cabo todos los incrementos necesarios para devolver la inflación a la meta del 2%, que es el objetivo fundacional de la institución.
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