Estos son los motivos por los que vas a tener que despedirte de tu pensión aunque tengas 15 años cotizados

Al llegar a la edad de jubilación, los trabajadores aguardan con expectativas la posibilidad de retirarse y beneficiarse de la pensión contributiva que han acumulado a lo largo de su trayectoria laboral. Sin embargo, a pesar de haber cumplido con el requisito mínimo de cotización, algunos se encuentran con la negativa de la Seguridad Social.

Al presentar la solicitud de jubilación, la administración puede denegarla por diversas razones, siendo la más común la falta de cumplimiento del periodo mínimo de cotización exigido. Aunque en la mayoría de los casos se requieren al menos 15 años de cotización, existe un matiz específico que puede provocar el rechazo.

No obstante, la normativa legal de la Seguridad Social, contemplada en la Ley 8/2015, ofrece diversas formas de mejorar la pensión, no solo en términos de cuantía, sino también en situaciones de deficiencia en las cotizaciones. Además, se brinda la oportunidad de acceder a otras ayudas asistenciales del Imserso en caso de que la prestación contributiva sea inaccesible.

Requisitos de la pensión de jubilación

Cuando un trabajador busca obtener la pensión de jubilación, debe demostrar en la Seguridad Social que ha cotizado un mínimo de 15 años en al menos uno de los regímenes contributivos que conforman la Seguridad Social. Sin embargo, este requisito se extiende, ya que dos de esos años deben haberse cotizado en los 15 años anteriores a la solicitud.

Este matiz es crucial, ya que no cumplir con este periodo específico puede resultar en el rechazo por parte de la Seguridad Social. Además, es esencial haber alcanzado la edad de jubilación. Según el sistema actual, la jubilación puede solicitarse a los 65 años (edad ordinaria) con un periodo mínimo de cotización de 38 años o más en 2024. En caso contrario, la edad legal de jubilación es a los 66 años y seis meses.

Es importante destacar que existen diversas opciones para aumentar la pensión de jubilación, como la jubilación activa, la jubilación demorada o los convenios especiales que permiten cotizar incluso si no se está trabajando.

En última instancia, si acceder a la pensión contributiva resulta imposible, siempre queda la opción de solicitar una pensión no contributiva de jubilación al Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso). Sin embargo, esta alternativa solo es válida si los ingresos anuales del solicitante son inferiores a los 7.250,60 euros.

Cuando el Instituto Nacional de la Seguridad Social  niega la pensión de jubilación, es fundamental entender los pasos a seguir para reclamar y buscar una solución. Aquí se detallan los tres escenarios mencionados:

• En el primer escenario, al recibir la negativa del INSS, se tiene la opción de emitir una reclamación dentro de los 30 días siguientes a la presentación de la solicitud. Este proceso implica una espera de 45 días para obtener una respuesta oficial del organismo. En caso de que el INSS mantenga silencio administrativo, se debe entender que la solicitud ha sido denegada.
• La segunda opción implica dar un paso más allá y presentar una reclamación judicial en el Juzgado de lo Social correspondiente. Esta acción debe llevarse a cabo en un plazo máximo de un mes desde la denegación de la reclamación inicial o a los 45 días después de un silencio administrativo. Este camino conlleva procedimientos legales y la intervención de un juez especializado en temas laborales y de seguridad social.
• En el tercer y último escenario, si la resolución judicial no es favorable, se puede interponer un recurso ante la sentencia en primera instancia o en instancias posteriores. El protocolo establece dirigirse al Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Autónoma correspondiente o, en casos excepcionales, al Tribunal Supremo. La decisión de este tribunal sentará jurisprudencia, influyendo en casos futuros.

Por tanto, el proceso que se debe seguir para obtener la pensión de jubilación puede complicarse y enfrentar obstáculos, incluso cuando se han cotizado los años requeridos. Sin embargo, es crucial comprender que existen opciones y recursos legales disponibles para quienes se enfrentan a la negativa de la Seguridad Social.

Ya sea mejorando la cotización, explorando otras formas de jubilación o considerando la pensión no contributiva, los trabajadores tienen herramientas a su disposición. Además, el proceso de reclamación ante una denegación puede ser un proceso desafiante, pero conocer los pasos y tener la determinación necesaria puede marcar la diferencia.

En última instancia, la búsqueda de asesoramiento legal y el apoyo de profesionales en seguridad social pueden resultar fundamentales para superar los obstáculos y asegurar el acceso merecido a la pensión de jubilación. La perseverancia en la defensa de los derechos laborales es esencial para aquellos que se enfrentan a la incertidumbre de un rechazo, demostrando que, con conocimiento y acción, es posible navegar el laberinto de la denegación con determinación.

Por tanto, si tienes quince años cotizados, que es el mínimo para solicitar la jubilación, pero no cumples con el resto de requisitos, la Seguridad Social va a rechazar tu petición y no podrás cobrar la pensión que corresponde a un trabajador cuando deja de trabajar,