Economía
Según el Banco de España

Las empresas españolas anticipan una reducción de las ventas y del empleo en el primer trimestre de 2023

Las empresas españolas han percibido una estabilización de su facturación en el cuarto trimestre de este año, tras un descenso en el trimestre anterior, pero anticipan una contracción de las ventas y del empleo en los primeros tres meses de 2023, según las conclusiones extraídas de la Encuesta del Banco de España sobre la Actividad Empresarial (EBAE), correspondiente al cuarto trimestre.

El supervisor explica que, a través de esta encuesta, una porción de sociedades no financieras españolas evalúa cada tres meses la evolución de su actividad en el trimestre corriente y las perspectivas para el corto plazo. En particular, la encuesta recopila información cualitativa sobre la facturación, el empleo y los precios pagados y cobrados por las empresas colaboradoras.

Así, recoge que el 27% de las empresas han registrado un descenso de sus ventas en el cuarto trimestre, alrededor de tres puntos porcentuales menos que en el tercer trimestre, mientras que la proporción de empresas que afirman que su facturación está aumentando ha crecido hasta el 28,4%, 3,4 puntos más que en los meses de verano.

Por ramas de actividad, la evolución de la facturación empresarial muestra una notable heterogeneidad. En particular, el Banco de España destaca el comportamiento muy favorable de los servicios de información y comunicaciones, así como la recuperación de la construcción, rama cuya facturación había mostrado una mayor debilidad en los trimestres anteriores.

En el extremo opuesto, la peor evolución de la facturación se observa en la agricultura –que ya había mostrado un tono negativo en el tercer trimestre– y la hostelería –cuyo comportamiento había sido, por el contrario, positivo en los dos trimestres anteriores. En el comercio y la industria, la actividad empresarial habría mantenido en el trimestre actual el tono negativo del trimestre anterior.

Además, con respecto a las expectativas acerca del momento en que recuperarán el nivel de actividad de finales de 2019, es decir, previo a la pandemia, en torno a la mitad de las empresas encuestadas dice haberlo alcanzado ya. Entre las que aún no lo han hecho, casi un tercio de ellas espera que esto suceda en 2023, aproximadamente el 20%, o más adelante, en este caso, el 13%. Finalmente, siguiendo la tendencia de trimestres pasados, un porcentaje elevado de empresas, en torno al 20%, afirma percibir «demasiada incertidumbre» como para poder precisar la fecha de la recuperación de ese nivel de actividad, según recoge el informe del Banco de España.

Empleo

Por otro lado, el supervisor destaca que el volumen de empleo habría aumentado ligeramente en el trimestre actual entre las empresas encuestadas, en una magnitud similar a la que declararon para el tercer trimestre. Sin embargo, el incremento de la ocupación reportado ahora contradice el descenso que las empresas esperaban en septiembre. Así, la proporción de sociedades que indican que la ocupación se ha mantenido estable sigue siendo mayoritaria, con el 65,3% de las respuestas, mientras que el porcentaje de empresas que esperan aumentos del empleo en este trimestre, del 19,2%, sigue siendo mayor que el de las que esperan descensos, con el 15,5%.

Para el primer trimestre de 2023, las perspectivas son menos favorables. En concreto, las empresas esperan un retroceso en el empleo en el primer trimestre que, de confirmarse, sería el primero desde comienzos de 2021. Los resultados de la encuesta muestran, asimismo, una leve mejora de la actividad inversora de las sociedades en el cuarto trimestre del año, período en el que han aumentado su inversión el 17,7% de las empresas, frente al 12,4% en el tercero.

Inflación

En relación con los costes de los consumos intermedios y los precios de venta, las empresas indican una cierta moderación de las presiones inflacionistas en este trimestre, aunque seguirían siendo muy elevadas. Un 75,3% de las empresas manifiesta seguir experimentando la elevada inflación en sus ‘inputs’ productivos, pero esta proporción es 5,5 puntos porcentuales inferior a la del trimestre pasado.

En cuanto a las perspectivas de corto plazo, la mayor parte de las sociedades encuestadas anticipa que en el primer trimestre del año próximo estas presiones inflacionistas serán similares. Preguntadas por sus perspectivas a un año vista, los encuestados esperan que la presión de costes siga siendo elevada, pero algo menor que la prevista hace tres meses para el mismo horizonte temporal.

De forma similar, las respuestas a las preguntas referidas a los precios de venta de los bienes y servicios producidos por las empresas encuestadas muestran un leve alivio de las tensiones inflacionistas, que, no obstante, siguen siendo elevadas. En el cuarto trimestre, un 33,5% de las empresas afirman haber subido sus precios, lo que supone un pequeño descenso, de 3 puntos porcentuales, con respecto al trimestre anterior.

El Banco de España resalta que este descenso en el porcentaje de empresas que subieron sus precios es «bastante generalizada», aunque se ha observado con más intensidad en la industria y en ramas de servicios, como la hostelería, que habían mostrado mayores aumentos de precios en el tercer trimestre.

Esta encuesta ha incluido, además, una pregunta relativa a la proporción del aumento observado en los costes intermedios que las empresas aún no han trasladado a sus precios de venta, pero planean trasladar en el futuro. Algo más de la mitad de las firmas encuestadas prevé trasladar en trimestres venideros una proporción superior al 20% de los aumentos registrados hasta la fecha en los costes de sus ‘inputs’ intermedios, pero solo un 18,4% señala que esa proporción es mayor del 60%. Por ramas de actividad, los aumentos de los costes pendientes de trasladar a los precios serían mayores en la industria y la hostelería.

Guerra

El Banco de España ha vuelto a preguntar a las empresas por el impacto que la guerra está teniendo sobre su actividad. Los resultados obtenidos son muy similares a los de los dos trimestres pasados. Así, en torno al 80% de las sociedades declaran que el aumento del coste energético es la principal vía a través de la cual la guerra está afectando negativamente a su facturación, un impacto que es mayor en las actividades con más dependencia de la energía: industria y agricultura.

Además, en torno al 70% de las empresas se están viendo afectadas por el aumento del coste de otros productos no energéticos y más de la mitad de ellas se declaran afectadas por el corte del suministro de gas ruso. Las dificultades de suministro asociadas al conflicto bélico estarían afectando a algo más del 45% de las empresas, mientras que el impacto sobre la demanda, tanto nacional como internacional e mantiene relativamente contenido, dado que afecta a menos del 30% de las firmas encuestadas.