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Adiós a la marca de ropa más famosa de España: cierran para siempre más de 400 tiendas

Benetton se prepara para el cierre de más de 400 tiendas en todo el mundo antes de acabar 2025

Durante años, fue imposible pasear por una calle en la que hubiera tiendas sin ver su logotipo lleno de color. En los escaparates, prendas de todos los tonos invitaban a entrar y descubrir una moda que siempre destacó por ser diferente, comprometida, cercana y con mensaje. Benetton no solo vendía ropa; vendía una idea de mundo inclusivo, moderno y alegre. Pero ahora, en un giro que ha dejado a muchos sorprendidos, la firma se despide para siempre de cientos de sus tiendas físicas en todo el planeta.

La noticia sorprenderá a todos aquellos que crecieron con la marca o la vieron convertirse en sinónimo de moda cotidiana. El anuncio del cierre de más de 400 establecimientos antes de 2025 no sólo marca el final de una era comercial, sino también el adiós a un símbolo que cambió las normas del marketing tradicional. El cierre llega ahora propiciado por los errores, las malas decisiones y una competencia que no ha dado respiro. Pero lo más impactante ha sido la manera en que todo ha salido a la luz. Luciano Benetton, el fundador de la marca, rompió su silencio y lo hizo con dureza: acusó a su propio equipo directivo de haberlo «traicionado» y denunció un agujero financiero de 100 millones de euros. Su renuncia, lejos de ser un simple trámite, ha sido la confirmación de que Benetton atraviesa su peor momento, con una estructura internacional en caída libre y una historia que parece haber llegado a su fin.

Adiós a la marca de ropa más famosa de España

Fundada en 1965 en Treviso, Italia, Benetton logró algo que pocas firmas pueden presumir: convertirse en una marca reconocible en todo el mundo sin perder su esencia. Bajo el lema United Colors of Benetton, apostó por una publicidad arriesgada, comprometida socialmente y provocadora. Sus campañas, muchas veces polémicas, no pasaban desapercibidas y eso le permitió abrirse paso en un mercado competitivo con un mensaje propio.

Durante décadas, su apuesta por la sostenibilidad, la diversidad y la calidad accesible la colocó en un lugar privilegiado entre las firmas de moda. En el año 2000, ocupaba el puesto 75 en el ranking de marcas más valiosas del mundo, según Interbrand. Pero el cambio de paradigma en la industria de la moda fue implacable. Las nuevas generaciones comenzaron a consumir de forma distinta, y el modelo de Benetton no supo adaptarse al ritmo vertiginoso del fast fashion.

El auge de otras marcas frente al descenso de Benetton

Con el tiempo, y mientras firmas como Zara o H&M iban apostando por un modelo de producción rápida, con cambios constantes de stock y precios más económicos, Benetton se quedó anclada a un modelo más enfocado en sus valores, pero alejado de la fast fashion candente que finalmente se acabó imponiendo.

La firma italiana se fue desdibujando poco a poco. Su salida de bolsa en 2012 ya anticipaba dificultades. Pese a que forma parte del holding Edizione, manejado por la familia Benetton, no logró reinventarse ni recuperar la atención del público. Mientras tanto, sus tiendas, muchas de ellas situadas en puntos estratégicos del mapa comercial internacional, empezaban a vaciarse, a perder brillo. Hoy, ese proceso se ha acelerado hasta su punto final.

Más de 400 tiendas cerrarán

La situación financiera de la compañía ha obligado a tomar medidas drásticas. En total, Benetton ha confirmado el cierre de 419 tiendas en todo el mundo antes de que finalice 2025. De ellas, 180 ya han cerrado sus puertas en lo que llevamos de año. Además, se prevé una oleada de despidos que afectará a cientos de empleados, entre ellos, 169 trabajadores solo en España. El impacto humano y económico es enorme, y deja entrever la magnitud de la crisis interna.

Este ajuste masivo no es casual, sino consecuencia directa de años de una gestión errática que, según las palabras de Luciano Benetton, maquillaba los números reales. El empresario ha dejado claro que los informes que recibía no reflejaban la verdadera situación del grupo. Su decepción ha sido pública, y su salida de la dirección marca simbólicamente el fin de un ciclo que comenzó con esperanza, pero que se apaga entre pérdidas millonarias y promesas rotas.

La renuncia de Luciano Benetton

En mayo de 2024, Luciano Benetton anunció oficialmente su renuncia. Sus declaraciones, lejos de ser protocolarias, destaparon una olla a presión que llevaba tiempo acumulando tensiones. En una entrevista concedida al diario Corriere della Sera, denunció la existencia de un agujero económico de 100 millones de euros, habló de traición y reconoció que la imagen que le ofrecía la directiva era completamente irreal.

Luciano había dejado la empresa en 2012 cuando aún gozaba de buena salud financiera. Regresó en 2018, convencido por su hermano Gilberto poco antes de fallecer, con la intención de reflotar el negocio y recuperar su esencia. Pero cinco años después, lo que se encontró fue un panorama sombrío, con cuentas desequilibradas y una dirección sin rumbo. Su salida definitiva deja claro que la familia fundadora también da por cerrado este capítulo.

La gran incógnita ahora es si Benetton podrá encontrar una salida a esta crisis o si, como muchas otras marcas históricas, terminará siendo un recuerdo de otra época. La industria de la moda es implacable, pero también es cíclica. Marcas como Lacoste o Levi’s pasaron por momentos similares y lograron reinventarse. Sin embargo, el panorama de Benetton parece mucho más complejo, con una pérdida de identidad difícil de recuperar.