Zinedine Zidane será destituido como entrenador del Real Madrid si el equipo blanco no pasa a octavos de la Champions y cae en la fase de grupos, algo que no ha ocurrido nunca en la historia de la entidad madridista desde que existe el actual formato de Liga de Campeones. El puesto de Zizou no peligra, como mínimo, hasta después del partido del próximo miércoles ante el Borussia Moenchengladbach en Valdebebas.
«No pienso dimitir». Con esas tres palabras resumía Zinedine Zidane su sensación después de la debacle del Real Madrid en Kiev, territorio sagrado de La Decimotercera y escenario en el que cayó derrotado (casi humillado en la segunda mitad) ante el modesto Shakhtar, que le ha ganado los dos partidos en esta Champions. Zizou no va a dimitir, pero no tiene su continuidad del todo asegurada. De hecho, la situación de Zidane ha dado un giro en la última semana. No es que vaya a ser despedido ya, pero si no se mete en octavos de la Champions ante el Borussia, irá a la calle.
La confianza de la cúpula del Real Madrid en Zinedine Zidane, que siempre fue casi un acto de fe, empieza a tambalearse. Los bandazos del equipo, que tocó fondo con la derrota en Kiev, preocupan seriamente a Florentino Pérez. Muchos aconsejan al presidente del Real Madrid la destitución fulminante de Zizou, cuyo cargo al frente del equipo corre serio peligro.
La idea inicial de los dirigentes del Real Madrid era calibrar las opciones reales del equipo de competir por la Liga y la Champions después de los partidos ante Sevilla y Atlético en el campeonato nacional y los duelos ante el Shakhtar y el Borussia en la Champions, que parecía encarrilada después de ganar los dos encuentros ante el Inter. Pero la derrota de Kiev, y la forma en la que el equipo bajó los brazos en la segunda parte, ha sido demasiado dolorosa… y preocupante. Si el Madrid no se mete en octavos de Champions, Zidane caerá.
Confianza bajo mínimos
La confianza de Florentino y los dirigentes en Zidane, que era «total» incluso después de perder en Mestalla, ahora está bajo mínimos. Nadie en el club cuestiona ni el carisma de Zidane, ni su currículum, ni su lugar de privilegio en la historia del club, ni sus conocimientos, ni su capacidad para ser un líder silencioso, pero este Real Madrid necesita un giro radical, un cambio drástico y esa necesidad de reconstrucción podría llevarse por delante incluso a Zizou.
Florentino Pérez siempre ha sido un enamorado de Zidane. El presidente le fichó para el Real Madrid cuando era la estrella de la Juventus. Era el verano de 2001. El flechazo fue instantáneo y ha durado casi 20 años. Pero puede que no haya flechazo que 20 años dure.
Cuando Florentino volvió a la presidencia del Real Madrid en el verano de 2009, con aquella superproducción que contó de golpe con un reparto con Cristiano, Kaká, Benzema, Xabi Alonso y compañía, se llevó a Zidane a su lado, primero como asesor, luego al lado de Mourinho y Ancelotti, después como técnico del Castilla y, cuando le llegó su hora, le reclamó para el primer equipo. Zidane respondió con tres Champions consecutivas, algo que nadie ha conseguido ni (posiblemente) conseguirá.
Sin embargo, la crisis de este Real Madrid que ya ha sufrido, con Zidane al mando, tres dolorosas derrotas en Liga ante el Cádiz, el Valencia y el Alavés y dos durísimos varapalos en Champions ante un equipo modesto como el Shakhtar, podría llevarse por delante al técnico madridista en las próximas horas.
En el Real Madrid no hay una decisión tomada, aunque candidatos para relevar a Zidane hay de sobra. En la primera fila de la parrilla volvería a estar Mauricio Pochettino, sin equipo desde que fue destituido del Tottenham y que ha rechazado ofertas quién sabe si pensando en el Real Madrid. Como plan B vuele a sonar otro de los entrenadores que siempre gustó a Florentino Pérez, el ex de la Juventus, Massimiliano Allegri.