Se han convertido en uña y carne

Ceferin, Al Khelaifi y el romance que no cesa

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Ceferin es cómplice de que el PSG haga lo que le da la gana con el fair-play financiero.

A veces una mirada, un gesto, valen más que mil palabras. Que Aleksander Ceferin y Nasser Al Khelaifi se han convertido en uña y carne en los últimos tiempos es un hecho objetivo no sólo por su complicidad en todos los temas esenciales, sino porque el presidente del Paris Saint Germain está sacando beneficio para el club que dirige saltándose las normas del fair-play financiero.

Ceferin, lejos de condenar las maniobras del equipo parisino para fichar a estrellas a voluntad y sin ningún control, sigue haciendo declaraciones tibias sobre el asunto, al tiempo que alaba a un Al-Khelaifi que no debería sentirse intimidado por los dimes y diretes del esloveno. «No admitimos comportamientos irresponsables. El fair-play debe ir hacia un sistema más fuerte que permita que haya un control directo y de responsabilidad financiera. Un sistema que estabilice el fútbol europeo y permita que sea beneficioso. Y seguiremos con nuestra estrategia de dar la oportunidad a los clubes de que haya más torneos y más partidos», dijo.

Las palabras del esloveno no generan ni la mayor incertidumbre en un PSG que luego pudo escuchar cómo acariciaba al dirigente qatarí. «Cuando atraviesas una tormenta, necesitas un buen capitán. La Asociación Europea de Clubes tiene ahora un buen capitán en Nasser Al-Khelaifi. El futuro es brillante», dijo Ceferin, quien ni se sonroja en decir esas palabras sobre un dirigente mientras no para de arremeter y amenazar a la Superliga.

El presidente del Paris Saint Germain sí quiso hablar de la nueva competición impulsada por Real Madrid, Barcelona y Juventus. «No quiero hablar mucho de la Superliga porque le quitaría el foco a lo que estamos tratando los clubes. Sólo diré que la gente trató de separarnos y han conseguido lo contrario. Juntarnos más. Hacernos más fuertes», aseguró.

Al-Khelaifi le quiso devolver el cariño a Ceferín con más palabras y promesas imposibles. «Debemos tener una estabilidad financiera. Si no reaccionamos rápido, las consecuencias pueden ser irreparables. Hay que reconsiderar el fair-play financiero. Debemos tener relaciones más fuertes con UEFA. Los dos creemos que el fútbol es para todos», apuntó.

Y ya para terminar, el dirigente del PSG quiso rizar el rizo con una frase totalmente surrealista. «Por último, hay que sacar la política del fútbol. No puede haber presiones de ningún gobierno», dijo. Quizá se olvida de que en el club que preside todas las decisiones se toman desde Qatar.

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