Olga Carmona y Signe Bruun permiten que el Real Madrid mantenga el pleno de victorias, ganando al Villarreal. Las dos fueron protagonistas de la jugada que resolvió el partido cuando todo parecía abocado al empate sin goles. La sevillana desequilibró, la puso y la delantera la empujó para darle a las blancas un agónico triunfo, en un partido gris y en el que a las madridistas les faltaron ideas en ataque. Sólo mostraron parte de su potencial en el tramo final. Y fue suficiente.
La temporada había empezado de la mejor forma para las madridistas. Tres triunfos en tres encuentros en la Liga F que las permitía mantenerse en la pugna con el Barcelona por el liderato. Más aún, tras la manita al Betis. Pero en una semana de lo más agitada para las madridistas, la carga de partidos ha empezado a pasar factura. Eso sí, consiguieron mantener la racha al final, lo que les permite llegar con plena confianza a jugarse la clasificación para la fase de grupos de la Champions League ante el Valerenga noruego, al que reciben el miércoles.
Después de la jornada intersemanal, en la que las blancas se impusieron al Betis, Alberto Toril volvía a hacer rotaciones. El técnico presentaba un equipo plagado de cambios respecto al que salió de inicio en la manita a las sevillanas, con hasta siete cambios. En el banquillo se quedaban jugadoras como Kathellen, Teresa, Athenea o Linda Caicedo, mientras que de partida formaban: Misa; Oihanne, Rocío, Ivana, Svava; Toletti, Zornoza; Raso, Moller, Olga; y Bruun.
Comenzó el duelo con las madridistas al ataque y, al igual que sucedió ante el Betis, contra las que se adelantaron en el minuto 2, pudieron hacer lo propio. Sofie Svava se sacaba un zapatazo desde la frontal del área que se estrellaba en el travesaño y botaba después fuera de la línea de gol. El rechace lo cazó Rocío, que no acertó a ver puerta.
Al conjunto blanco le faltaba claridad por el interior y encontró en Hayley Raso a su mayor peligro. La australiana fue quien más lo intentó en la primera mitad, tratando de generar desde la derecha y yendo al área a buscar el remate de cualquier balón. Sin embargo, el gol se resistía.
Con el Villarreal muy junto atrás, al Real Madrid no le quedaba otra que tratar de buscar desde los costados el gol que allanara el camino hacia los tres puntos. Estuvo a punto de hacerlo Signe Bruun, que no llegó por muy poco a un centro muy tenso y raso de Olga. La encargada de darle el Mundial a España partía desde el extremo izquierdo y, una vez que ganó la espalda a la defensa, puso un caramelo que la delantera danesa estuvo a punto de convertir.
El Villarreal perdona al Madrid
El Villarreal no inquietó durante toda la primera parte la portería de Misa, pero tras el descanso tuvo un gol cantado. McKenna desaprovechó una oportunidad clarísima, donde lo más difícil era fallar. Pero lo hizo. Sólo con empujar el centro desde la derecha parecía que serviría para batir a la guardameta madridista, pero el balón se marchó rozando el poste.
Le seguía costando al Madrid ante un conjunto castellonense que, según avanzaba el reloj, trataba de dejarlo correr de forma más descarada. Todo, ante la permisividad de la árbitra, que en la primera parte agregó un infame minuto de descuento. Además, comenzaban a tener más tiempo el balón, desdibujando cada vez más a las madridistas.
Tuvo que mover el banquillo Toril, quitando a Moller de la mediapunta para introducir a Linda Caicedo y a Raso en el lugar de Athenea. Aunque sí que recuperaron el balón, seguían sin inquietar la portería de De Toro, lo que llevó al técnico a pasar a la ofensiva, con Teresa y Feller entrando por Oihane y Zornoza.
De la desesperación al gol
A pesar de los cambios, el Real Madrid continuó sin ideas y las constantes pérdidas de tiempo por parte de las visitantes y varios errores en las decisiones de la árbitra en favor del Villarreal, terminaron por desquiciar a las jugadoras del conjunto blanco. Se volcaron sobre la portería amarilla, pero se mostraban cada vez más imprecisas y precipitadas. Todo parecía abocado al empate, sobre todo tras dos ocasiones falladas por Feller y Bruun, hasta que apareció Olga.
La sevillana fue determinante y desequilibró el partido con una incursión por la izquierda, en la que se coló entre la defensa para ponerle el gol en bandeja a Bruun. Si en la primera mitad, la danesa había estado a punto de marcar en una jugada similar, en esta no falló. Se lanzó con todo y puso el 1-0 definitivo en el 90′.