Walter Tavares (24 puntos, 18 rebotes), Mario Hezonja (23 puntos) y Facundo Campazzo (18 puntos, cinco rebotes y diez asistencias) son los integrantes de una trinidad histórica que le dieron la victoria al Real Madrid en un Clásico contra el Barcelona para la historia. Seis partidos y dos prórrogas en el Palau Blaugrana fueron el calvario que el equipo blanco tuvo que atravesar para ganar su primer partido fuera de casa en la jornada 12 de la Euroliga de manera agónica.
Un encuentro igualadísimo que se resolvió en una segunda prórroga en la que el Real Madrid golpeó más fuerte para acabar ganando de siete puntos (90-97). La parroquia culé enmudeció y Chus Mateo salvó un matchball que se consiguió únicamente gracias a sus más habituales. Eso sí, el subidón de moral es tremendo para una plantilla necesitada de la épica que le hizo rey de Europa en 11 ocasiones.
El juego del Barça pasaba por Kevin Punter (máximo anotador con 27 puntos) y su acierto. Nada más por parte del bando local en un inicio de partido dominado por Xavier Rathan-Mayes junto a un colosal Tavares y un 8-17 que empezaba a pesar sobre los de Joan Peñarroya, que cambió alternó a su francotirador con la gran virtud de Jan Vesely de dos y alejado de la zona. Una falta a favor del Real Madrid a cuatro décimas del final del primer cuarto encendió al Palau, pero Serge Ibaka anotaba y le daba ventaja a los suyos de cara al siguiente asalto (17-22).
El Real Madrid supo resistir a un infierno azulgrana de arranque, pero se quedó seco en el principio del segundo cuarto apostándolo a intentos de triple de su pívot, Ibaka. Los culés le dieron la vuelta con la tripleta española formada por Juan Núñez (acabó expulsado), Joel Parra y Darío Brizuela y Joan Peñarroya decidió que era el momento de hacer debutar a su flamante fichaje, el base Raul Neto. Este se estrenó con triple y canasta para alargar la ventaja de su equipo y dar un toque a los blancos al que Chus Mateo reaccionó metiendo de nuevo a buena parte de la unidad A.
Chus Mateo reacciona con sus fijos
De esa manera consiguió que los suyos se despertaran, un recurso muy común con el que comenzó a cargar de minutos a los de siempre, pero que no sirvió para recuperar la ventaja al descanso (38-34). El partido era igualdad en su máxima expresión, con la incertidumbre de si eran los errores en ataque o las defensas lo que se estaba imponiendo.
Un buen arreón blanco les dejó en mínima ventaja (52-54) antes del siempre temido último cuarto que tanto viene lastrando al Real Madrid esta temporada. Eso sí, sabían que de superarlo lograrían la primera victoria a domicilio en un escenario inmejorable. Y esa motivación se notó, pues contra un equipo con muchos más efectivos que sumaban eran Hezonja (19 puntos en 20:28) y Campazzo los que estaban dispuestos a entregarle a Chus Mateo y al madridismo ese ansiado triunfo.
Barcelona y Real Madrid hacían la goma en un cuarto parcial que no tenía dueño como el resto del choque y la tensión en el Palau era mayúscula. A dos minutos del final había empate (66-66) en un auténtico partidazo. Alberto Abalde decantó la balanza a favor de los de casa con un error infantil al hacer falta a Punter en un triple fallido. El estadounidense metió las tres y los de Joan Peñarroya ya se lo creían.
Más aún cuando el héroe de la noche blaugrana, Vesely, forzaba otra falta a 1:07 para los cuatro de ventaja del Barcelona ante el Real Madrid (70-66). Todo o nada para los blancos en 60 segundos de infarto que arrancaron con 2+1 de Tavares, que se ponía en 11 puntos y acercaba a su equipo a uno del eterno rival.
Un Clásico inolvidable entre Barcelona y Real Madrid
Dos tiros libres más anotados por Punter dejaron al Real Madrid al borde de la derrota a justo 20 segundos de que sonara la bocina. El Barça ganaba de tres y Chus Mateo se las tuvo que ingeniar para encontrar un triplista. Las miradas apuntaban a Sergio Llull, con Campazzo, Dzanan Musa, Hezonja y Tavares en cancha, para la afrenta final de una épica batalla en el Clásico.
No hubo mandarina y Tavares recortaba a -1, pero al Barça le valía con resistir. Dos puntos más de Parker obligaban al Real Madrid a un imposible que logró Campazzo con un triplazo para poner de nuevo el empate (74-74) a un suspiro del final. El argentino forzó la prórroga tras una pelota al hierro de Jabari y las espadas seguían en todo lo alto en el Palau.
El cuadro visitante mandó en los primeros compases de un tiempo extra nuevamente igualado y que se convirtió en un Punter contra Tavares (23 y 20 puntos cada uno). Tras una última jugada para los nervios que nadie quiso se llegó al final con otro empate (84-84). Segunda prórroga a la vista en un duelo táctico en el que el perdedor iba a ser el que más se precipitase.
Le pasó a Parker tras encestar un triple, pues al segundo llegó Hezonja para el +3 a un minuto del final. El Real Madrid lo veía posible con una posesión que eternizó el Facu para el 90-95 a 43:2 segundos. Se lo acabaron creyendo y Tavares engordó la cifra, pero Punter se quedó con la mayor anotación en un triunfo de los que marcan temporadas para los blancos.