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Benzema no se limpia

Benzema no se limpia. El francés se ha echado a sus espaldas a un equipo plagado de zombis y su cabeza volvió a salvar al Real Madrid. Doblete de Karim, ambos en sendos testarazos, para remontar ante un Eibar que se diluyó en la segunda mitad. Penoso primer tiempo del equipo de Zidane, que ha agotado la paciencia del Bernabéu. Varane Isco, Modric y Bale firmaron otro partido infame.

Zidane afrontaba otra visita al dentista, que es lo que será para el Real Madrid cada partido en el Bernabéu hasta que acabe esta temporada horribilis, con un once plagado de cambios. Tras el fiasco de Mestalla Zizou refrescaba el equipo con cinco caras nuevas. Nacho y Reguilón suplían a Sergio Ramos y Marcelo en defensa, Valverde e Isco entraban por Casemiro y Kroos en el centro del campo, mientras que Bale también volvía a la titularidad en lugar de Lucas Vázquez.

El partido nació parsimonioso y aburrido como una clase de filosofía. Era un amistoso casi a puerta vacía, porque el madridismo decidió casi en agosto dar la espalda a este equipo. El tiempo les ha dado la razón. Bale tuvo una aproximación en el minuto cinco, pero falló el mano a mano como Higuaín en una final. Escuchó silbidos, a pesar de que estaba en fuera de juego.

Respondió el Eibar en una acción en la que un despistadísimo Varane perdió la pelota ante Enrich, al que no dio tiempo a embocar el pase de la muerte posterior de Cucurella. Al Real Madrid se le empezó a hacer bola el partido ante la presión alta de los armeros. Sólo la temeraria defensa adelantada de Mendilibar permitía a los de Zidane reservarse la bala del pelotazo para intentar asomarse al área Dimitrovic.

El Madrid se aburre

El ritmo del Real Madrid era cansino y tedioso, casi mecánico como un funcionario poniendo sellos. El Eibar dio un segundo susto al filo de la media hora. El protagonista fue otra vez el ubicuo Cucurella –puede que parezca ubicuo porque su inconfundible pelazo–, que desperdició una ocasión en en área pequeña de Keylor Navas.

El Real Madrid empezó a perpetrar entonces un juego intolerable. Ni tres pases seguidos, ni actitud, ni presión. Era una vergüenza, una puñetera vergüenza. El Bernabéu se enfadaba… pero poco. Y entonces marcó el Eibar. Fue un gol en el que Escalante chuleó a toda la defensa del Madrid, asistió a Marc Cardona, que aprovechó la mala salida de Keylor para hacer el 0-1.

El Bernabéu, ahora sí, comenzó a pitar con ánimo. Ya era hora, pardiez. Menos mal que quedaba poco para el descanso, que fue el único alivio para un público que ya está tan desencantado que no le quedan fuerzas ni para enfadarse.

Cero en conducta

En el segundo tiempo el Madrid cambió algo su actitud. Tampoco mucho, no se vayan a creer. Apareció Odriozola como VOX: para sorprender por la derecha. Le dio una mano Asensio, que decidió comparecer al partido en la segunda mitad. También Benzema, que marcó un gol de churro tras un rebote entre Dimitrovic y un defensa. González Fuertes anuló el gol y el VAR lo ratificó.

Zidane no movía el banquillo con su equipo a la deriva. Calentaban Brahim y Lucas Vázquez. Y entonces, corría el 58, marcó Benzema. Fue un centro desde la derecha y con la derecha de Asensio. Centró cayéndose y del área emergió de entre los muertos Benzema para sacarse un buen cabezazo picado para hacer el 1-1.

El gol del Real Madrid debió de molestar al altísimo, que envió rayos y truenos sobre el Bernabéu. En pleno diluvio y con el personal poniéndose a cubierto, los de Zidane dieron un paso adelante, quizá para no enfriarse ante el chaparrón. Cercaron el área de Dimitrovic y parecía que la remontada era factible.

Benzema, con la remontada en la cabeza

El Eibar se defendía con orden y al Madrid le faltaba algo de imaginación. Por eso no había grandes ocasiones de gol. Bueno, ni pequeñas tampoco. Zidane decidió sacar de golpe a los dos amigos: Bale y Modric. El galés se llevó la pitada y el croata cierta indiferencia. Entraron Kroos y Lucas. A los blancos les quedaba menos de un cuarto de hora para salvar los muebles.

Y entonces, el 80 esta vez, volvió a aparecer Benzema. Otra vez el francés y otra vez de cabeza. Verlo para creerlo. Fue a la salida de un córner botado en corto por Kroos. La puso al área el alemán y allí apareció otra vez Benzema para cabecear el 2-1 a favor del Real Madrid. Lo revisó el VAR, que dio el OK al tanto.

El tanto de Benzema sellaba una remontada sin demasiado ánimo, pero remontada al fin y al cabo. Pasaron los minutos, el Eibar no tenía más gasolina y el Real Madrid tampoco quiso acelerar más. Pudo hacer el tercero Karim, pero Dimitrovic salvó el mano a mano. Luego incluso Benzema falló otro al pegarle con la espinilla. Hasta Karim se partió de risa. Y un tercer intento que pegó en el palo. Pitó González Fuertes y el Madrid sumó tres puntos más y, lo más importante, un partido menos.